enero 04, 2011

Nuevos vecinos

Vuelvo a Santander para encontrarme con la temible Báscula del Terror, que me dice que he engordado cuatro kilos (ahí es ná) a lo largo del pasado diciembre, para reencontrarme también con el osezno, quien me recuerda que tenemos asuntos pendientes desde antes de las vacaciones, y para toparme con que el primero derecha ya no tiene el cartel de SE VENDE.

El primero derecha pertenecía a una adorable ancianita a la que tuve la suerte de no conocer, porque todos los vecinos la detestaban de todo corazón. A su muerte los hijos pusieron a la venta el piso, pero con estas cosas de la crisis la casa se ha pasado más de tres años vacía y con el cartelito en la ventana. Ahora nos cuentan que por fin se ha vendido, pero no sabemos a quién o quienes. ¿Serán unos vecinos maravillosos o, como en el resto de casos de esta comunidad, de seres absolutamente aborrecibles? Puestos a desear lo mejor, y dado que ya vienen los Reyes, y teniendo en cuenta que el piso que se ha vendido tiene una terraza bastante grande justo debajo de mis narices, yo ya me estoy imaginando a nuestros nuevos vecinos:






Vamos, ¡por poner un ejemplo!

3 comentarios:

hm dijo...

Si sus vecinos son así, está invitándome a tomar café en su terraza ¡¡¡¡¡¡¡ yaaaaaaaaaaaa !!!!!!!!

starfighter dijo...

Ojala tengas suerte y sean así. La media de edad de mi bloque es de setenta y tantos, y eso que ha bajado algo gracias a nosotros. Eso sí, me siento como un chaval cuando me los encuentro, el mejor remedio antiedad de esos ;)

Feñizio dijo...

Que terrible seria tener vecinos así. No podría vivir tranquilo.

Abrazos

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