febrero 02, 2013

Egoïste

Mi tendero favorito es un hombre la mar de convincente.

Sus superpoderes hipnóticos sobre mi tienen unas cuantas explicaciones, todas sencillas de entender. Para empezar, se trata de un osazo morboso y guapo a rabiar, con el único defectillo de ser oficialmente hetero. En segundo lugar, el hombre tiene labia y sabe vender muy bien. Siempre te ofrece a probar algo nuevo y te cuenta cómo ha conseguido la última ganga que te quiere vender, con simpatía y sin ser pesado. Por último y más importante, en su tienda se consiguen productos de calidad a precios inverosímiles. Desconozco cuál es el truco o si el negocio será en realidad una tapadera de algo mucho más siniestro (una mercería clandestina, por ejemplo), pero el hecho de que puedo decir que he encontrado una tienda donde el Pago de Carraovejas de crianza sale al mismo precio que en el propio José María. Es este último factor -la calidad/precio en general, no el vino en sí- lo que me hace visitar la tienda del osazo más a menudo de lo que mi bolsillo recomendaría.
 
De modo que viviendo aún la fugaz euforia del principio de mes, hoy me he pasado por la tienda, donde el osazo me ha camelado para comprarle un Ribera que promete momentos espectaculares de orgasmo palatal y glosofaríngeo, amén de melopeas no menos sonadas. "Ya me contarás qué tal el vino la semana que viene", me ha dicho, pero yo le he respondido: "tendrá que ser más tarde, porque el osezno está de viaje esta semana y hasta que no vuelva no abriremos la botella". Es aquí cuando el tendero osazo ha sacado a la luz su lado más tentador y me ha dicho: "ni se te ocurra esperar. Este es un vino para ser egoísta. Yo que tú lo abría y lo decantaba nada más llegar a casa... ya verás qué bueno".



La verdad es que a mí se me tienta con una facilidad pasmosa, y más con ese cuerpo y esa sonrisa. Ya lo dice mi mejor amiga B.: "Sufur siempre dice sí".  Qué calado me tiene, la jodía. Ha sido llegar a casa y descorchar la botella. Aún no lo he probado, pero es verdad que el vino huele que alimenta. Creo que voy a tener que sacar el jamón bueno para darme el homenaje a la hora de comer...

Qué gustillo ser egoísta. Ya os contaré, a vosotros y sobre todo al osazo...





3 comentarios:

Anónimo dijo...

Don Sufur, ¿y que tienda es esa? no soy de vino pero si de admirar osazos, asi cuando me acerque al mercado del mejico a ver a un pescadero-osazo del que me hablaron anoche pues aprovecho y hago un 2x1. ;-)

Besucos.

Agustín.

Moriarty dijo...

Su tendero es un hacha: la semana que viene le compará usted otra botella para compartirla con el osezno.

Sufur dijo...

Agustín: es la tienda de delicatessen que hay en la esquina de la Plaza de las Cervezas con San Fernando :-)

Y si, es un hacha jeje

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