Cada vez que me da por mirar el cuadro de actividades deportivas que ofrecen en mi gimnasio (en vez de mirar a los chulos, que es lo que haría cualquier persona sensata) me entran unos sofocos y una pereza de agárrate y no te menees. No solamente por la cantidad de calorías que desprende tan solo el pensar en hacer tanto deporte, sino por lo ridículos y pijos que suenan los nombres de algunas de las actividades. ¿Quién demonios sabe exactamente en qué consiste el Power Plate o en qué se diferencian exactamente el Pilates-Stretch y el Pilates-Condition Latino? Parece que no importa tanto ponerse en forma, cosa totalmente demodè y para pobres, como poder decirles a las amigas que practicas un deporte cuyo nombre acaba en -ing. Si es que ya no saben qué inventar...
Pues no. Es que aún no se habían topado con mi imaginación enferma: no todo está dicho en el mundillo de los pseudodeportes de diseño. Aún se pueden inventar estupendas actividades pijo-deportivas con las cuales terminar de rellenar los gimnasios de gente loca por decorar sus vidas con cosas que acaban en -ing. He aquí unos pocos deportes de diseño que estoy seguro que causarán furor la próxima temparada:
- Acqua-swimming: exactamente igual que nadar como se ha hecho toda la vida, pero cincuenta euros más caro.
- Gastro-dance: se pone música de Bisbal y se menea el ombligo en movimientos a lo Shakira. Si se realiza después de haber comido una fabada, los efectos son espectaculares. Con dos pañuelos de raso y medio kilo de lentejuelas, se puede cobrar el triple a los alumnos diciéndoles que van a aprender a bailar la danza del vientre.
- Tzu-jian-tah: parece un arte marcial milenaria, pero en realidad la inventó un señor de Alpedrete. Sirve para armonizar las energías del chi y para que el señor de Alpedrete se haga un chalet.
- Slow classic spinning: se monta a un grupo de doncellas en miriñaque sobre bicicletas estáticas. Suena música a ritmo de minuet. Se pedalea a ritmo de tres ciclos por minuto, pero se adelgaza por culpa de los armatostes que se llevan encima.
- Banana stretching: para gordos golosos. Se coloca un plátano (tal vez untado de chocolate) en el extremo de un palo, y se atan las zapatillas del gordo goloso al suelo. El plátano se va alejando del gordo goloso mientras éste se estira para intentar alcanzarlo. Es buenísimo para los tendones. Si el gordo goloso alcanza el plátano, puede comérselo, pero el truco consiste en que el chocolate está envenenado y produce diarreas que potencian la acción adelgazante del ejercicio. Setenta euros la sesión.
- Fist fucking: no es exactamente un deporte, y además ya está inventado, pero sería novedoso verlo practicar en las salas de musculación. Muchos sudarían la gota gorda.
- Scaffolding: una vez se ha reunido un grupo de alumnos lo suficientemente amplio, cada uno de los cuales habrá pagado doscientos cincuenta euros de matrícula, se les provee de mono de trabajo y casco de obra. El ejercicio consiste en montar un andamio sobre la fachada del gimnasio, cambiar la mampostería y pintarla de un color alegre. Todo ello con música de Madonna. En la versión indoor los deportistas pagan por alicatar los baños.
Ya sabéis, con estas ideas y otras que tengo podemos montar un gimnasio y forrarnos, como Zaplana en la política, así que si alguno queréis ser mi inversor ya sabéis dónde encontrarme...
5 comentarios:
Pues tendría curiosidad por el "Slow classic spinning" (un traje de época siempre queda bien) pero me veo más en el "Banana Stretching" por la gula.
Un combi "Banana Stretching"+"Fist Fucking" daría resultados espectaculares en aquellos que se hayan comido el chocolate enveneado. Los bajos se quedarían más limpios que una patena. O puede que no.
La última alternativa es DEMASIADO gay; no sé si properará.
Yo ni con deportes de diseño me animo a un gimnasio...
Me apunto al gastro dance. Suena a clases de cocina con Arguiñano para recuperar el peso perdido en la gimnasia.
Lo que yo hago: Body Pump,Body Step y Body Attack.Tócate la pera!!!
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