Guía de publicidad navideña: perfumes

Anuncio de perfume femenino #1: El interior de una mansión llena de techos imposiblemente altos y escaleras que le revolverían el estómago incluso a Escher. Toda la imagen está en blanco y negro, salvo los tonos violáceos de los cortinajes austrohúngaros y los tapices art decó. Una estilosa mujer, vestida de sedas vaporosas y con un peinado que podría haber sido proyectado por Norman Foster, avanza en la penumbra, tal vez buscando su identidad o puede que las llaves del descapotable. Detrás de ella avanzan en silenciosa procesión animales salvajes y majestuosos: un guepardo, un león de la sabana, una pantera, media docena de pingüinos. Un estremecedor solo de violín acompaña la escena, como queriendo sugerir que todos vamos a morir y aún no nos han dado cita en el callista. Súbitamente, la cámara se aleja, recordándonos la finitud de nuestros afanes. Una voz gangosa con un acento más empalagoso que el dulce de calabaza recita desganadamente el nombre del perfume. Fundido en negro. Target del anuncio: doña Cipriana, la portera, que tras haberse leído un libro de Dan Brown se cree culta y sofisticada.

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Anuncio de perfume femenino #2: Tejados de París por la noche, bajo una nevada algodonosa. A lo lejos se vislumbran la Torre Eiffel, Montmartre y cargamentos de fruta española tirada por los suelos. Una joven mujer, que se nota que es tope bohemia por llevar una boina ladeada, ríe alcohólicamente mientras un pintor truhán le hace un boceto para un retrato. Ella no sabe que en realidad él es registrador de la propiedad y lo único que quiere es llevársela a la cama. Suena un acordeón y la chica hace esfuerzos denodados por parecer feliz. Una voz juguetona y con problemas de dicción dice el nombre del perfume, por supuesto en francés del IV^ème arrondissement. Target del anuncio: románticas con un punto de rebeldía y cero neuronas.

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Anuncio de perfume femenino #3: Una mujer vestida como una niña con un vestidito de colores capaces de provocar un ataque de epilepsia a un daltónico brinca por la ciudad. La acompaña una música alegre e insulsa, con un coro de voces prístinas que dice "uh, uh" y "oh oh". A su alrededor todo es color y alegría porque todo el mundo ha desayunado a base de tripis. De repente, diversos desconocidos, a cual más apuesto, empiezan a regalarle cosas a la chica: flores, frutas, vísceras de pollo. Ella, pizpireta, les rechaza a todos y de pronto descubrimos que toda la escena se desarrolla en el interior de una pecera sobre la que llueve purpurina de colores. Una voz claramente oriunda de Albacete intenta fingir acento francés mientras lee el nombre del perfume. Target del anuncio: incondicionales de Ágatha Ruiz de la Prada.

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Anuncio de perfume masculino #1: Un joven algo desnutrido, de aspecto canalla y malote pero repeinado hasta el infinito, demuestra a todo el mundo su personalidad imitando poses inventadas por otras personas. La sucesión de posados produce vértigos y además suena una música machacona que haría estallar la cabeza de los televidentes si el spot durara más de los veinte segundos de rigor. El modelo hace todo lo humanamente posible para transmitir este mensaje: "soy joven y rebelde y en cuanto vea a un viejo por la calle me lo voy a cargar". La voz de un drogadicto dice en inglés el nombre del perfume, seguido de un eslógan que no dice absolutamente nada, tipo "be yourself all the time". Target del anuncio: cuarentones con síndrome de Peter Pan.

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Anuncio de perfume masculino #2: Un hombre vestido de gala entra en un bingo, y de repente todas las mujeres de la sala pierden la cabeza, acercándosele con lujuria y con tales movimientos sinuosos de cadera que serían capaces de desencajarle la columna a una cobra. Una voz masculina dice en español el nombre de la colonia, dejando implícito que con ella se folla una barbaridad. Target del anuncio: todos los hombres.

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Anuncio de perfume masculino #3: tras haber practicado algún deporte acuático, un mocetón se prepara para salir. Se pasea en bolas por la casa, luego entra al cuarto de baño, se mira al espejo como diciendo "qué bueno estoy" y se mete en la ducha. Miles de gotas de agua rebotan contra la piel tersa de sus pectorales, sus abdominales, sus glúteos. Sale de la ducha, se envuelve la cintura en una toalla de proporciones minúsculas, vuelve al espejo y empieza a peinarse marcando bíceps. Luego se pone unos pantalones que le marcan el culo, se echa por encima una camisa planchada por un ejército de mucamas filipinas, agarra las llaves de su porsche y sale a comerse el mundo. Una voz dice en inglés el nombre de la colonia, pero a quién diablos le importa a estas alturas. Target del anuncio: mujeres casadas con hombres que no se parecen al modelo del anuncio y, por supuesto, gays.