febrero 11, 2014

Profesión de futuro

Nos encontramos en las augustas salas del Teatro Real, donde se celebra la XXX edición de los "Premios Poya", la gran gala anual del cine de hombres para hombres español. Este año la polémica está servida porque el máximo representante del Gobierno, gran aficionado al género, estará ausente por compromisos políticos -se encuentra en una gira vendiendo hospitales por todo el país-, lo cual ha provocado duras críticas por parte del señor Jalif Rupérez, presidente de la Academia, quien ha comunicado ante la prensa: "se trata de un acto de desprecio consciente hacia la industria del cine para adultos español, parte fundamental de la cultura y las artes vivas de este país".

Al margen de estas agrias polémicas, se trata de una noche festiva: hoy hemos venido a celebrar la gran fiesta del Octavo Arte, y los salones del Real se encuentran llenos a reventar de estrellas firmando autógrafos, directores, productores, periodistas como yo mismo y, por supuesto, miles de fans incondicionales que, adornados por encandiladas sonrisas y abultados pantalones, no saben tener las manos quietas ante tamaña profusión de bíceps y tatuajes horteras. Allá al fondo, sin ir más lejos, vemos a Martín Mazza intentando en vano encontrar el picaporte de una puerta automática. Saludamos y él nos responde con una sonrisa bobalicona hasta que su ayudante le limpia la baba de la boca y le ayuda a mover la manita en simpático gesto de saludo.

Pero no hemos venido a admirar a los animalitos, sino a realizar una entrevista para nuestros lectores de "Soundtrack Aficionado". Hoy tenemos con nosotros a una auténtica leyenda entre los compositores de bandas sonoras para películas porno, don Celestino Rostropóvich, más conocido por su apodo artístico "Maxx Mágnum", que a lo largo de su dilatada carrera nos ha regalado con composiciones inolvidables que nos han hecho vibrar, sentir y emocionarnos en películas de culto tales como "Mamada Triste de Hill Street", "Mirando a Cuenca", "Cipotes Lejanos" o, por poner sólo un ejemplo más, "Gang Bang Bukkake Frenzy VII".

P. Sus composiciones melódicas para película porno son ya parte inseparable de nuestras vidas. ¿Cuántas películas ha ambientado usted con sus creaciones, a día de hoy?

R. Es difícil calcularlo. Yo diría que unas quince mil, tirando por lo bajo. Ayer, sin ir más lejos, compuse siete bandas sonoras. Ahora mismo, mientras estamos hablando, podría estar componiendo un par de ellas, si no fuera porque en esta gala ofrecen canapés gratis.

P. Es una cifra francamente impresionante. ¿De dónde obtiene la inspiración para mantener la enorme calidad a la que nos tiene acostumbrados?

R. Mis fuentes son muy variadas. Tal vez mi mayor influencia venga del compositor húngaro Béla Bartók, cuyas rapsodias son una fuente de inspiración constante. Intento adaptar su conocido Sistema Axial, que divide el círculo de quintas en tres ejes dobles, uno de tónica, otro de dominante y otro de subdominante, a las sutilezas propias de este género cinematográfico. Así, para las eyaculaciones orales mi propuesta es cambiar la clásica sucesión MI-LA-RE-SOL-DO-FA, por un MI-LA-LAb-REb-DO-FA, aumentando de esta manera la tensión dramática del clímax. Yendo hacia modelos más clásicos, pero sin abandonar el folclorismo de la Europa central y del Este, me inspiro mucho en las mazurcas de Chopin, sobre todo para las escenas medio-rápidas de felación reiterada. Mas no me cierro a otro tipo de inspiraciones, que pueden llegar de los lugares más insospechados, desde un anuncio de nata montada a los arpegios de las máquinas tragaperras en el Casino. 

