Si puede enredarse, se enredará

Al igual que en los últimos años por estas fechas, hace un par de semanas se entregaron, en mitad de una fastuosa ceremonia, los prestigiosos premios Ig®Nobel. En ella, un grupo de auténticos ganadores del premio Nobel -ataviados con los ya tradicionales sombreros propios de su cargo- hicieron entrega de estos premios que "galardonan los logros de investigaciones que primero pueden provocar risas, pero después hacen que las personas piensen. Los premios pretenden celebrar lo inusual, honrar lo imaginativo y estimular el interés de todos por la ciencia, la medicina, y la tecnología". El vídeo de la ceremonia completa puede verse aquí.

El IgNobel de Física de este año fue a parar a D.M. Rayder y D.E. Smith, ambos de la Universidad de California en San Diego, por ofrecer una detallada prueba matemática de que los cables, cuerdas, cabellos, fideos, etc, dejados a a merced de procesos espontáneos, se acabarán enredando inevitablemente. Cosa que ya sospechábamos, pero está bien que el polinomio de Jones nos lo confirme.

Ahora, cada vez que voy a ir al gimnasio, saco el ipod de su bolsillo y me paso cuarto de hora desenredando los cables de los auriculares ya no tengo por qué cagarme en Cristo, como hasta ahora, sino que puedo hacerlo en Jones, en su polinomio, en las longitudes críticas y en la estadística combinatoria.

Qué bello es saber cosas.

Y casi sin drogas: solo en uno de cada cinco casos. ¡Me encanta mi profesión!