V.V.V.V. (Viejos Verdes Vanidosos Viajando)

¿Resulta posible que dos hombres adultos, experimentados y de mundo, con muchos viajes a sus espaldas, se vayan de fin de semana y ambos facturen maleta en el aeropuerto?

Pues sí, es posible, si se llenan las maletas de la siguiente forma:

• Maleta 1: dos mudas de ropa interior, calcetines, dos camisas, un pantalón recién planchado, un jersey por si hace fresco por la noche, un librito para leer antes de dormir, pantuflas para tener los pies cómodos en el hotel, un par de zapatos ultrafashion y un neceser conteniendo los siguientes adminículos: cepillo de dientes, pasta de dientes, botecitos de gel, champú, acondicionador, fijador, exfoliante, hidratante, crema de contorno de ojos, espuma de afeitar, maquinillas, after shave, sales de baño, aceites de baño, bombas efervescentes para el baño, incienso y velas para el baño. Patito de goma.


• Maleta 2: dos mudas de ropa interior, calcetines, dos camisas, un pantalón recién planchado, un jersey por si hace fresco por la noche, un librito para leer antes de dormir, media docena de cómics y dos neceseres, el primero conteniendo los siguientes adminículos: cepillo de dientes, pasta dentrífica, kit de limpieza de gafas, hidratante, valerianas, paracetamol, omeprazol, alprazolam, betadine, ibuprofeno, frenadol, aspirina efervescente, vitamina C, mercromina, un termómetro, tiritas, toallitas húmedas. Y en el segundo neceser: profusión de condones, lubricante, relajante anal, buttplug, un bonito y utilísimo estimulador de próstata, un dildo pequeño, un dildo grande. Y, posiblemente, algo de vestuario imaginativo.
  

Ahora bien, en el caso totalmente hipotético de que fuéramos el osezno y yo quienes viajáramos a Madrid para asistir al espectacular concierto de Vest y pasar un fin de semana consumista en la capital, ¿a quién pertenecería la maleta 1 y a quién la 2, eh?