octubre 27, 2012

Las fiestas de guardar

En estos tiempos insensatos y descreídos en que vivimos, cada día me siento más en contacto con mi lado místico y espiritual.

La fe renace en mi interior a través de una íntima conexión casi panteísta entre mi ser y las fuerzas cósmicas que me rodean, a través de una máxima filosófica que deja al Imperativo Categórico de Kant a la altura del betún:
"Prácticamente todo lo que me hace feliz tiene que ver con cosas que entran o salen a través de orificios corporales"
Esta es una frase que no es mía, sino de un conocido gurú con quien me llevo muy bien, hombre de insólita profundidad física y metafísica, quien que yo sepa jamás se ha preocupado de asuntos tan banales como el copyright.

Por eso me apenan las personas que se ponen como basiliscos porque en estas fechas cada vez más gente celebre la fiesta anglosajona del Halloween, teniendo ya como tenemos nuestra bonita tradición necrofílica y necromántica de Todos los Santos.

Y yo digo, ¿por qué elegir? Lo bonito y espiritual es celebrar absolutamente todo lo celebrable, yendo siempre a las esencias más puras y auténticas de lo que se celebra. A saber:
  • Todos los Santos: la fiesta en la que se comen huesos de santo y buñuelos.
  • Halloween: la fiesta de las chuches.
  • Navidad: celebramos el turrón, los mazapanes, los polvorones, el roscón de Reyes, el panettone y los ataques de gota por exceso de marisco.
  • Semana Santa: la fiesta de las torrijas y las rosquillas de palo.
  • Domingos y fiestas de guardar en general: santifiquemos los churros. 
  • Fiestas patronales: consisten en honrar la memoria de los mantecados, los pestiños, las hojuelas, las perrunillas o lo que toque según región.
Y así sucesivamente. Yo, movido por este afán místico-religioso, últimamente celebro de todo, incluyendo el Hannukah por los sufganiyots, el Eid al-Fitr de final de Ramadán por la panzada a comer que supone, el Año Nuevo Chino por sus hot pots,  los potlucks del Naw Ruz zoroastriano, los tradicionales banquetes del Folsom Day, el Tết Trung Nguyên vietnamita por aquello de los dumplings, la Diada por las butifarras, Diwali por sus currys, la Fiesta Nacional de Nueva Caledonia por la bougna, y etcétera, etcétera.

Todo lo cual me hace sentirme muchísimo más contento y en paz con todos los planos de la existencia, que son, a todos los efectos, los que paso a enumerar: este. 

De modo que dejaos de monsergas y provinicianismos y viejuneces varias, y a celebrar todo lo celebrable. Que la vida son cuatro días, y encima la mitad llueve.




5 comentarios:

starfighter dijo...

aaaaamen!!!

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

Me comí el otro día comiéndome media butifarra blanca, que observé que tiene más grasas y calorías que el fuet, con contenido proteico más equilibrado (no sé si esto se dice así): En fín, que miel sobre hojuelas, porsupuesto...
Oye que si quieres una poca Cantuccini alle mandorle tengo aquí, cógeme unas que no me quiero comer la caja:-)
¡Un abrazo!

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

Me sorprendí el otro día comiéndome, quería decir:-)

Eleuterio dijo...

Si se trata de comer, allí estoy, claro. Adoro morfar.

MM de planetamurciano dijo...

¿Los que critican Halloween son los mismos que critican el orgullo, la navidad, el verano y esas cosillas?
Lo digo porque da la impresión de que esa gente no es que NO celebre Halloween...¡Es que no celebran nada de tan aburridos de la vida que están!!
Por otra parte, que se critique por ser fiesta americana tiene mucha tela...¡¡Como si algún país tuviera algo original sin contaminar por otras culturas!!

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