noviembre 03, 2008

It's going to be a long week...

Va a ser una semana larga, muy larga.

Al final, resulta que en Bolonia no está haciendo tanto frío como esperaba. Es cierto que la humedad se pega a las paredes de mármol de las iglesias como si éstas fueran vulgares mamparas de ducha y por la noche una niebla londinense repta por la ciudad dándole a la atmósfera todo el aspecto de una sopa de guisantes, pero al menos la temperatura es casi agradable. La ciudad luce tan italiana como siempre, con sus casas pintadas de ocre y sus soportales en decadencia, con sus osterías y sus univeritarios descerebrados, con sus terrazas y sus primorosas vitrinas de tiendas de alimentación. Lo único que me hace soportables estas reuniones periódicas del satélite es que suelen realizarse en Italia.


Me alojo en uno de esos hoteles que yo llamo en mi fuero interno "Desperdicios". Se trata de un NH con desayunos pantagruélicos y habitaciones del tamaño del estado de Minessota, con bañera completa y cama matrimonial toda llena de centímetros cuadrados y sábanas impolutas. La clase de habitación y la clase de cama que serían simplemente perfectas si además contuvieran un italiano procaz y poco aficionado a la vestimenta. Pero no lo contienen y es altamente improbable que lleguen a contenerlo, al menos mientras yo pague la habitación, y de ahí el apelativo de Desperdicio. La combinación de una dieta alta en croissants de mermelada y baja en actividades lúbricas hará que, como de costumbre, vuelva a casa con unos kilos de más. Otro de los gajes del oficio.


Con motivo de estas reuniones, Bolonia se llena de científicos locos. Es peor que hacer una visita al pueblo de mis padres: resulta imposible dar un paso sin tropezarse con algún conocido (que por lo general encima te cae mal). Imaginemos una conversación como las que se escuchan en mi pueblo:
DOÑA ASUNCIÓN: ¡Antonia! ¡Pero cuanto tiempo!

DOÑA ANTONIA: ¡Asun! ¡Dichosos los ojos! ¿Qué es de su vida? ¿Le sigue molestando la vesícula?

DOÑA ASUNCIÓN: Pues no me encuentro muy católica, hija mía. El jueves mi Julián me llevó a la residencia a hacerme unos análisis y el médico me dijo que con un poco de suerte me operan el año que viene. Ya sabe, las listas de espera...

DOÑA ANTONIA: No me diga más nada, qué barbaridad. Fíjese lo que le pasó al hijo de la panadera: tres años esperando a que le operaran de sus golondrinos, y al final se murió el pobre. Qué médicos sinvergüenzas.
DOÑA ASUNCIÓN: Ay sí, hija, sí. Qué vida ésta ¡Cuándo se nos llevará el Señor!

DOÑA ANTONIA: Cuánta razón tiene. Bueno, tengo que irme, que me cierran la pescadería. A ver si se pasa usted una tarde por el centro de jubilados y jugamos una partidita a la brisca, ¿le parece?
El equivalente de esta conversación en Bolonia, durante una reunión del Consorcio, es algo así:
CIENTÍFICO A: ¡Dimitri!

CIENTÍFICO B: ¡Jean-François! Qué agradable volver a verte. ¿Cómo va aquello de la matriz de Fisher?

CIENTIFICO A: Ahí tirando. La cosa está un poco parada porque ando liado con un informe QA para el WG2.2 y no me terminan de cuadrar los algoritmos JPQ y ATSH. Parece un problema de que los MCMC no convergen lo suficientemente rápido.

CIENTIFICO B: Vaya. ¿El grupo 2.2? ¿El de SCD?

CIENTIFICO A: No, no, esa estructura está obsoleta. Ahora nos regimos por un organigrama de grupos transversales y/o paralelos dentro de dos
Core Teams separados y mutuamente incompatibles. ¿No has leído los últimos setenta informes de la semana pasada?

CIENTIFICO B: Cuándo se nos llevará el Señor...

