enero 22, 2016

Sociopatía sufuriana

Siempre se ha dicho que mejor estar solo que mal acompañado, pero ¿qué pasa cuando se está bien acompañado y aun así se elige estar solo?

A principios de semana pasé dos días y medio en Italia. Se trataba de una de las últimas reuniones de trabajo de un proyecto que ya se está acabando. Para mí, probablemente, la última, por motivos de calendario y presupuesto. Una verdadera pena, pues ya sabéis cuánto me gusta Italia: un país moderno y dinámico, plenamente integrado en el siglo XIV, donde los hombres son hermosos, la arquitectura es deslumbrante, se come de vicio y se puede disfrutar de lo lindo mientras a tu alrededor el mundo entero se desmorona.


Me dio una tristeza enorme no tener tiempo para poder disfrutar de casi ninguna de estas cosas. El martes por la tarde, acabada la reunión, tuve por fin unas cuantas horas. Me apetecía pasear lentamente bajo los soportales rojos y amarillos de Bolonia, experimentando esa sensación tan rara que me produce Italia y que consiste en sentirme como si estuviera en mi casa y al mismo tiempo en otro planeta, pararme en los kioskos y buscar viejos número de Rat-Man entre las apolilladas novelas del Oeste y los gialli (novela negra) que tanto gustan aún allí; ponerme hasta el culo de caffè, recorrer las librerías, tomarme una copa de vino toscano a precio de atraco en algún bar, dejarme mirar por los ojos ciegos de las esculturas de las fachadas, mirar escaparates de ropa que o bien no me entraría o bien no me puedo permitir, descubrir callejones y plazuelas que no había visto antes, toparme con hornacinas habitadas por vírgenes desvaídas y flores de plástico, encontrar esquelas pegadas en la pared, y finalmente sentarme en mi trattoria favorita a cenar sin prisas, antipasto, primo e vino, y al terminar tomarme otro caffè y un amaro, o tal vez un nocino delle streghe, volver al hotel ligeramente borracho, saciado, melancólico, triste, solitario, aterido de frío, en paz.

La clase de velada a solas que apetece mucho a personas como yo, siempre y cuando sean la excepción y no la norma. Estar solo de cuando en cuando, por elección, es un placer. A partir del segundo mes, empieza a aburrir. 

Esa tarde me apetecía mucho hacer todo lo anterior.

El problema: no estaba solo. 

Se quedaban esa noche algunos de los compañeros de trabajo españoles: gente estupenda, entrañable, divertida incluso (dentro de lo que permite nuestra profesión) y a la que aprecio un montón, pero cuya presencia hacía imposible mi plan a solas.

Así que, lógicamente, mentí. Les dije que había quedado con unos amigos (inexistentes) y les deseé buen viaje para el día siguiente. 

Y pasé la tarde solo. Y fue un placer.

7 comentarios:

Christian Ingebrethsen dijo...

Estuve saliendo cuatro años con un italiano y en ese tiempo puse comprobar las muchas excelencias de su pais, y mira que a veces los italianos me parecen excesivos en la vestimenta (sobre todo en el pelo, que algunos llevan unos tupés que podrían servir de carroza para un Rey Mago).

starfighter dijo...

Eso es una mentirijilla inofensiva que sirvió para que disfrutases de esa tarde. Tener una tarde o un día para uno mismo de vez en cuando es fundamental; estamos muy acostumbrados a estar como lapas constantemente.

Moriarty dijo...

Bolonia lo justifica todo, efectivamente.

PasaElMocho dijo...

Sí, lo de los amigos es una excusa muy socorrida. Anda que no me habré tenido yo que inventar excusas para "desaparecer", lo que ocurre es que en vez de hacerlo para disfrutar de la soledad era para hacer otro tipo de conocimientos personales.

PasaElMocho dijo...

Por cierto, te veo muy lánguido (bloguerísticamente hablando) últimamente.

Eleuterio dijo...

No es sociopatía, es necesidad.

Lo que me sorprende es la diferencia de mentalidades: de haber sido un grupo de científicos alemanes la expresión "Quiero pasar esta velada solo. Nos vemos" no habría sucitado el más mínimo comentario ni molestia en el grupo.

Sufur dijo...

La verdad es que sí, ando un poco decaído blogueramente hablando, no solo para escribir (ando falto de inspiración) sino, lo que es peor, a la hora de leeros y comentaros. Creo que es solo una fase, no os preocupéis (y tenedme paciencia, amigos).

LinkWithin

Blog Widget by LinkWithin

Adoradores