agosto 30, 2010

De Chueca al cielo

RETRASO DE LA ENTRADA: 19 días

En contra de la opinión de Rouco Varela, desde Chueca es posible subir al cielo, o al menos acercarse unos cuantos pisos a él, todo por un módico precio: el que cuesta subir a la piscina en la azotea del hotel Óscar, donde estuvimos alojados tres noches (en el hotel, no en la piscina).


Madrid me encanta en cualquier época del año, pero sobre todo en agosto, cuando no hay aglomeraciones y, a pesar del mito popular, uno no se asa de calor. Por las noches refresca y en las terrazas se está tan ricamente, o se estaría si no fuera por el pequeño detalle de que los precios son un auténtico escándalo.

Como iba diciendo, me encanta Madrid. ¿En qué otro sitio puedes estar un viernes a las nueve de la mañana esperando a que se ponga en verde un semáforo y que de repente, así sin más, el chico que tienes al lado te entre a saco?

El plan era pasar tres días sin salirnos del triángulo Chueca-La Latina-Lavapiés: levantarnos tarde, pasar la mañana con cervecitas de terraza en terraza, comer bien, echar siesta, usar tal vez la piscina y/o la terraza en el ático del hotel, ponernos guapos y salir a cenar y chuequear tranquilamente hasta que nos entrara sueño. Como muestra, esto es lo que hicimos la noche del viernes:

Estuvimos cenando en uno de nuestros marirrestaurantes favoritos, uno que conocemos desde hace unos años y que por tanto ya no está de moda. Eso es algo que se nota sobre todo en la clientela: parejitas de heteros que se piensan que están haciendo algo cool por cenar en Chueca y algún que otro marica de provincias despistado, como nosotros. Pero la comida sigue siendo razonablemente buena y salimos satisfechos (salvo por la caipirinha, que resultó ser una infamia. En ese momento no lo sabíamos pero eso daría lugar a una conversación interesante unas horas más tarde).

En el Fu3l había bastante OWL suelta, de hecho estaba petado para ser agosto. Arropado en el manto de invisibilidad que me cubre en las cuevas osunas (no resulto atractivo ni para los osos ni para sus cazadores) me dediqué a disfrutar observando sin complejos todo lo que pasaba a mi alrededor: fundamentalmente nada, porque aún era temprano. Un chaser un poco flacucho se fijó en el osezno y le estuvo haciendo toda suerte de fintas y placajes a lo largo de la noche, hasta tenerle totalmente acorralado contra una pared... momento que elegí para irme a mear, riéndome entre dientes. El chaser no anduvo espabilado: cuando volví del baño las posiciones relativas apenas habían variado. El beso que a continuación nos dimos el osezno y yo pareció desanimar por algún motivo al pobre chaser, quien al poco marchó en busca de cotos de caza más fértiles. "Menos mal", me dijo el osezno, "estaba demasiado delgado". Tuve que darle la razón.


En The Paso también había bastante gente, más mezclada pero más o menos igual de tonta. El único pensamiento de mención que se me pasó por la cabeza durante la hora o así que pasamos en ese antro fue: la constante repetición del vídeo "all the lovers", de una tal Kylie Nosequién, en los bares de ambiente, ¿forma parte de un plan maestro para erradicar toda vida humana de la faz de la Tierra? A partir de ese momento la música empeoró aún más y salimos eyectados a Mach 5 del bar.

En Vázquez de Mella nos cruzamos con mi ex alumno brutal, bien acompañado por otros cuantos jovencitos despampanantes a juego. El ex alumno brutal era el tío bueno oficial de tercero durante el curso 08/09, se las apañó para sacar un notable raspado en Cuántica cuando esforzándose un poco habría podido optar al sobresaliente, vino a mi despacho unas cuantas veces para preguntarme mi opinión acerca de irse a Madrid con una beca SICUE, me hizo caso, se fue a estudiar a Madrid... y fue abducido por Chueca. Lo último que supe de él fue que había dejado los estudios y estaba de dependiente en una tienda de ropa para musculocas. Me parece un final feliz, porque estoy convencido de mi ex alumno brutal contribuirá mucho más a la felicidad del género humano provocando orgasmos a un elevado número de chuecanitos que resolviendo ecuaciones diferenciales en derivadas parciales.

Llegamos al binomio Hot/De Enfrente cuando ya no quedaba ni cristo, una prueba más de que somos unos provincianos que no tienen ni idea de los ritmos propios de la capital. Aun así, nos quedamos a tomar la que pensamos que sería la última. Debido ya sea a nuestro inmenso atractivo, a nuestra incomparable simpatía o a que éramos los únicos del bar aún lo suficientemente sobrios como para conservar una cierta verticalidad, un brasileño bastante mono se acercó a preguntarnos por sitios de osos donde salir en Madrid. Aún me duraba un poco del efecto-B de Creta y en vez de encogerme de hombros y decir "no sé" me puse a darle palique, lo que derivó en varias copas más, una conversación bastante fluida en el que se tocó bastante el tema de las caipirinhas, y en un sentimiento difuso de La Noche Es Joven que hacía ya lustros que no me asaltaba.

