junio 21, 2012

Los Vanessos

Vayas a la hora que vayas, están allí.

Los lunes por la tarde están allí. Los miércoles por la noche están allí. Los sábados por la mañana están allí. Los domingos a la hora de comer es posible que estén allí, pero yo nunca lo comprobaré. Todo gimnasio tiene su maldición, y la del mío son ellos.


Se trata de los Vanessos. No sé cómo se llaman de verdad ni me interesa saberlo, pero si fueran chicas se llamarían todas Vanessa, Jenni o Brandine. Su principal ocupación: adueñarse del press banca durante horas, hacer corrillo observándose los unos a los otros, hablar de estupideces, estorbar lo máximo posible e intentar impresionar a los demás, cuando no solamente no están buenos, sino que además son más feos que Picio.

Así son las cosas: si estás usando una máquina, se te acercarán y te preguntarán insistentemente cuántas series te quedan. Si la están usando ellos, olvídate de hacer ese ejercicio ese día. Si la máquina parece libre, no te hagas ilusiones: al acercarte, uno de los Vanessos se saldrá del corrillo donde está cotorreando, te interceptará a toda velocidad y te dirá que la máquina está ocupada por él, y para demostrarlo te enseñará una toalla sudada que no ha pasado por la lavadora desde que Filipo II de Macedonia hizo la primera comunión.  Porque no tienes ganas de quedarte sin dientes, y sobre todo porque no tienes un lanzallamas a mano para desinfectar el aparato, desistirás y a otra cosa mariposa.



El número de Vanessos es variable, pero existe un núcleo duro compuesto por tres especímenes a cual más lamentable:

Está Herman Vanesso, también apodado el Catedrático, el más viejuno de los tres. De H. Vanesso se aprecian varias cualidades, entre las cuales destaca a primera vista la deformidad física, que se ve acentuada por una preferencia por los culottes y mallas ajustados que desafía todo sentido de la estética. Físicamente, recuerda a un cacahuete pinchado en un alambre: un ensanchamiento desaforado por la zona de los hombros, unas lorzas incipientes alrededor de un culo enorme y mal puesto y unas piernecicas que da pena verlas. El Catedrático se dedica a asesorar a sus colegas Vanessos acerca de cómo, cuándo y donde ingerir aminoácidos, ya sea en forma líquida, sólida o gaseosa, y es una auténtica enciclopedia en materias de L-carnitinas, creatininas y cretinas. Por lo demás, parece ser completamente analfabeto.

Está Melanino Vanesso, el único de los tres que tendría un pase de no ser por su cara de idiota y por sus problemas dermatológicos. M. Vanesso combina a la perfección un peinado teñido de rubio con una piel chamuscada por los rayos ultravioleta, lo cual hace que se parezca asombrosamente a la vecina vieja de "Algo pasa con Mary". Complementa su aspecto con camisetas de tirantes que permiten apreciar en todo su esplendor la multitud de ampollas, peladuras y escoriaciones que adornan su epidermis. Su principal virtud consiste en ser el más callado de todos los Vanessos, y puede que llegue a convertirse en un miembro útil de la sociedad si sobrevive al melanoma.

Por último, está Cuscús Vanesso,  alias el Adolescente Insoportable. C. Vanesso tiene la cara llena de granos, mide unos dos metros de altura y recuerda a un regaliz rojo tanto en la forma, como el color, como el número de neuronas que contiene. Siendo de natural flaco a la par que idiota, C. Vanesso está intentando muscularse a base de repeticiones, clembuterol y pizzas, lo que augura para él un prometedor futuro como ejemplar de esa subespecie humana conocida como Flacos con Barriga. Este Vanesso ha conseguido algo que parecía imposible: des-erotizar para mí algo que hasta ahora había sido uno de mis fetiches sexuales, el piercing de pezón, colocándose unas bolitas de color rosa y no cuidándoselo hasta que el pezón se le ha puesto como una galleta campurriana. Ni los más ancianos del lugar recuerdan una sola ocasión en la que haya dicho algo interesante, cosa que no le impide no parar de hablar en todo momento.




Otros miembros esporádicos del club de los Vanessos son Pollón, el Monitor Creído, Putillas, Pin y Pon, Mastuerzo, Raquero y otros cuantos más que aún no tienen mote, todos ellos bastante detestables también aunque sin llegar a los límites de los otros tres.

Puede dar la sensación de que odio a los Vanessos. Nada más lejos de la realidad: yo siempre veo el lado positivo de las cosas, y por eso me alegra la presencia de gente así a mi alrededor. Al fin y al cabo, me paso el día rodeado por personas más inteligentes que yo tanto en casa como en el trabajo, y eso a la larga acaba pasando factura a la autoestima. Ponga un Vanesso en su vida, y verá qué listo se siente en comparación.






PD. Si habéis llegado aquí, os propongo un pequeño concurso: ¿cuál de las anteriores fotos es de uno de los mamíferos que habitan en mi gimnasio? Es fácil...

17 comentarios:

starfighter dijo...