CIENTIFICO A: Por favor: que sea pronto. Bueno, me voy que he quedado para cenar con los finlandeses. A ver si nos vemos en algún
splinter meeting...
Esta escena se repetirá una y otra vez en todos los rincones de Bolonia durante toda la semana. Qué cansino. Resulta casi imposible evitar este tipo de situaciones. Sin ir más lejos, ayer me disponía a pasar las dos horas del vuelo Madrid-Bolonia leyendo feliz y tranquilamente un buen libro, cuando me encontré con que me había tocado sentarme justo al lado de otro asistente a la reunión (afortunadamente, uno de los pocos que me caen bien). Inevitablemente nos pasamos todo el viaje hablando de trabajo, con lo que llegué ya cansado a mi primera cena... de trabajo. Mal empezamos.

Este tipo de coincidencias en el avión no son nada raras: normalmente la gente que va en viaje de negocios va sola, en contraste con quienes se van de vacaciones que viajan acompañados. Por eso no es raro que cuando vas a alguna reunión te toque en el asiento de al lado otro pringado como tú. Existe al respecto una anécdota referida a un famoso y despistado astrónomo que viajaba en cierta ocasión a observar en el telescopio Keck de Hawaii. Al astrónomo le tocó sentarse al lado de una simpática moza con la que entabló, más o menos, la siguiente conversación:
ASTRÓNOMO: Hola, me llamo Fulanito. ¿Es usted también astrónoma?

MOCITA: Hola, encantada, me llamo Jennifer. No, no los soy. ¿Por qué lo dice?

ASTRÓNOMO: Porque viaja sola. A Hawaii sólo viajan solos los astrónomos. El resto son parejas de recién casados o grupos de vacaciones, ¿lo ve? (señalando a su alrededor).

MOCITA: Ja, ja, pues tiene sentido. Pues no soy astrónoma. Soy actriz. Voy a Hawaii a visitar a una amiga.

ASTRÓNOMO: Ah, qué interesante. ¿Y qué hace usted? ¿Teatro aficionado? ¿Musical? ¿Cine independiente?

MOCITA: Por el momento, un poquito de televisión.

ASTRÓNOMO: ¿Ah si? ¿Tal vez algo que yo haya visto?

MOCITA: Una comedia, se llama "Friends".

ASTRÓNOMO: Mmm... lo siento: no, no me suena. Pero tranquila, ya verá como con tesón acaba triunfando.
Esto da dos datos importantes acerca de los científicos locos: a) es totalmente cierto que somos despistados y b) nos gustan como al que más las anécdotas que probablemente no sean ciertas.

Por mi forma de divagar se nota que estoy escribiendo durante una de las presentaciones coñazo sobre la electrónica del satélite. Sí, definitivamente: va a ser una semana muy larga...

4 comentarios:

BIRA dijo...

Para ti será larga, pero y lo que nos haces reir a nosotros?? Casi me parto con las conversaciones y la anécdota (real o no). Muy bueno lo de las habitaciones "desperdicio" yo, que soy muy mal pensada, me estaba imaginando otra cosa. Ains.

Disfruta lo que puedas de Bolonia, que científicos locos aparte, tiene que ser preciosa.

Ya te queda un día menos para volver!

Besos

Thiago dijo...

jaja,que cabrón eh, viajando a Bolonia a cosas tan interesantes asi cualquiera escribe post que atrapan y yo tengo que hacer mis mamarraxadas...

la conversación de las de tu pueblo es real, pero la de los cientificos es tan procaz o mas. anda que se tu un cientifico intelectual para hablar de matrices...¡que ordinarios! jajajaja

Lastima de habitación, eso si que lo entiendo. Estar en un hotel fuera de casa como ese es ya de por si morbosillo y entiendo que la imaginación empiece a volar. prueba a pedir botellitas de agua y tal. es posible que te la suba un guapo italiano morenazo al que no le molesta hacer servicios especiales a los clientes, jajaa

Bezos.

gaysinley dijo...

Lo primero y antes de nada, muchas gracias por tu felicitación. Lo segundo, me he reido mucho con el post, deberías dedicarte a escribir monólogos tipo club de la comedia... jajaja!

Jo aún así, que envidia, estar en Bolonia y no aquí con un catarro de tres pares y un frío... Intenta disfrutar de las cosas buenas de la semana. Un besote

Anónimo dijo...

Hombre, no se keje tanto ke, despues de todo es Bolonia, y o por lo ke parece, a lo mejor hasta tenemos entradas en el blog tooodos los días ;-p

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