Así que le preguntamos al camarero -que estaba tremendo, por cierto- dónde se podía ir a esas horas. El susodicho nos dió tres opciones por orden de preferencia personal (suya): la sauna Center, el Strong y The Angel. Ante el gesto de horror del brasileño ante las dos primeras opciones (a mí no me habría importado, más que nada por recordar viejos tiempos), nos fuimos al Angel. El camarero buenorro del Hot nos dio tres pases vip (prueba irrefutable de lo desesperados que están los baretos por conseguir que entre la gente en agosto, con lo ricamente que se está fuera) para el mencionado antro, y allí que nos fuimos. En el Angel tomé las siguientes notas mentales:
  • Una cosa que ya sabía, pero que no deja de darme risa, es que los mismos chulazos que te ignoran por completo a las doce de la noche empiezan a mirarte con otros ojos, generalmente vidriosos y desesperados, a medida que se aproxima la Hora Del Desguace.
  • Claro que lo de los ojos vidriosos podría deberse a la puta costumbre que tienen ciertas discos de liarse a echar humo para "crear ambiente". Por favor: estamos en el siglo XXI. Las cosas que eran supermolonas en los conciertos de Cyndi Lauper no necesariamente siguen siéndolo. Y además el humazo fastidia mogollón cuando vas con lentillas.
  • La luz ultravioleta hace brillar por igual las etiquetas de la ginebra de garrafón, las mil estrellitas que forma la caspa sobre los hombros de algunas OWLs y la dentadura del brasileño que te está sonriendo en esos momentos.
  • Efectivamente, tal y como nos había avisado el camarero del Hot, el sitio empezaba a llenarse a partir de las cinco de la mañana. Y yo me pregunto: entre las tres y pico que cierran los garitos normales y las cinco de la mañana que llegan los restos para el Desguace, ¿la gente dónde se mete? ¿Y qué se mete?
  • Los dioses han otorgado equilibrio al osezno: por un lado le han hecho guapo a rabiar, pero por el otro le han otorgado una timidez y una inocencia arrolladoras. Si le cambiara el carácter y entrara en el juego de seducción con los propietarios de la docena de ojos que se lo suele comer con la mirada en un momento dado, haría estragos entre una población gay desprevenida e indefensa. Pero entonces ya no sería el osezno...
  • Definitivamente, a partir del cuarto gintonic mi estómago se rebela.
La música oscilaba entre las categorías de Mierda Pinchada En Un Palo y la de Horror Inenarrable. En una de las pantallas se proyectaba el making off del calendario de los estupendos, pero depiladísimos (cosa bastante incongruente en un local que se autodenomina "bear friendly club"), jugadores de rugby franceses, mientras que en la otra ponían una espantosa película porno en dibujos animados (también sin pelo... adónde vamos a parar). Con tanto mamífero de gran tamaño suelto y perdido entre brumas, vapores y miasmas varias, yo me sentía igualito que Sigourney Weaver en Gorilas en la niebla.




La Hora del Desguace se aproximaba cada vez más y yo supe que la situación estaba degenerando por completo cuando la conversación con el brasileño derivó a los temas de los culos, el queso de Tresviso y la posible combinación entre ambas cosas; claramente iba siendo hora de plegar velas y volver al hotel. Y en esas fue cuando experimentamos el último gran placer de la noche: porque, ¿existe algo más placentero que estar en el centro de Madrid, a las tantas y cansado como un perro, querer ir a la cama y no tener que buscar un taxi a la desesperada?



14 comentarios:

Otto Más dijo...

Dioses! El Ángel! Qué horroroso me ha parecido siempre! :D
Y eso de 'retraso de la entrada, 19 días'?
Madrid es genial en agosto... a todo el mundo le parece estupenda menos a los maricas, que pensamos que Madrid en agosto, o sea, sin más maricas, es una asca ^_^

Sufur dijo...

Lo del retraso va, Otto, porque las vacaciones han hecho estragos en mi regularidad... Tendré que tomar mucho all bran y escribir más :-)

starfighter dijo...

La Hora del Desguace es el equivalente a llegar a mi Sexta Planta del Corte Inglés (en el de aquí es donde se venden los saldillos). Vamos, que pasa en todos lados. Y espero con ganas la prohibición de fumar en cualquier local, los pulmones y los ojos lo agradecerán un montón.

Nota mental: ¿y el brasileño? ¿no lo invitaron a una fiesta privada en el hotel? :)

hm dijo...

Oyeeee... ¿qué pasa con el Angel?... que yo soy asiduo cuando voy.

Y a Cindy Lauper no la nombre e vano... :p.

algún día le contaré mi relación con el hotel Óscar...

Thiago dijo...

jaja que bien os lo montastíes buscando ese hotel gay de Sarasola, en vazquez de mella, tan mono y tan gay (tal vez demasiado para cueva de oso, jaja).

