Al parecer y según fuentes tan bien informadas como mi amiga Moonstar, este año se acaba el mundo. Otra vez.
Esto es sin duda una buena noticia, ya que con el Fin del Mundo es probable, aunque no del todo seguro, que desaparezca de una vez Tele 5. Yo ya lo estoy deseando.
En esta ocasión, el Fin del Mundo viene preconizado por una profecía maya que alguien ha encontrado inscrita en una piedra. Los mayas eran un pueblo sabio y sensato, un faro de civilización cuyos conocimientos prácticamente divinos y cuyos portentosos logros nunca han sido igualados, como prueba el hecho de que prácticamente se extinguieran a sí mismos entre los siglox IX y X. Por lo tanto, debemos creernos todo lo que dicen las piedras mayas y, sobre todo, todo lo que nos dicen las personas que las interpretan. Cito textualmente:
"Los Mayas sabían que nuestro sol (ellos le llamaban kinich-Ahau) es un ser vivo que respira y que cada cierto tiempo se sincroniza con el enorme organismo en el que existe, que al recibir un chispazo de luz del centro de la galaxia brilla mas intensamente [...] los Mayas predijeron que a partir de la fecha de su civilización desde el 4 Ahau 8 Cumku es decir desde el año 3113 AC, 5.125 en el futuro o sea el 21 de diciembre del año 2.012 el sol al recibir un fuerte rayo sincronizador proveniente del centro de la galaxia cambiará su polaridad y producirá una gigantesca llamarada radiante.
Para entonces la humanidad debe estar preparada para atravesar la puerta que nos dejaron los Mayas, transformando a la civilización actual basada en el miedo en una vibración mucho más alta de armonía, solo de manera individual se puede atravesar la puerta que permite evitar el gran cataclismo que sufrirá el planeta para dar comienzo a una nueva era, un quinto ciclo del sol."
Ante tal evidencia, expresada en un color lila tan bonito, no queda otra que prepararse para el Fin del Mundo e intentar vibrar de la manera más armónica posible, por si las moscas.
Los Fines del Mundo son ocasiones muy celebradas por todos. Un buen Fin del Mundo ofrece la oportunidad perfecta para hacer todo aquello que siempre quisiste hacer pero nunca te atreviste: deshacerte de tus posesiones terrenales, señalar con el dedo a tus convecinos gritándoles que ellos no se van a salvar por infieles, confesarle por fin a tu señora esposa que quien realmente te pone palote es su hermana, saquear escaparates, vender billetes de primera clase para montarse en el platillo volante que va a evacuar a los Elegidos u organizar un bonito suicidio colectivo. Estas actividades suponen un boom significativo para la economía y el turismo intergaláctico, sobre todo en tiempos de crisis, por lo que todos estamos esperando como agua de mayo el siguiente Fin del Mundo. De hecho, la industria de los Fines del Mundo constituye una parte fundamental del PIB de países tan avanzados como Jamaica o Sierra Leona.
Repasemos algunos de los Fines del Mundo más comentados de los últimos tiempos:
En 1910 el cometa Halley, en su larga órbita de 76 años, pasó cerca de la Tierra de tal suerte que durante un par de días la trayectoria de nuestro planeta atravesó la cola del cometa. Los astrónomos aprovecharon la ocasión que brindaba el acercamiento del cometa para estudiar su composición mediante técnicas de espectroscopía, determinando que uno de los componentes de los gases de la cola era el cianógeno, gas altamente venenoso. Los periódicos se hicieron eco de la noticia y automáticamente el mundo occidental entró en pánico, pensando que la Tierra iba a quedar fumigada y esterilizada por los gases mefíticos del cometa. A pesar de los repetidos mensajes de calma por parte de los científicos (la densidad de los gases de la cola de un cometa es bastante más baja que la que se obtiene en una cámara de vacío de laboratorio), miles de personas se echaron a la calle aterrorizadas, esperando el fin inminente de la civilización. En ciudades como Londres y Nueva York se produjeron saqueos de comercios, las iglesias y sinagogas se llenaron hasta los topes, se contabilizaron cientos de suicidios de personas que no pudieron soportar la angustia, y un buen puñado de intrépidos hombres de negocios se forraron vendiendo máscaras antigás y milagrosas "píldoras anticometa". Finalmente, el 19 de mayo de 1910 la Tierra cruzó la cola del Halley, llegó el Fin del Mundo, se extinguió la Humanidad en su conjunto y al día siguiente fue viernes y muchas personas se fueron de fin de semana al campo al salir de la oficina.
