abril 07, 2013

La decimocuarta profesión más antigua del mundo

Existe un noble oficio sin el cual nuestra Civilización no sería como es ahora y al que, sin embargo, apenas sí dedicamos un triste pensamiento muy de cuando en cuando. Yo mismo, pese a ser un hombre sensible y preclaro, llevaba años sin reparar en ello hasta ayer por la noche, momento en el que por circunstancias ajenas a mi volición -y que espero que no se repitan- tuve una serie de visiones que involucraban este ilustre mester.

Estoy hablando, por si quedaba alguna duda, de la elaboración de vídeos para karaokes.


Se trata de una rama aparentemente minusvalorada del Séptimo Arte, a la que sin embargo aspiran los directores e intérpretes más consagrados. Ayer, mientras deleitaba mis retinas con esas cúspides de lo audivisual al tiempo que mis amigos berreaban sus versiones de standards tan nuestros como "Échame una mano Prima" o "La Magia del Amor", pude visualizar cómo podría ser la grabación de una de esas perlas del vídeo casero.

Pongamos por caso el hit "Dos hombres y un Destino", inmortalizado por dos gigantes de la interpretación patria como son David Bustamante y un tal Álex a quien nadie recuerda:

El rodaje del vídeo para karaoke fue rodado en los prestigiosos estudios de la Warner del Bajo Ampurdán y dirigido por el cineasta, caballero del Imperio Británico y coleccionista de tapones de lejía sir Ridley Scott. Para las escenas de exterior se eligieron los imperiales jardines que rodean el Museo del Corcho de Palafrugell, ubicación a la que se desplazaron al efecto los mejores equipamientos de fotografía, videocámaras de alta resolución, iluminación, sonido y minibar disponibles en la casa del cuñado del productor del vídeo, un tal Emiliano Casquete. El rodaje en sí fue precedido por un riguroso cásting en el cual centenares de candidatos y candidatas fueron cribados hasta ser elegidos, tras un duro proceso, los protagonistas del vídeo: la dama de las fiestas del pueblo del año anterior, que a la sazón era hija del dueño del bar, y un precioso perrito cruce entre pekinés y chihuahua que respondía al nombre de Napoleón III, "Bicho" para los amigos.

La canción narra el enconado enfrentamiento entre dos hombres, los mejores amigos posibles, que se ven rivalizando por el amor de una misma mujer: de las inspiradas estrofas del poema apenas se intuye, si ahondamos en las múltiples capas de significación que el autor quiso imprimir en su obra, que al final la mujer gana unas oposiciones a peluquera oficial de Luis Bárcenas y acaba muriendo por intoxicación de gomina, pero esto no es importante a corto plazo el planteamiento del tema musical.

Para reflejar adecuadamente las complejidades emocionales y existencialistas de la canción, sir Scott instruye a la actriz para que pasee lánguidamente entre los aligustres del jardín, paseando al perro. La hermosa chica viste faldón de lino, zapatos de tacón de aguja, collares de bisutería que harían morir de vergüenza ajena a Mr. T. y un escote que enseña hasta la rabadilla. Del maquillaje se encarga doña Adelaida Pallarols, antigua participante de la Movida que nunca se ha recuperado de su adicción a esnifar pegamento, mientras que el peinado de la actriz ha corrido a cargo de la Berta, una chica del pueblo que lleva siete años estudiando primero de peluquería con un curso de CCC.

Mientras suenan los inspirados compases de la canción, la joven promesa del cine, futura ganadora de innumerables premios Goya y de varios cupones-regalo del supermercado Eroski, retoza por el jardín mientras el perro se huele el culo a sí mismo. Para dar a la escena un adecuado halo de misterio, sir Scott ha instruído al cámara para que coloque un calcetín de ejecutivo sobre el objetivo de la lente: esto provoca que la imagen se vea difuminada y evanescente, a la vez que se consigue un inquietante efecto nocturno sólo ligeramente malogrado por los 'tomates' del calcetín y un inefable olor a queso emmental que se expande por el área de rodaje a pesar de la vigorosa brisa marina.

La tensión entre los dos hombres que luchan por un mismo destino -básicamente, follarse a la chica y luego no mandarle ni un triste whatsapp al día siguiente- se refleja metafóricamente en el videoclip cuando la lozana muchacha duda entre si refrescarse lamiendo a cámara lenta un Calippo de melón o relajar sus cansados músculos sentándose a horcajadas sobre un bolardo vertical. La duda y la zozobra se reflejan a través de interminables primeros planos de la cara de la chica, que intenta mover sus facciones para transmitir su agonía interior (sin ningún éxito, sobre todo debido a que las gruesas capas de engrudo que constituyen su maquillaje han solidificado y adquirido la consistencia de una coraza antitanque). "¡Corten!", grita sir Scott, sólo que lo hace en inglés. Enfadadísimo, el director reprende a la chica diciéndole que su personaje no es creíble: que tiene que mirar a la cámara proyectando de forma unívoca el tipo de angustia que sufre una mujer entre los veinte y los veintitrés años cuando empieza a experimentar el drama vital que es retener líquidos, pero que en su lugar sólo consigue parecer que sufre aerofagia ocasional producida por cenas demasiado copiosas. La actriz, ofendida, abandona el área de rodaje diciendo que ella es una estrella, que ha participado en numerosas ferias de ganado, y que no tiene por qué soportar los insultos de un directorucho venido a menos, sobre todo teniendo en cuenta que ella no ha aprendido jamás una sola palabra de inglés.

 Por un momento parece que la inversión de cuarenta y siete euros -un 80% de ellos cedidos generosamente por instituciones de patronazgo cultural como son la Generalitat de Catalunya y los Supermercados Paqui- que se ha hecho en el vídeo va a caer en saco roto, hasta que finalmente el genial Ridley Scott salva la jornada disfrazandose el mismo de moza con una peluca comprada en los chinos, y haciendo que el perro sonría misteriosamente al final del vídeo. Total, nadie notará nunca la diferencia. Y así fue como se rodó el popular vídeo. Todo esto, a su vez, se ve reflejado con mayor detalle en el telefilm de cuatro horas de duración "Cómo se Hizo el vídeo para karaoke de Dos Hombres y Un Destino", dirigido por James Cameron y con comentarios de Robert de Niro, Meryl Streep y Sandra Bullock en el papel de Meg Ryan.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por dior Don Sufur, yo sabia q a usted le iba el vicio pero ir al karaoke........
¿No habia cerca algun local de caballeros?.
¡¡¡¡¡Cuanto vicio hay en este mundo!!!!!
Besucos.
Agustín.

MM de planetamurciano dijo...

Ningún vídeo puede superar a mi imaginación mientras leía el post! La madre, que risa...

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