P. Usted lleva trabajando en esta industria desde hace muchos años. ¿Cómo empezó a trabajar para el cine porno?

R. Todo empezó cuando mi tía Evelina, que en la Gloria esté, me regaló un órgano electrónico Casio VL-Tone para mi Primera Comunión. Me quedé embelesado por las infinitas posibilidades musicales de aquella maravilla, especialmente los ritmos de bossa-nova, samba y, el mejor de todos, calypso, que nunca he sabido de donde viene pero que uso intensivamente en mis composiciones. También uso bastante boogie, faltaría más.

P. ¿Sigue utilizando aquel Casio para sus composiciones?

R. Sí, nunca me he separado de él. Ya está un poco viejo, el pobre, y se le ha caído la tecla del SI bemol, pero da igual porque nadie nota la diferencia.


P. Usted ha ganado numerosos premios Poya a la mejor banda sonora original, y hoy parte como candidato favorito con tres de las cuatro películas seleccionadas para esa categoría. ¿En cuál de ellas deposita usted sus mayores esperanzas?

R. Realmente creo que todas merecen un premio, pero si me obliga a elegir a punta de pistola... ah, que eso no es una pistola, vaya... enhorabuena, muchacho, su novio es un hombre afortunado... ¿Por dónde iba yo? Ah, sí, mi favorita es sin duda alguna "Tras Trás por Detrás", cuya música me llevó treinta largos minutos componer. Se trata de un melodrama en el que el protagonista, un joven recolector de papayas, pierde sin querer su teléfono móvil en el fondo de su culo, y se ve obligado a pedirle a todos sus compañeros de plantación que le ayuden a buscarlo con sus manos. La pieza para la escena principal, "Orgía entre los Matojos Op. Kv25 en La Menor", comienza con un sencillo chunda, chunda que va evolucionando en complejidad hacia un tutu-chún, tutu-chún a medida que se acumula tensión dramática. Es entonces cuando activo el botón de reggae de mi Casio y pongo el modo bass, lo que conjuga muy bien con las voces roncas de los mulatos diciendo "fuck ya". Creo que el acomplamiento entre los jadeos y las escalas ascendentes y descendentes me ha quedado niquelada. La parte de las corridas, francamente, me la salté porque me conozco a los editores de sonido y sé que en ese momento bajan el volumen de la música hasta hacerla inaudible, así que ya ni me molesto en componerla. En su lugar inserto una grabación de la voz automática que da la hora según el Real Observatorio de San Fernando. Finalmente, cuando el nivel de pringosidad alcanza su máximo, vuelve la música con un staccato que aporta un tono de liviandad muy adecuado a la relajación de tensiones internas que experimentan los actores. 

P. Pues ya solo nos queda desearle lo mejor, y que su carrera siga llena de éxitos como hasta ahora. Muchas gracias, don Celestino, y...

R. ¡Espere! ¿Puedo añadir algo más? ¿Sí? Ahí va: "ma non troppo". Siempre que querido decir eso en público, ¿sabe?...




6 comentarios:

starfighter dijo...

Me declaro ya mismo presidente de honor del club de fans de Celestino Rostropovich. Que arte para conocer al género humano. Necesito sus bandas sonoras...

Mocho dijo...

Bueno, pues creo que tengo futuro asegurado por dos razones.

1. Usted se equivoca: La Gala no se celebra en el teatro Real, sino que lleva ya un par de años celebrándose en un Hotel que me pilla ALLADODECASA.
2. Tengo un Casiotone clavadito al de la foto.

Christian Ingebrethsen dijo...

Voto porque Celestino presente la gala el año que viene.

Moriarty dijo...

Descomunal. Se supera usted.

By the way: una vez más, he hecho bien en no leer la entrada en el trabajo. Y en no abrir el primer enlace sorpresa.

Anónimo dijo...

Hacía tiempo que no me reía tanto.
P.

DiegoC dijo...

Ay,el Casio VL-Tone,¡¡¡qué mítico!!!

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