Salvo por el pequeño detalle de que duermo cada noche junto a un osezno, puede decirse que soy uno de los maricones menos gays del planeta. Llevo una vida absolutamente convencional y prácticamente hetera: vida de señor casado de mediana edad, con hipoteca, gatos y una rutina de clase media casi invariable; el 99% de mis amigos son hetero, y mis conversaciones, cuando no giran en torno al trabajo o a mis numerosos achaques de viejuno, incluyen temas tales como la progesterona, bodas, bautizos, comuniones, potitos, cacas, cesáreas, dientes de leche y patucos. Son temas alegres y que realmente me interesan, pero a los que no dejo de asistir como mero espectador externo; con el paso de los años me voy quedando cada vez más al margen de las cosas. Mientras tanto, mi única conexión cotidiana con mundo marica es a través de mi blog, en el cual cuatro quintas partes de lo que cuento están tan adornadas de fantasía que cualquier parecido con la realidad no solamente es mera coincidencia, sino que además suele referirse más bien a la realidad de otros.
Dicho esto, no quiero que de la impresión de que estoy descontento con mi estilo de vida: al contrario, me considero un individuo muy afortunado y razonablemente feliz en mi día a día, achaques aparte y considerando que la felicidad es un invento del siglo XIX para el que no estamos biológicamente preparados ni socialmente condicionados.
Pero de cuando en cuando, una vez al año o así, necesito una escapada al universo paralelo del petardeo, los bares de testosterona y los pelos; cambiar el chip y hablar fundamentalmente de pollas, sacar a relucir la ferretería de diseño si se tercia, dedicarle tiempo a ese 1% de mariamigos e intentar, si se puede, expandir un poco ese porcentaje.
Por eso en estos momentos el señor osezno y yo estamos volando hacia nuestro Fin de Semana No Hetero, en el que no queremos tener contacto con ni noticia de absolutamente nada que no tenga que ver con el mariconeo. Hasta el lunes, mundo real: ahí te quedas, ya te contaré a la vuelta.
1 comentario:
Don Sufur, no se porque me da que usted y su pariente tambien se han ido a ver/cazar osos a los madriles, como medio pais, ¿Me equivoco?. ¿No sera Londres?. En cualquier caso !!!!!la envidia me corroe¡¡¡¡¡
¡¡¡¡Que asco me dan todos los que se han ido de puente!!!!
Ni besucos ni ostias.
Agustín.
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