Entre el 4 y el 5 de febrero de 1962 se produjo una notable conjunción planetaria de ocho cuerpos celestes (el Sol, la Luna, la Tierra, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), coincidiendo (no casualmente) con un eclipse solar. La misma clase de personas que confían en que colgar un trozo de cuarzo del techo les proteje del cáncer de próstata y que beber cucharaditas de agua comprada a diez euros el frasco les va a quitar la otitis escucharon la noticia en la radio, se percataron de que todos los planetas importantes iban a estar a la vez en la Casa de Capricornio y llegaron a la conclusión de que el Sistema Solar estaba a punto de desestabilizarse gravitacionalemte, lo que nos arrojaría directos a la superficie llameante del Sol. Se desató la histeria colectiva y la tarde del 4 de febrero miles de personas se congregaron frente al observatorio Griffith en Los Ángeles llorando, rezando y, al menos en ciertos casos, vendiendo gafas binoculares para ver mejor el acontecimiento planetario. Exactamente a las tres de la madrugada se produjo el Fin de los Tiempos y unas horas más tarde la gente volvía a sus casas, al menos aquellos que no las habían vendido por cuatro perras al primero que pasaba. Fines del Mundo por conjunciones planetarias ha habido también en 1987, 2000, 2002 y 2007, entre otros.
En diciembre de 1967 el danés Anders Jensen, a la sazón lider de la secta Discípulos de Orthon, anunció en directo y ante millones de teleespectadores que el día de Navidad de ese año sería el Fin de los Días, explosión termonuclear mediante. Su secta compró un terreno en las afueras de Copenhague, construyó un búnker con veinte toneladas de plomo, se encerró bajo tierra el día de Nochebuena y permaneció allí durante un tiempo prudencial mientras el Armagedón Atómico barría la faz de la tierra. Unos días después los discípulos de Jensen reaparecieron de uno en uno, entre aplausos de unos viandantes absolutamente encantados ante la situación. Ante la prensa, Jensen dijo: "esperábamos encontrar el suelo cubierto por cenizas radioactivas, un resplandor rojo en el cielo y todo destruido a nuestro alrededor. Ha sido un poco decepcionante, pero estamos seguros de que debe haber alguna explicación perfectamente sencilla".
El filósofo, científico y filántropo Paco Rabanne anunció en 1999 que la estación espacial rusa Mir iba a caer precisamente sobre París el 11 de agosto de 1999, coincidiendo con el último eclipse total de Sol del milenio, que -según una peculiar lectura de las 'Centurias' de Nostradamus- iba a suponer la aparición del Gran Rey del Terror. La tragedia de la capital francesa ("ciertos barrios recordarán Hiroshima") iba a marcar, dijo el diseñador, el principio del fin. "No podía guardar un secreto tan terrible. He cumplido mi deber. Estoy aquí para avisar a los humanos", advertía un mes antes. Y así ocurrió, exactamente como predijo ese prohombre. Así que, cuando después alguien le ha preguntado por su profecía, Rabanne ha respondido que nunca habló del fin del mundo, sino del de una era, signifique eso lo que signifique y digan lo que digan las hemerotecas.
A los testigos de Jehová, personas sensatas y de firmes creencias (que defienden contra viento y marea, y contra el calendario, por lo que se ve), les encantan los Fines del Mundo. Han tenido montones. Charles Russell, conocido exconvicto por estafa reiterada y augusto fundador de la secta, predijo el fin de los tiempos para 1874 y 1914; su sucesor, Joseph Rutherford, para 1918, 1925 y la década de 1940; y el sucesor de Rutherford, Nathan Knorr, para 1975.
Por último, tal vez recuerden ustedes el Fin del Mundo del año 2000, en el que todos los ordenadores del planeta colapsaron causando innumerables catástrofes y accidentes mortales de los que ninguno de nosotros escapamos con vida. Fueron muy sonadas aquel año, también, las profecías milenaristas de Nostradamus, conocido aficionado al garrafón, que obraron el milagro de que el 98% de los usuarios del calendario occidental celebraran (y temieran) la llegada del nuevo milenio un año antes de que ésta se produjera.
