La chica del mostrador de audio-guías del Museo Británico era la viva imagen de Antonio Resines y tenía esa clase de sonrisa que sólo se adquiere tras suspender muchos cursos obligatorios de atención al cliente. Cuando llegó mi turno me preguntó en qué idioma quería mi guía.
- Españ… -empecé a decirle, y de repente cambié de idea. Ese día me sentía osado-. Inglés, por favor.
La doncella enarcó sus encantadoras cejas, igualitas a las de Brezhnev, y me preguntó:
- ¿Seguroooo?- Ehm… si- ¿De verdad?- Que si, hija, que si.- Es que no vas a enterarte de nada.- Yo creo que de un poco si, mujer…
Llegados a este punto la ninfa, viendo la cola que se estaba formando, emitió una especie de risa dispéptica y me dijo:
- Como quieras… yo por si acaso te voy preparando una en español. Total, vas a venir a por ella en menos de cinco minutos…
Así que me dio la guía en inglés, que se entendía perfectamente, y me pasé las siguientes horas disfrutando del museo sin ningún problema. Lo único que me estropeaba un poco la tarde era la mala leche que me había causado la condescendencia de aquella diosa de las relaciones públicas.
Es cierto que hablo un inglés de pena. Se me ve el plumero en cuanto abro la boca. Tengo un acentazo capaz de hacer llorar a Botín, vocalizo peor que la Duquesa de Alba y tartamudeo más que una Kalashnikov oxidada. Peor aún, parece que el inglés me va y me viene, y aunque hay días en los que prácticamente soy capaz de mantener una conversación digna de un parvulario, la mayor parte de las veces tengo la misma fluidez verbal que una coliflor hervida. Pero de ahí a presuponer que no voy a ser capaz de entender el inglés de la BBC de una audioguía del Museo Británico hay un abismo. !Porras, si "frontispicio" se dice prácticamente igual en inglés y en español!
Me encontré con mis amigos a la hora acordada. Como inciso he de aclarar que, en mi opinión, visitar museos es como el onanismo: una actividad fundamentalmente solitaria. A veces no está mal hacerla en compañía, pero normalmente cada uno tiene su ritmo y le gustan unas cosas distintas que al resto, y por eso es mejor ir cada uno a su aire y comentar la experiencia después. El caso es que, como decía, me reuní con mis amigos a la salida y lo primero que hice fue contarles mi experiencia. Uno de ellos, que pasó en su juventud una temporada larga en las Islas, intentó quitarle hierro al asunto:
- No te lo tomes a mal. Es un error que los ingleses comenten a menudo. Piensan que no vas a entender el inglés culto porque para ellos es difícil. No se dan cuenta de que es el que nosotros entendemos mejor.
Tiene sentido. Las palabras inglesas que mejor entendemos los españoles son aquellas que provienen del latín o del francés: justo las que forman parte del inglés refinado pero que no se utilizan en la calle. Además, el inglés que se usa en los artículos que escribo y en los congresos a los que voy es un inglés técnico, lleno también de expresiones que no forman parte del lenguaje coloquial. Tengo una prima que lleva viviendo treinta años en Inglaterra, está casada con un inglés y es profesora de una Universidad inglesa, y me cuenta que aún le sigue pasando. Dice cualquier cosa y los nativos le corrigen educadamente, pensando que la pobre extranjera se ha equivocado. Pero ella les corrige entonces a ellos: "mirad, esta palabra si que existe, significa tal cosa, proviene de tal raíz y si miráis en el diccionario veréis que tengo razón". Y siempre la tiene.
En resumen: sé inglés, pero no el que habla la gente real. Si todo fuera el elegante, pausado, señorial inglés de la BBC otro gallo me cantaría. Pero a ver quién es el guapo que entiende el cockney. Ahí sí que tendría razón la petarda de las audioguías…
10 comentarios:
Tal vez se pensaba que eras una Vicky Pollard española. Por eso procuro ver las series de la BBC en versión original, a ver si se me pega algo aunque sea por ósmosis.
Estoy aplaudiendo con las orejas. Para mí, el mejor post que he leído en mucho tiempo en la blogosfera. ME ENCANTA!!
Yo estoy convencido de que no te enteraste de nada pero no lo admites, en fin.
Pero tranqui, casi todos los españoles quedamos muy catetos hablando inglés o francés, por los temas de pronunciación y entonación, básicamente.
La pronunciación de Botines Colombo me ha dejado paticonfuso. Pero claro, como dijo Hillary (la prima pija del príncipe de Bel-Air) en un caso parecido: ¿pedir perdón yo? ¡Pero si soy rica!
Saludos.
Y no te cuento lo que me pasa a mí con el alemán, que lo hablo en su versión alta pero no en sus dialectos. Que me vengan a hablar en dialecto es casi que me hablen en arameo.
Que te duela la correción o la suposición de ignorancia es algo que pasa a TODO el que vive en el extranjero hablando una lengua que no es la suya. Uno quiere ser perfecto, hablar como ellos y no lo logra. No vale la pensa volverse loco por esto.
Yo creo que los que habláis inglés (yo sólo chapurreo algo) tenéis un fallo enorme: no os preocupa la pronunciación!
Os viene de cuando en el cole daba vergüenza hablar correctamente la lengua extranjera delante de la clase.
Así oyes hablar a mi chico o al mismo Mocho que está por aquí, y yo pienso, qué pena, tienen todo el vocabulario, conjugan los verbos perfectamente,entienden lo que les están diciendo y sin embargo a la hora de hablar lo hacen sin acento y sin gracia, como en el cole.
Y para mí es lo más fácil de todo! (entonaciones aparte)
Haces muy bien, Star... a mi me da mucha pereza, pero me voy obligando poco a poco.
¡Gracias, Nils! Me he puesto colorado y todo
Totalmente de acuerdo, Mocho. Siempre hablamos de la pronunciación, pero la entonación también nos lastra una barbaritud.
"Esasto", Moriarty... seguro que nadie se rió cuando proyectaron la grabación.
Estoy de acuerdo con lo que dices, Eleuterio: ni hace falta volverse loco, ni hay que ofenderse. Pero si no me hubiera hecho el ofendido, no habría habido entrada de blog, jeje
No sé qué decirte, Peri... para mí pillar la pronunciación correcta es como el saber imitar a la gente: un don (ejercitable, pero hay gente que siempre será negada para ello). A algunos les sale natural (tú y Nils sois dos ejemplos) y a otros no. Pero no es que no nos preocupemos. Yo me preocupo bastante por ello, pero no se me da bien.
No sé si tú serás valencianohablante (supongo que sí)... he notado que los tristes castellanitos monolingües tenemos más problemas que nuestros primos gallegos, catalanes, valencianos o portugueses a la hora de aprender a pronunciar inglés. Creo que se debe a que fonéticamente el castellano es bastante limitado. Y no solo porque nos falten sonidos vocales que jamás conseguimos que nos salgan decentemente, sino que también es una cuestión de consonantes: hay muy pocas consonantes que suenen igual en inglés que en castellano. Y la mayor parte de las veces no nos damos ni cuenta. Por eso, manifiesto desde ya mi más absoluta envidia hacia los bilingües: ¡quiero ser como vosotros! Pero tendría que nacer de nuevo para ello...
Hoooooola!!
Ay el inglés...Cuantos disgustos me da...Pero hasta que no lo domine como un nativo no pienso parar!!
Welcome back, Mr. MM! :-)
Pienso lo mismo que Starfighter. Y no hay nada mejor para comprobarlo que ver un capítulo de "Donwton Abbey" y luego "Little Britain" conn la Pollard.
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