Consuélate en que es una especie extendida por todo el planeta y por eso mismo, para evitar a los Vanessos y no tardar dos, o más, horas en hacer unos ejercicios que hago en la mitad de tiempo voy a primera hora. Tiene su sacrificio pero no aguantas gilipolleces.

Apostaría por la tercera foto pero mi neurona está espesa estos días...

Eleuterio dijo...

Ninguno, están todos demasiado buenos.

Christian Ingebrethsen dijo...

Mi voto para la segunda foto.

Yo desde que me tuve que quitar el piercing del labio por un... emmmmm... accidente, he dejado de verles el lado erótico.

Y por otro lado yo considero muy positivo el rodearnos de gente más inteligente que nosotros. Nos hacen mejorar a la par que pensar que aún hay esperanza. De hecho me estreso bastante cuando tengo cerca a una persona con escasa actividad sináptica.

Deric dijo...

El de los pantalones rojos con cara de tonto!
En mi gimnasio también hay una fauna parecida, por eso hace tiempo que decidí ir a las 7 de la mañana antes de ir a trabajar y oye, una delícia.
Es que los rebaños de los gimnasios dan para infinidad de libros!
Por cierto, no me pone nada-nada, un piercing en el pezón... uis! solo de verlo ya me duele a mi!!!!

Nils dijo...

Yo también creo que es el de las calzonas rojas. Y como sea el de la camiseta gris de Under Armour, me voy directo a tu gimnasio y le secuestro!!

shepperdsen dijo...

Yo también voto por pantaloncillo rojo. Sigo flipándolo con la entrada de Picio en la Wikipedia...

Mocho dijo...

Todo me recuerda a las conversaciones que se trae un grupito de twitter que yo me sé cada mañana

Sufur dijo...

Jo tía, como te pasas... :-P

Anónimo dijo...

Espero que sea el de la segunda foto, si es cualquiera de los otros, ¡por favor te lo pido, dime cual es tu gym!.
En el mio tenemos una cuarta especie, que yo creo es muy rara, la perdonavidas: dicese de tia pedorra que no consigue estar ni la mitad de buena de lo que ella se piensa, aunque se pase la mañana en el gym, que siempre esta usando los aparatos que tu quieres usar aunque no se haya acercado a ellos en semanas, te los puede dejar usar pero siempre dejandote bien claro que te hace el favor, que te mira con desprecio y con cara de perdonarte la vida en cualquier situación, la hables o no, la mires o no, la desprecies o no, ya que tu pobre desgraciado nunca llegaras a estar suficientemente bueno para ella, nunca mereceras que alguien como ella mantenga una conversación contigo, y da gracias si de casualidad posa su mirada (ligeramente bizca, por cierto) en ti.
yo tambien soy de los que va por las mañanas y la verdad es que la fauna es mas normal, salvo excepciones, que por las tardes. Creo que tambien ayuda ir a un gym de pueblo.
Besucos.
Agustín.

Sufur dijo...

Metropolitan, oh misterioso Agustín

MM de planetamurciano dijo...

Me troncho con la descripción de los vanessos! Extraña que National Geographic no se haya puesto a preparar un programa de muchas horas dentro de un gimnasio, porque menuda fauna.

hm dijo...

Eso de que fuera del trabajo le gusta estar con gente menos inteligente que usted, me procupa, por que usted y yo nos conocimos fuera del entorno laboral. :o

DiegoC dijo...

Mira,yo es que a las máquinas apenas me acerco (sólo hago una historia concreta para aliviar/corregir una contractura resistente como ella sola que tengo en la espalda).Así que eso que me ahorro.Y luego,a las clases colectivas (BP,BS y BA),que no se te pondrá cuerpazo de estibador pero son infinitamente más divertidas.

Sufur dijo...

En efecto, caballeros, la foto hecha por mí corresponde al jamelgo con pantaloncito rojo. Quienes hayan acertado pueden pasar por mi casa a recoger su premio... :-P

Anónimo dijo...

Metropolitan, ¿ahi no trabaja de monitor un rubio con ojos azules y melinita recogida en una especie de moño que esta bastante buenorro? espero que no sea el monitor creido porque lo conozco y no me pega.
Me sigue intrigando lo del misterio, espero que sea para bien.
Besucos.
Agustín.

Sufur dijo...

Hola Agustín,

Sí, sí que trabaja ese chico y no, él no es el monitor creído. Por el contrario, es bastante agradable, me cae muy bien. El creído es un jovencito moreno que solo atiende a los Vanessos y a las Jennis.

Me intrigas para bien, conozco a un Agustín que tiene lazos con un negocio hostelero y con uno de los cuerpos de seguridad del estado, y me pregunto si puedes ser tú.

Besucos :-)

rickisimus2 dijo...

Mi vida laboral y personal me impidió ver esta entrada a tiempo de apostar por el del pantaloncito rojo. No está mal el muchacho. (soy lo peor de lo peor).

Oye, creo que te podrían contratar en National Geographic o en Cuatro para hacer reportajes sobre fauna variada.

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