Superafavor del Arte

El domingo es ese día terrible que precede al aún más terrible lunes. Para equilibrar tamaña injusticia el Monstruo Espagueti Volador, al crear el Universo con Su Gran Tentáculo De Fideos, decretó que el domingo tuviera también sus alegrías y placeres.

Uno de esos placeres es el de desayunar con calma en alguna coqueta cafetería (o, en algunos casos selectos, en alguna aún más coqueta panadería), delante de un amplio surtido de bollería y con el periódico (o periódicos, si puede ser) recién traído(s) del quiosco más cercano. Es el día que puedo leerme el periódico casi de cabo a rabo, exceptuando las secciones que me aburren mortalmente: la de deportes, las de sucesos y las páginas salmón de economía. Por leer que no falte: hasta los suplementos dominicales, con lo malos que suelen ser, me repaso.

Precisamente en el suplemento dominical de El País de este domingo dedicaban una entrevista de una página al artista valenciano Antonio de Felipe, que expone estos días en la la Casa de Vacas del Retiro de Madrid.

Fue abrir la página, mirar la foto que habían puesto del muchacho, intentar leer la entrevista, mirar la foto, intentar leer la entrevista, mirar la foto, volver a mirar la foto, intentar leer la entrevista (sin demasiado convencimiento ya), volver a caer en la foto, y seguir mirando la foto. Así durante un buen rato. A día de hoy, sigo sin saber de qué iba el texto. Sigo mirando la foto...

ya quisiera ser yo esos pinceles...

Ahora sé dónde estaban todos los tíos buenos mientras yo estudiaba Física: ¡escondidos en la Facultad de Bellas Artes! Una prueba más de que me equivoqué de profesión...