El hombre cretense (Κρητική άνθρωπος) es un mamífero omnívoro de la familia de los tremendáceos que habita en el Mediterráneo Oriental. Se caracteriza por su vistoso pelaje, sus rotundas formas y por la capacidad de hacer que un
frappé le dure dos horas enteras. Se alimenta fundamentalmente de productos de la huerta y cordero, todo bien regado con τσικουδιά. A lo largo de su vida atraviesa tres estadios claramente diferenciados, separados entre sí por súbitas y dolorosas metamorfosis:
ESTADIO I: INFANCIA
La infancia o fase de larva del hombre cretense se parece bastante a la fase análoga de otros homínidos. El niño cretense se asemeja a su homólogo noruego, por poner un ejemplo, pero suele tener mejor color y pasárselo mucho mejor. Por desgracia es una época muy peligrosa, con un altísimo índice de mortalidad debido a la mala pronunciación de los turistas, que en proporciones alarmantes se confunden en el restaurante pidiendo παιδιάκια (niños) en vez de παϊδάκια (chuletillas de cordero).
ESTADIO II: DESPAMPANANCIA
Cuando el niño cretense alcanza una edad comprendida entre los quince y los veinte años, sufre una rápida metamorfosis. Atraviesa una fase de pupa, llamada así por la cantidad de heridas que les producen los granos que les salen en la cara, durante la cual se manifiesta un rápido desarrollo muscular y genital. El cretense entra de lleno en la despampanancia con la aparición de su rasgo corporal más distintivo: la barbita de pocos días.
|
Joven cretense en las fases iniciales de la despampanancia |
El joven cretense es inseparable de su barba durante la mayor parte de la despampanancia, hasta el punto de que ciertos eruditos han llegado a hablar de la subespecie del Cretense Barbudo (Γενειοφόρος Κρητική); sin embargo esta terminología no es universalmente aceptada.
|
La barbita cretense, imprescindible |
|
Este ejemplar está tan rico que se lame a sí mismo |
|
Barbita y escote viril, una combinación muy de moda este año |
|
Según estudios de la Universidad de Michigan, once de cada diez cretenses en despampanancia llevan barbita |
|
|
|
|
El cretense despampanante se divide en dos subespecies: el Κρητική μεγαλόκουλος (o cretense de culo gordo) y el Κρητική λεπτόκουλος (o cretense culifino), siendo la primera subespecie la más abundante, mullida y vistosa.
|
Vista posterior de un μεγαλόκουλος en esplendor |
|
El órgano más destacado del μεγαλόκουλος |
|
Raro ejemplar de μεγαλόκουλος no barbado |
|
Los labios como sofás, otra característica frecuente del μεγαλόκουλος
|
|
Un raro ejemplar de λεπτόκουλος hirsuto de pezón redondo |
Durante los años más floridos de su despampanancia resulta muy difícil fotografiar al macho cretense, no porque sea tímido sino por sus horarios. Durante las horas diurnas y bien iluminadas el cretense se esconde ya sea en su casa, en el gimnasio o en la playa; los mejores machos alfa se lucen en las costas de Platanias intentando aparearse con la hembra nórdica, especie migratoria que frecuenta las arenas mediterráneas en los meses de verano. Es al atardecer cuando el cretense, ya duchado y con la barba recién recortada, sale a pasearse pero sobre todo a sentarse en las terrazas. A esas horas la iluminación es pobre y las fotos salen de pena.
|
El pasatiempo favorito del cretense, en todas sus fases vitales: sentarse en la terraza de un καφενείο durante horas |
|
La playa, buen lugar para avistar cretenses, pero malo para fotografiarlos |
|
Espalda de un ejemplar joven entrando en fase de despampanancia |
|
Mεγαλόκουλος hirsuto de alto voltaje |
|
Mεγαλόκουλος de piscina, que también existen |
|
Evidentemente, no es griego: no tiene barbita, es totalmente artificial y además posa |
|
Vigilante de la playa, modalidad μεγαλόκουλος de barba de un solo día |
|
Subespecie: Κρητική αρκούδα (osete cretense) |
|
Triste ejemplo de μεγαλόκουλος depilado de pubis sugerente |
|
La barra de la sombrilla tapa lo mejor de él |
|
Despampanancia en su plenitud |
|
Chorrito |
|
No es cretense, pero lo parece. Porque usteden lo estaban pidiendo, ¡aquí tienen por fin al osezno desnudo! |
En cuanto a su vestimenta, ambos tipos de cretense en despampanancia tienden a vestir ropas frescas y bastante similares a las de otros seres humanos de su misma edad, independientemente de su origen:
Un elemento característico, no obstante, es la costumbre de llevar cruces al cuello, cosa que ya se ve raramente en otros lugares. Desconocemos si lo hacen por devoción o por no contrariar a sus madres.
Mención aparte merecen los cretenses que se dedican al mundo de la canción popular, que o bien nunca entran en despampanancia o bien se rigen por principios estéticos ajenos al resto de los mortales:
Finalmente, acabada ya su larga fase de decadancia, el cretense se va arrugando más y más y confundiéndose con el paisaje, hasta llegar a convertirse en un tronco de olivo (en el caso del
esfakiano rural típico) o un paragüero (en el caso del moderno cretense urbanita), lento proceso que suele tardar entre diez y cuarenta lustros en completarse. Con estos residuos los nuevos cretenses fabrican crucifijos y
κομπολόγια con los que dejar perplejos a los turistas. De esta manera, el gran ciclo de la vida se perpetúa en la gran isla griega, para satisfacción de casi todas las partes implicadas.
PD. Se admiten votaciones...
10 comentarios:
Vaya clase magistral!
Me encantan los cretenses en su segunda etapa, las despampanancia.
Y me conformo con el depilado aunque atente contra los cánones por ello.
Lo de la metaforfosis en paragüero meha dejado muerta literalmente! JAJAJAJAJAJAJAJJAJJA
P.D. Lo de demostrar que no eres un robot es cada día más complicado, lo juro.
Sé exactamente dónde fue tomada la foto número 16 porque allí hemos parado mas de una vez para contemplar especímenes (yo) o para tomar Ice Café (mi chico).
Sumamente asombrado estoy de tu audacia para sacar fotos de malas bestias sin que se den cuenta y/o te peguen....deberá ser que das miedo y respeto a los bigardos.
Menuda clase de antropología mediterránea. Y digo mediterránea porque eso mismo, calcadito letra a letra, se puede aplicar a los turcos y otras nacionalidades del entorno. Es llegar a la treintena y entrar en decadencia total.
No, Star, es casarse y despiporrarse y dejar de estar buenorro. Lo he visto en Benidorm y en Conil de la Frontera.
Triste destino hetero.
¡Qué maravillas! La verdad es que eso de la fase de despampanancia es todo un hallazgo antropológico.
Me alegra saber que no soy el único a quien le cuesta demostrar que no es un robot.
Joder,acabo de descubrir que mi monitor de gimnasio favorito es cretense.....
Dicho de otra manera: LOS HUMANOS NO SOMOS ROBOT Y NO QUEREMOS DEMOSTRARLO CADA VEZ! (que lo demuestren ellos)Ea!
De este post saco al menos pa siete u ocho masturbaciones. Maremía qué barbas...
Viciosillos... :-P
Por cierto, me parece fatal que nadie haya comentado del osezno...
Publicar un comentario