Al osezno se le acaba la beca y se tiene que volver hoy a España, mientras que a mí me queda todavía un mes más de estancia en Londres.
Qué mal rollo.
No va a ser lo mismo. Seguiré explorando la ciudad y yendo al teatro, iré a restaurantes y a museos y me tomaré pintas de cerveza tibia por ahí, pero no va a ser igual.
Nos jactamos de mantener nuestra independencia. Desde que estamos juntos ambos hemos pasado largas temporadas separados el uno del otro, con mis dos años en Italia y su año y pico en Grecia más todos nuestros congresos, por no hablar de nuestras ocasionales vacaciones por separado. La distancia nunca ha sido fácil, pero tiene sus recompensas. Ambos apreciamos nuestros momentos de soledad y la sensación de ser capaces de volar libres, con autonomía, cuando las circunstancias lo requieren o simplemente cuando nos lo pide el cuerpo.
Pero esta vez va a ser diferente, porque Londres es una ciudad que hemos explorado y disfrutado juntos, que hemos recorrido de la mano. Han sido tres meses magníficos, muy intensos, en los que hemos hecho de todo y la ciudad entera me sabe a él. Hay lugares a los que sé que no voy a volver, como el museo V&A, porque sé que si paso por allí y él no está conmigo me voy a sentir insoportablemente triste. Y la casa se me va a caer encima porque, a diferencia de las otras ocasiones, esta vez se queda vacía de sus cosas: un espacio en el que hemos vivido juntos, que ahora se desmantela a medias, en el que tengo que vivir un tiempo más y al que no vamos a volver nunca.
Un mes se pasa volando, me diréis, y es cierto, sobre todo teniendo en cuenta que aún me quedan por recibir un par de visitas y que tengo además un par de viajes fuera de la Isla durante este mes. ¡Pero el bajón no me lo quita nadie!
Qué mal rollo.
No va a ser lo mismo. Seguiré explorando la ciudad y yendo al teatro, iré a restaurantes y a museos y me tomaré pintas de cerveza tibia por ahí, pero no va a ser igual.
Nos jactamos de mantener nuestra independencia. Desde que estamos juntos ambos hemos pasado largas temporadas separados el uno del otro, con mis dos años en Italia y su año y pico en Grecia más todos nuestros congresos, por no hablar de nuestras ocasionales vacaciones por separado. La distancia nunca ha sido fácil, pero tiene sus recompensas. Ambos apreciamos nuestros momentos de soledad y la sensación de ser capaces de volar libres, con autonomía, cuando las circunstancias lo requieren o simplemente cuando nos lo pide el cuerpo.
Pero esta vez va a ser diferente, porque Londres es una ciudad que hemos explorado y disfrutado juntos, que hemos recorrido de la mano. Han sido tres meses magníficos, muy intensos, en los que hemos hecho de todo y la ciudad entera me sabe a él. Hay lugares a los que sé que no voy a volver, como el museo V&A, porque sé que si paso por allí y él no está conmigo me voy a sentir insoportablemente triste. Y la casa se me va a caer encima porque, a diferencia de las otras ocasiones, esta vez se queda vacía de sus cosas: un espacio en el que hemos vivido juntos, que ahora se desmantela a medias, en el que tengo que vivir un tiempo más y al que no vamos a volver nunca.
Un mes se pasa volando, me diréis, y es cierto, sobre todo teniendo en cuenta que aún me quedan por recibir un par de visitas y que tengo además un par de viajes fuera de la Isla durante este mes. ¡Pero el bajón no me lo quita nadie!
14 comentarios:
Damn Gott!
Qué trascendental, luego me dicen a mi, la marcha del Osezno parece la de Sebastian en "Retorno a Brideshead", me ha encantado.
Ahí hay amor y reencuentro con chispazos, y para mí las parejas ó compañeros que también me han funcionado, han sido un poco así.
Madre mía, qué sentimental es mi biomatemático cuántico déso favorito. Un mes se pasa en un pis-pás, ya lo verás.
Besotes.
Que te voy a decir que no te hayas dicho ya. Sí, el mes pasa en un suspiro y cuando te des cuenta ya estarás de vuelta por aquí. Y piensa en los reencuentros, es lo mejor. Besos ;)
Si al final va a resultar que eres un sentimental... como dice strafighter, piensa en el reencuentro.
Venga, ea, ea, ea, ya pasó, ya pasó.
Que sí, que un mes pasa volando, pero es muy comprensible eso que dices... despegarse de los recuerdos felices mientras te encuentras cosas que te los traen a la memoria cuando tienes a la persona con los que los has compartido lejos es difícil y triste.
Pero bueno, Santander y su Octubre nublado te parecerá muy soleado a tu vuelta ;)
Un abrazo
BEsito.
Pues a mí me parece admirable que seais capaces de llevar una relación tan adulta como para concederos la necesidad de tener cada uno vuestros propios espacios de independencia,iros por separado de vacaciones,congresos,etc.De hecho,siempre se ha dicho que uno de los mayores enemigos de la vida en pareja es la rutina y la convivencia continua,así que por ese camino vais bien.Y oye,que yo el viernes me pillo vacaciones,así que si es por temor a aburrirte,me invitas,que yo me busco un vuelo a Londres en un pispás XD
(no ha colado ¿verdad?)
Huy DiegoC... no me tientes ;-)
Y gracias a todos por vuestos ánimos y vuestro cariño!
No me tientes tú a mí!! :D
Además,que yo es pisar Londres/Berlín/Amsterdam y volverme loco con la visa en Rob/Mr. B/Expectations u otras tiendas para gente con malísima reputación.Es que me gusta todo!!!!
Hummm, no me importaría gastar unos días de mis vacaciones volviendo a Londres... ejem, ejem.
Ñam ñam, ¡DiegoC! Yo también me dejo los cuartos cosa fina en esos sitios... grrr ;-)
¡Qué sutil, Rickisimus jajajaja :-)
:-)
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