De aquí a pocas horas vuelvo, por fin, a Italia. Ha pasado un año desde la última vez: demasiado tiempo.
Italia no deja indiferente: o eres de los que la aman o de los que la detestan. Sorprendentemente, yo soy de los primeros. Y digo sorprendentemente porque tanto físicamente como por personalidad me parezco más a los alemanes que a los italianos: no es cierto que todos los españoles seamos mediterráneos. Pero eso no me impide apreciar la belleza y la vitalidad de Italia: su arte, su historia, sus hermosísimas lenguas y dialectos, su espléndida gastronomía, sus paisajes, sus gentes, su literatura, su música... A pesar de que en estos precisos momentos lo que menos me apetece es viajar, tengo muchas ganas de volver a Italia.
Y además es un buen momento para hacerlo: Italia va a ser un país aún más hermoso en cuanto consiga desembarazarse de una santa vez del maldito Berlusconi.
En estos momentos en los que Italia está en el punto de mira y parece ser el ejemplo de todo lo malo que hay en la Europa "de segunda categoría", conviene recordar una lección fundamental de su historia. Italia tiene una capacidad inigualada para destruirse y recrearse a sí misma: desde los etruscos al Imperio Romano, la caída en manos de los bárbaros, las ciudades-estado, las Repúblicas Marítimas, el faro del Renacimiento, el dominio por parte de las potencias extranjeras, el Risorgimento, las Guerras Mundiales, la fundación de la Comunidad Europea, el triunfo del diseño made in Italy... Siempre cayendo y levantándose, siempre asombrando al mundo. Quienes se frotan las manos contemplando el derrumbamiento social, político y moral de Italia no deberían cantar victoria todavía: nunca se sabe cuándo Italia volverá a sorprendernos con un nuevo Renacimiento. Yo tengo confianza en la grandeza del pueblo italiano: saldrán de esta, y tal vez incluso nos saquen a los demás del agujero en que nos hemos metido.
Pero por el momento, me bastará con poder disfrutar una vez más de pasear bajo los soportales rojos de Bolonia...
6 comentarios:
Comprendo muy bien todo lo que nos gusta de Italia, pero creo que te estás pasando en tu afición. Berlusconi es una ladilla de la que no escaparemos fácilmente. Tu dirás.
Solo conozco Italia por un mini viaje, pero por lo poco que vi pienso como tu.
La pena es que de Berlusconi no se libran como no lo tiren al mar y le convenzan (por las buenas o por las malas) que el bunga bunga y la pasta esta en dirección contraria a la costa. ¿Porque en el gobierno italiano siempre terminan los mas mafiosos y mangantes? y encima orgullosos de serlo.
Un besuco.
A. de las Cantabrias.
Italia, y los italianos, sigue siendo una de mis asignaturas pendientes. Que envidia ;)
yo también soy de los que la amo y vuelvo siempre que puedo, nunca me da pereza ir a Italia y ahora dará gusto poder volver
Me dio la impresión este verano que Bolonia es una ciudad ideal en otoño/invierno.
Por el youtube hay ya un vídeo de una interpretación espontánea del Aleluya de Haendel en el Quirinal, para celebrar la dimisión de Berlusconi. Esas cosas, en España. se celebran con trompetillas, bocinas y oe-oe-oe.
Efectivamente, Italia es otro mundo.
Saludos, y saludos también a Bolonia.
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