septiembre 23, 2010

El primer día

En el momento en que aparezca publicada esta entrada, estaré enfrentándome a mis nuevos alumnos en la primera clase del curso.

En el mundo de fantasía y color que es blogolandia me gusta bromear haciéndome el chulito y dejando caer frases del tipo "estos pardillos se van a cagar por la pata abajo", pero lo cierto es que nadie me libra del nudo en el estómago que me produce el estar frente a la clase; yo les tengo más pánico a los alumnos que ellos a mí, y estoy convencido de que huelen mi miedo.




No es solo miedo escénico: con eso ya cuento de partida. Lo peor es la sensación de ser un fraude. Recuerdo a los profesores que tuve durante la carrera: los había mejores y peores, desde auténticas eminencias a aburridos hombrecillos grises monótonos y de aspecto insignificante, pero todos tenían un conocimiento profundo de la asignatura en cuestión. Yo, en cambio, siempre tengo la sensación de llevar el temario cogido con pinzas. Cualquier día alguien se dará cuenta de la verdad: que soy un estafador, que no merezco este puesto, y me desenmascarará ante todo el mundo...

Claro que luego miro a los alumnos, les hago una pregunta elemental, se me quedan mirando alucinados como si les hubiera hablado en arameo, y se me pasa la tontería.

10 comentarios:

starfighter dijo...

Esa misma sensación es la que tengo en el curro todos los días. Cualquier día me echarán por fraude y se preguntarán cómo coño pude entrar. Cuanta inseguridad...

Allau dijo...

Guíate por el recuerdo de tus viejos profesores. Seguro que todos ellos eran excelentes actores.

Eleuterio dijo...

La idea de ser un fraude te rescata de la soberbia de algunos de creer que lo sabes todo...y al mismo tiempo, como decía Capote, es un látigo impiadoso. El equilibrio es difícil.

MM de planetamurciano dijo...

Tranki y ánimo, y si le sirve de consuelo...No hay ni un solo día donde yo no me sienta un megafraude en cualkier cosa ke haga...Empezando por el blog...

Justo dijo...

¡Otro colega!
Lo digo por lo de profe, no por el fraude, que no lo eres: hay cosas más importantes que saberse todo el temario..

Reconozco lo que dices, aunque ya tengo mucha mili -no sólo en la enseñanza, he tenido varias profesiones- y casi desde el principio me veo como en el salón de mi casa, jaja. Me planteé esto al principio por obligación, no por devoción, pero cada vez me gusta más el trabajo, de verdad..

Un beso

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

¡Qué bueno, qué bueno! Un "sólo ante el peligro": "sic (entrada programada): "En el momento en que esta entrada aparezca publicada...yo estaré enfrentándome a..."
¿Es un intento de testamentaría encubierto? ¿Llevas un fito-spray a la pimienta escondido en el pantalón?
¡Que si huelen el miedo dice!...Los que vayan a aprender, bastante con que lo intenten...Pero los que no, claro...irán mirando si el profe tiene una mini-diarrea a lo largo del pantalón, y encima se pondrán "palotes" con la idea...
Qué peligro, qué peligro la docencia...
Espero que vuelvas con vida a casa. Disciplina inglesa y correazos si ves peligro...
Besotes.

rickisimus2 dijo...

Me parece que hay mucha inseguridad en la blogosfera, tanto en el autor como entre los que nos contamos como fieles lectores.

¡Ánimo!

Kassandra Nasty dijo...

... Y si no se te pasan comprobando las excelencias de nuestro fabuloso sistema educativo con una pregunta elemental, siempre puedes combatir los nervios imaginándotelos desnudos... Aunque eso puede ser una espada de doble filo...

peritoni dijo...

Yo me moriría de pánico! Hay que tener huevos!
Una curiosidad mariconil: ¿te fijas en si hay chicos guapos entre los alumnos?
En caso afirmativo, ¿influye algo, aunque sea media décima en las notas?

Sufur dijo...

La respuesta a la primera pregunta, Peritoni, es: sí, mucho. Lo que ocurre es que en Ciencias somos todos bastante feos, así que no llega la sangre al río...

A la segunda pregunta tendría que ser capaz de decir que no, que no influye, pero no es cierto. Simplemente por el hecho de que un alumno sea guapo me fijo más en él, y si me fijo más acabo conociéndole mejor, y cuanto más conoces a un alumno o alumna más tiendes a ser indulgente con él/ella... Creo que los exámenes deberían venir sin el nombre puesto, sino con un código de barras o algo, para que los profesores no supiéramos hasta el final del proceso qué nota saca cada uno.

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