octubre 06, 2008

La docencia "esteriliza"

Hoy he regresado al gimnasio. Ya era hora, rediez.

En realidad, no debería. Bastante cansado acabo ya mis jornadas como para encima añadir otro motivo de agotamiento físico a mi vida. Pero, pensándolo una segunda vez, por otra parte me viene bien quemar un poco de estrés y de paso disfrutar un poco de las vistas. Además tengo que vigilar un poco mi peso, y esto no es algo en absoluto baladí.

Soy una de esas personas que en situaciones de estrés comen diez veces más de lo normal. La reacción habitual de los estómagos de la gente normal ante un examen, una deadline o una boda en ciernes, es cerrarse en banda y no dejar pasar más que el vaso de agua que acompaña a las valerianas de rigor. En mi caso, la angustia se traduce en todo lo contrario: un apetito desmesurado. En épocas como ésta el osezno se ve obligado a agudizar la imaginación para encontrar escondrijos donde ocultar el embutido, el chocolate y hasta los curruscos de pan, si no quiere quedarse sin cena.

Lo anterior, unido a una genética bastante chapucera, hacen que mi forma natural "por defecto" sea la de una ameba. Dejados mi cuerpo y mi apetito a su libre albedrío, en menos de seis meses podría ganarme la vida como doble de Jabba the Hutt. De modo que tengo que hacer de tripas corazón -literalmente- e ir al menos tres veces por semana al gimnasio si no quiero desestabilizar la órbita de la Tierra con mi propio campo gravitatorio.


Teniendo en cuenta que entre pitos y flautas llevaba un mes sin ir al gimnasio y desayunando tres veces al día -por no hablar de almuerzos, meriendas, tapas, bocadillos, bolsas de gominolas, helados, cenas y re-cenas-, se comprenderá que mi cita de hoy con la señora Báscula era algo que me provocaba cierta aprensión.

Y me encuentro con que peso... un kilo menos que hace un mes. Setenta y cuatro kilos de la Señora Báscula, que miente como una bellaca (hay que sumarle al menos seis para que coincida otras básculas más propensas a la honestidad).

No me lo explico. Salvo que...

Todas las mañanas, cuando voy a clase, tengo que llevarme una camiseta de repuesto. El motivo: lo paso tan mal dando la clase y sudo tanto haciéndolo que cuando termino soy clavadito a Camacho al final de un partido de los malos. El polvo de la tiza se pega sobre el sudor de mi piel de forma que al terminar la lección parezco un salmonete rebozado en harina. Muy desagradable. Y me siento agotado como si hubiera subido al Kilimanjaro saltando a la pata coja.

Debe ser eso. Una hora dando clase es como estar cuarenta minutos moviéndose espasmódicamente en la elíptica. Dar clases adelgaza. ¿Alguien que quiera perder unos kilitos se ofrece a sustituirme unas semanas?





8 comentarios:

Nils dijo...

Yo te sustituiría encantado, la verdad. De todos modos, ¿no es posible que os pongan tizas de las que no manchan ni sueltan polvo en clase? Las hay desde hace muuuuuchos años...

Thiago dijo...

Ay, pobriño, cari... eres de esos profesores que se ponen todos nerviosos y sudan horrorosamente que todos los alumnos nos damos cuenta que lo stá pasando fatal (adelgazando le llaman ahora, jaaj) y que hacemos blando de nuestras bromitas? jajaja

Cari, el gym no adelgaza, te aviso, es mas, posiblemente comerás mas pues da apetito y a ti no te veo tomando pastillas de proteinas y eso... Ten cuidado, nunca hagas deporte por adelgazar. La prueba es que las calles estan llena de gorditos haciendo footing.

Y creo que no has estado muy acertado con la foto de los neumáticos MICHELIN (pronunciese mishelen) jajaj y era mejor que pusieras unos de Brigdstone, que no tienen tanta connotación con el peso humano y se han hecho con todo el mercado de la FORMULA I y MOTO GP, jaajja

Bezos.

gaysinley dijo...

Hola nene, después de unos días desaparecido en combate, he estado la mar de liado...

Me ha encantado tu post, por cierto lo de "esteriliza" lo has puesto aposta así o querías poner "estiliza" o en que estabas pensando... ummm?

Yo soy de los que la ansiedad le cierra el estómago en banda y en sí el puro nervio me mantiene en mis 68 kgs como un reloj... de todas formas yo también soy de los que creo que el gym no adelgaza especialmente, te recomiendo más una natación o correr, ejercicios más aeróbicos que no anaeróbicos... aunque siempre viene bien complementar con unos abdominales que se pueden hacer tranquilamente en casa para mantener a raya la ansiada tableta de chocolate... jajaja!

Respecto a los alumnos, anda anda anda... con la experiencia que tu tienes, ponerte nervioso a estas alturas, no puede ser!, que no huelan el miedo y saca la fusta si es necesario... nada como un buen azote verbal. Yo suelo utilizar el sarcasmo irónico, lo malo que los míos la mayoría no lo pillan, cosa que me resulta más patética... en fins...

De todas formas más que miedo escénico, lo que yo creo que te ocurre que no tienes ni pizca de ganas de dar clase, como está costando eh?... a mi horrores!... cuando llegan las navidades???

Besotes

kappyqueens dijo...

Estupendo post, y suerte en el gym.
Besos.

Anónimo dijo...

Yo lo sustituiría, pero me temo ke no tengo mucha idea de su especialidad.
Cada uno debe estar como le gusta sentirse, pero ya sabe ke con unos kilos de más siempre será bien recibido en el Planeta Murciano;-p
Por cierto, pesamos lo mismo.

Robin Shilvadin dijo...

No, se siente. Tú cobras, tú curras.

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

Yo te sustituyo, si quieres, y me aprendo el papel en dos días:-) Dáme guión, dáme guión...Eso sí, los chavales nada de "tengo una pregunta para usted", porque dados mis conocimientos sobre "la materia que docentas", puedo salir peor que entré:-), a no ser que tb me pases las FAQ (lo de las preguntas más frecuén que hacen "gli allievi" déso). Pero cómo no vas a adelgazar, la actividad intelestuá tb. quema hidratos y energía, aunque soy de letras, lo sé por un folleto:-) jeejje.
Besotes, y tómatelo con tranquilidad.

BIRA dijo...

Ay madre lo que me he reído con tu post, y no por maldad, no, nada más lejos que Cuenca, sino porque me has descrito!! Lo de comer de forma compulsiva cuando estoy nerviosa, lo de llevar un montón de tiempo sin ir gim, lo de ser hoy mi primer día (buf, estoy sudando sólo de pensarlo), lo del temor a la báscula (lo de llamarle señora te honra, yo le llamo hasta puta!).

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