Mi casa en Santander está estratégicamente situada: de las cuatro tiendas de cómics que tiene la ciudad, tres están a menos de diez minutos a pie de mi portal. Eso es algo que ha sido muy celebrado, sobre todo por los respectivos dueños de las tiendas de cómics, que gracias a mí pueden permitirse ciertos lujos tales como el pagar sus hipotecas, comprarse ropa y, en ciertos arranques de derrochismo, comer.
A todo esto, el osezno tiene una costumbre que en cualquier otra persona yo consideraría odiosa y me incitaría al asesinato, pero que viniendo de él me resulta entrañable y hasta mona (cosas de ser un calzonazos): la de no usar la palabra cómic ni aunque le sobornen con un bocata de chorizo. Para él, cualquier cosa que venga impresa y contenga dibujos es un chiste, ya sea un Mortadelo y Filemón, un Tintín, un Astonishing X-Men, un Sandman o una colección de ilustraciones de Tagame chorreando testosterona. No me queda claro si lo hace para hacerme rabiar o si se trata de algún tipo de coloquialismo santanderino. El caso es que los chistes se han convertido en una broma particular nuestra y cuando salgo a dejarme el salario en mi único vicio reconocido siempre le digo: "me voy un rato a la chistería".
Pues bien, en Segovia solía haber una chistería. Y ya era mucho: al tratarse de una ciudad tan pequeña, abrir una sucursal en ella fue una apuesta bastante arriesgada por parte de los de Generación-X. Apuesta que, tras resistir como una leona durante unos pocos años, ha sido arrastrada por la crisis. Acabo de enterarme. Esta mañana me he vestido, me he abrigado bien, me he apretado el gorro a rosca sobre la calva y he salido valientemente a dar un paseo y visitar mi chistería... para encontrarme con el local abandonado, cerrado y con las lunas cubiertas de carteles de "se alquila" y "se vende". Sólo ha faltado ver pasar la clásica bola de zarzas movida por el viento para completar la imagen desoladora.
Qué chasco.
He tenido que refugiarme en la librería más cercana a hacer unas pocas compras paliativas para superarlo.
Asco de crisis...
A todo esto, el osezno tiene una costumbre que en cualquier otra persona yo consideraría odiosa y me incitaría al asesinato, pero que viniendo de él me resulta entrañable y hasta mona (cosas de ser un calzonazos): la de no usar la palabra cómic ni aunque le sobornen con un bocata de chorizo. Para él, cualquier cosa que venga impresa y contenga dibujos es un chiste, ya sea un Mortadelo y Filemón, un Tintín, un Astonishing X-Men, un Sandman o una colección de ilustraciones de Tagame chorreando testosterona. No me queda claro si lo hace para hacerme rabiar o si se trata de algún tipo de coloquialismo santanderino. El caso es que los chistes se han convertido en una broma particular nuestra y cuando salgo a dejarme el salario en mi único vicio reconocido siempre le digo: "me voy un rato a la chistería".
Pues bien, en Segovia solía haber una chistería. Y ya era mucho: al tratarse de una ciudad tan pequeña, abrir una sucursal en ella fue una apuesta bastante arriesgada por parte de los de Generación-X. Apuesta que, tras resistir como una leona durante unos pocos años, ha sido arrastrada por la crisis. Acabo de enterarme. Esta mañana me he vestido, me he abrigado bien, me he apretado el gorro a rosca sobre la calva y he salido valientemente a dar un paseo y visitar mi chistería... para encontrarme con el local abandonado, cerrado y con las lunas cubiertas de carteles de "se alquila" y "se vende". Sólo ha faltado ver pasar la clásica bola de zarzas movida por el viento para completar la imagen desoladora.
Qué chasco.
He tenido que refugiarme en la librería más cercana a hacer unas pocas compras paliativas para superarlo.
Asco de crisis...
7 comentarios:
Malos tiempos para la lírica, y para la chistería también, me temo.
(Me ha encantado la palabra, y con tu permiso la incorporo a mi diccionario personal)
La palabrita de marras es una genialidad. El osezno es un genio que debería estar haciendo guiones en televisión. Lástima que Nyc me la haya quitado para incoporarla a su diccionario personal.
Y yo que pensaba que por fin nos íbamos a librar de José Luis Moreno & Cia...
pobret, pero es que las tiendas de comic en provincias son mal negocio...
Rickisimus2, que yo sólo me la he pedido en usufructo, no en propiedad ;)
Me acuerdo de ti cada vez que leo un libro que se titula "Dio è un matematico" de Mario Livio.Para ti serà como ests cuadernillos de caligrafìa que hacìamos en la escuela,para mì es algo màs complicado,pero apasionante ver las matemàticas de esa forma.Me encanta
Así que de ahí viene lo de chistería? Esto de ir leyendo al revés es lo que tiene, una tarda siempre un siglo en enterarse de los detalles.
Podrías juntarte con el Costillo. Seríais la pareja ideal. He desistido de calcular lo que se deja semanalmente en comics o chistes, llámales X, pero así a groso modo pienso que serían unas vacaciones cojonudas, mismamente en África. Ains.
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