Como se puede ver, no hay nada que le guste más a la gente que un buen Fin del Mundo. Una década no es respetable si en ella no se Acaban Los Tiempos al menos un par de veces. Pese a lo cual, resulta notable que con tantas catástrofes cósmicas, explosiones y desprendimientos de la corteza terrestre aún sigan existiendo planes de pensiones.
Y dado que queda poquísimo para este Fin del Mundo, disfrutemos al menos de buenas vistas. ¡Feliz Año!
14 comentarios:
si, que terrible esto de que el mundo se este acabando a todas horas, es una contrariedad, ya no sabe uno si preocuparse por el centro de la galaxia o por el planeta errante, o por los bujeros negros, o por el tercer secreto de fatima, o porque aparezca Lady Gaga recien levantada y sin maquillar o por el LHC (large hardon collider) que a mi mee parece buenisima idea que colisionen erecciones, especialmente si son grandes, pero si la prensa dice que el aparatejo este va a acabar con el mundo pues por algo sera. en todo caso, como la unica salida que preconizaron los mayas (seran parientes de la abeja maya?) es la armonizacion de las vibraciones, pues yo ya me compre un vibrador muy completo, viene con cinco velocidades y todo, y tiene forma ergonomica dizque para la prostata. ya veremos
Bueno. Feliz Año Nuevo, aunque sea el ultimo que vamos a disfrutar. ¿Por cierto no sabras que dia y a que hora es el fin del mundo?, es para estar preparado, que me pille con los gayumbos del dia anterior, que pensaran los del fin del mundo cuando llegue, a no ser, que les gusten sucios y los pueda usar de moneda de cambio, ¡coño! pues es para pensarlo.
Un Besuco.
A. de las C.
A por cierto, si lo se, es penoso estar comentando un blog el 1 de enero a las 01:56, yo soy ansi. Que pereza estar toda la noche fingiendo felicidad absoluta y aguantando borrachos.
Otro besuco.
A. de las C.
Claro que se acaba el mundo! todo un post sin enlaces guarros y encima sólo un culo en las fotos finales y ni un apéndice delantero!! Eso sí, qué culo, qué CU LO!
CU LA ZO
Necesito saber:
a) A que secta que anuncia el fin del mundo pertenecen estos chulazos.
b) Si dentro de las normas de esa secta se incluyen grandes cantidades de sexo.
Feliz año.
Uno sí que está cerca del fin con la migraña galopante que tengo; esperaba que uno de esos chulazos pasase por mi casa a cuidarme.
¡Feliz Año guapo!
¿Así que este año vuelve a tocar apocalipsis? Lo que nos vamos a reir: va a ser un año muy feliz.
Ya lo dice la sabiduría del pueblo, por aquí el Reino de Valencia: folleu, folleu, que el món s'acaba!.
Saludos, y feliz apocalipsis.
Como se suele decir:"¿tiene remedio?No.Pues para qué te preocupas.O sí.Pues para qué te preocupas".
PD Feliz año también para ti,Surfur.Que tengas muuuuchas oportunidades de lucir tus compras londinenses (ya tú sabes,mi amoool).
Entonces que yo lo entienda, que soy algo rubia...
El mundo no se acaba? Nunca? Es infinito? Y si estamos en un sueño después de uno de los acabóses del mundo mundial?
Por qué nadie me pregunta a mí, que tengo poderes extrapectorales?
Y por qué no pones, oh gran Sufur, una foto de esas que te gustan de MI culo para que el mundo al menos se paralice durante dos o tres segundos????
Pues sí, que se acabe. Cualquier excusa es buena para ver cosas bonitas de verdad.
Un abrazo y feliz último año!
¡Qué tristes deben estar esos chulazos! Debe ser muy triste morirse siendo así de chulazo, digo yo. Si me das su dirección les consuelo uno a uno o en grupo, me da igual.
Estos chicos han despertado mi lado "caníbal" y les comería todo TODO.
¡El acabóse! :-)
Publicar un comentario