febrero 08, 2016

Un día, dos tesis

Hoy coincidían las tesis de mi doctorando (ya doctor) y de la doctoranda (ya doctora) de mi señor osezno.

Nosotros somos físicos, gente desenfadada en informal, y a nadie (ni el del público, ni del tribunal, ni el doctorando) se le ocurriría ir a una tesis con traje y corbata. Eso es de estirados. La defensa de la tesis es un acto informal y bastante relajado.

Ellos son ingenieros y llevan trajeadas hasta las pestañas. Qué gente tan estirada. Sus tesis son actos académicos y formales.

Después, unos y otros van a celebrar la ocasión.

Nosotros hacemos una comida en petit comité: el nuevo doctor, el tribunal y el director de tesis. Durante la comida se habla de trabajo y los comensales beben agua mineral del tiempo, porque la fría hace daño a la tripita. Tras la comida, la gente se vuelve a trabajar.

Eso es porque somos físicos, gente desenfadada e informal.

Ellos se van de comida e invitan no solo a los prebostes, sino también a amigos, familia y seres queridos. Después se van de copas. Bailan, charlan animadamente, escuchan música, se ponen algo piripis y se ríen mucho hasta altas horas de la madrugada.

Eso, por lo visto, es porque son sosos ingenieros y no saben divertirse.

No sé, me da la sensación de que hay algo en todo esto que se me escapa...


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