febrero 10, 2015

Colegial@s

Ahí están, cada tarde, en el autobús: con sus carpetas forradas, sus bolígrafos y lapiceros, sus cuchicheos, sus risas y sus ojos brillantes y entusiasmados. Hablan de historia cultural del siglo XXI, o de química, o de neurociencia; pero también hablan de fútbol, de sus profesores, de sus amigos, e incluso muy ocasionalmente de sus familias.

Van conmigo hacia la Universidad. Se notan sus ganas de aprender, su curiosidad, la energía con la que quieren devorar nuevos campos de conocimiento. Cada vez que los veo entrar en tromba al autobús, con sus apuntes y libros, me vuelve la fe en el género humano y me entran unas ganas enormes de sonreír.




Son los mejores estudiantes de la Universidad, los más motivados. Los que por fin tienen claro lo que es el placer de aprender porque sí. Tienen entre sesenta y noventa años: los alumnos del Programa Senior. Yo, de mayor, quiero ser como ellos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Si está claro que para aprender no hace falta ser joven, sólo hace falta tener tiempo y ganas.

starfighter dijo...

En la de aquí existe algo parecido, el Peritia et Doctrina que son tres años. Y, desde luego, son los que con más ganas y mejor ánimo van a estudiar. Conozco algún profesor que les ha dado clase y reconoce que lo pasa un poco canutas porque son preguntones e interesados por todo.

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