De los baretos que citas conozco el HOT y EL PASO (en este hay de todo como bien dices, pero es tan pequeño estecho y lleno de humo que da no sé qué...) En cualquer caso ya sabes que yo no soy muy de osos, la verdad. No me molesta un poco de pelo, pero el tipico oso peludo de camisa de cuadros remangada y que luego son más maricas que nadie no me van, jajaa. Bueno, también conozco el STRONG, claro, jaja ¿quién no? tratándose del más grande cuarto oscuro del mundo, creo.

En fin, la verdad es que no conoczco mucho Madrid precisamente en agosto, pues es justo cuando no estoy. Es verdad que en Madrid por mucho calor que haga siempr refresca por la noche y tienes razón que siempre sorprende, hasta para ligar en un semaforo a las nueve de la mañana, jaaj

Y desde luego, tu teoría la comparto yo. Una cosa es lo divinas que están todas a primera hora despreciando a cualquier chulazo y otra es a última hora cuando no te has comido una mierda, jaja.

Bezos

Sufur dijo...

Starfighter: nos faltaron un par de gintonics más para eso...

Hm: ya sabe usted que soy un gran estudioso del medio ambiente y sus especies, y el Ángel es un ecosistema en sí mismo. Me encanta, pero compréndame: si no doy un poco de caña de vez en cuando van a acabar ustedes pensando que no tengo ni pizca de espíritu crítico :-)

¡Y esa relación con, o en, el Oscar tiene que contarla YA!

Thiago: se hace lo que se puede. Y no veas lo animados que están los ascensores del hotel a ciertas horas del día...

peritoni dijo...

"La hora de los saldos" decíamos nosotros, y era un horror.
Y veo que no eres nada celoso, yo cuando le echan una mirada de más a mi chico (sólo un mirada) me pongo atómica perdida y enfurruñá. No puedo.

Sufur dijo...

La verdad es que tirando a nada celoso, Peri. Tampoco es que el osezno me dé motivos para serlo. Pero si te digo la verdad, tampoco lo era con anteriores novios que que me daban motivos... Debo tener el gen celoso adormecido, y me alegro por ello. ¡Tiene que ser un coñazo tener un novio guapo y estar sufriendo todo el rato!

shepperdsen dijo...

Rizar el rizo de los anticelos es lo de mi señor esposo, que cuando me echan un piropo se enfada... pero no por celos, sino porque no le han echao el piropo a él.
Qué bien me está sentando el dejarme la dieta portuguesa, por cierto :D.
Yo del binomio Hot/Enfrente (nunca sé cuál es cual) recuerdo una noche que salí con un buen amigo por allí y que hacía mucho que no nos veíamos. Llevábamos como una hora hablando sin parar cuando nos paramos a mirar a la fauna que nos rodeaba. Una horda de osas que habían salido de caza y que no hacían nada más que otear a los parroquianos a ver si alguno daba alguna señal para pasar a la acción. Y nosotros en medio de aquella batalla, sin darnos cuenta de todas las armas que nos estaban apuntando...

Deric dijo...

También me gusta Madrid en cualquier época del año. La última vez que estuve fue en marzo (creo) y tampoco salí mucho más lejos del espacio Chueca-Gran Via

DiegoC dijo...

A ver si lo he entendido bien:¿cogieron un taxi para ir desde The Angel (C/Campoamor,11) al hotel (Pza. Vázquez de Mella)?¿y por qué no me regalaron a mí directamente el dinero?

Sufur dijo...

Desde luego, señor Shepperdsen, donde esté esa carrera armamentística que se quiten todas las demás...

Gran Vía/Chueca es lo que tiene, Deric: que no hace falta moverse de ahí. Otra cosa muy diferente sería, imagino, si viviéramos allí todo el año. Entonces querríamos escapar a toda costa.

Exactamente lo contrario, DiegoC: no tuvimos que coger el taxi. Eso fue lo bonito, en una ciudad tan grande como Mandril...

Eleuterio dijo...

Me encantó, me reí mucho.

Yo tampoco soy celoso.

Las cuatro de la manaña, como dice Peritoni, es la hora de los "saldos y retazos". Sin embargo, en la época que salía de levante, de ligue, me quedaba hasta las tantas, totalmente sobrio, y tampoco tenía a menudo la suerte de que el que me gustaba quisiera algo conmigo, como dice el bolero. Será que ponía cara de malo/ desesperado y eso ahuyentaba a medio mundo.

Justo dijo...

Qué buena crónica... y qué sería de Chueca sin los queridos provincianos -yo uno de ellos, lo único que me quedé a vivir-.

Pero ahora que lo dices y leyendo tu repaso, pocos bares hay interesantes, la verdad. Es más el remolineo por las calles que otra cosa. The Paso´s lo has definido a la perfección: es un tapón agobiante con música tirando a insufrible. Dos veces he estado en The Angel y me juré que no más.

Luego hay otros que citas que no conozco; y sí le tengo simpatía al Hot y desde luego al Strong, un lugar donde se han iniciado, en contra de lo que pudiera parecer, apasionados romances.

El Óscar es bien carete..

Un abrazo, sigue disfruntando con tu osezno

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