Grandes Momentos de Sensatez

Pensar es la cosa más insana del mundo, y hay gente que se muere de eso como de cualquier otra enfermedad. Afortunadamente, en Inglaterra al menos el pensamiento no es contagioso. La espléndida constitución de este pueblo se debe enteramente a la estupidez nacional.

La cita anterior es de Oscar Wilde, tiene ciento diecinueve años, y no sólo permanece totalmente vigente sino que además se aplica no sólo a Inglaterra sino al resto de esa lamentable pandilla que llamamos Humanidad.

Así pues, mientras ciertas fatwas islámicas dedican las energías de ese simpático monoteísmo a exterminar a personajes de Disney, en Roma los líderes del simpático politeísmo que nos domina nos recuerdan que son ellos los encargados de "ilustrar -supongo que con el ejemplo- y defender la belleza del amor conyugal en su manifestación natural", a través por supuesto del único método contraconceptivo admisible. Y mientras tanto, los dirigentes del "ateísmo" maoísta del Nepal se encargan de nombrar diosa a una niña de seis años, que por lo visto tiene pestañas como las de una vaca (sic) y que continuará siendo adorada y no pisará el suelo hasta que llegue su primera menstruación, momento en el cual perderá la divinidad.

Todo lo cual tiene perfectamente sentido, es completamente lógico, y contribuye a hacer de este mundo el Paraíso Terrenal que es. ¡Aleluya!