Mi nuevo juguete contiene más de quinientos procesadores y una potencia de cálculo más que suficiente para, llegado el caso, fundir más discos duros de memoria de los que con mi sueldo podría llegar a comprar en toda mi vida. El tamaño SI que importa.
En realidad, mi nuevo juguete no es ni un juguete, sino la Red Española de Supercomputación, y no es mío, sino que tengo que compartirlo con otros cientos de científicos locos, cada uno con su propio proyecto para Dominar El Mundo. Pero yo nunca he sido nada celoso: no me importa nada compartir, si a mí me dan satisfacción en lo que pido.
Y qué satisfacción. Desde que el jueves me abrieron mi cuenta de investigador en el nodo Altamira he conseguido acabar unos cálculos1 que en mi ordenador de sobremesa habrían llevado bastante más de un mes (dejándolo frito en el proceso).
Es embriagador.
Y eso que aún ni siquiera sé programar en paralelo. Mi método para aprovechar los procesadores simultáneos es el de la fuerza bruta: partir la ejecución del código en cien trozos y mandar a cola cada uno de los trozos por separado.
Sé que todo esto os la suda, pero estoy emocionado. Si ya os dije que era facilísimo hacer feliz a un científico loco...
(1) Para unas matrices de covarianza de polarización de la radiación del fondo cósmico de microondas, por si a alguien le da por preguntar.
En realidad, mi nuevo juguete no es ni un juguete, sino la Red Española de Supercomputación, y no es mío, sino que tengo que compartirlo con otros cientos de científicos locos, cada uno con su propio proyecto para Dominar El Mundo. Pero yo nunca he sido nada celoso: no me importa nada compartir, si a mí me dan satisfacción en lo que pido.
Y qué satisfacción. Desde que el jueves me abrieron mi cuenta de investigador en el nodo Altamira he conseguido acabar unos cálculos1 que en mi ordenador de sobremesa habrían llevado bastante más de un mes (dejándolo frito en el proceso).
Es embriagador.
Y eso que aún ni siquiera sé programar en paralelo. Mi método para aprovechar los procesadores simultáneos es el de la fuerza bruta: partir la ejecución del código en cien trozos y mandar a cola cada uno de los trozos por separado.
Sé que todo esto os la suda, pero estoy emocionado. Si ya os dije que era facilísimo hacer feliz a un científico loco...
(1) Para unas matrices de covarianza de polarización de la radiación del fondo cósmico de microondas, por si a alguien le da por preguntar.
8 comentarios:
Madre mía, los científicos locos sí existen!
(y están aquí, cerquita...)
Felicidades... supongo, porque no tengo ni idea de lo que hablas
Lo que te haga a tí feliz, mi niño, a mi también... Supongo que es una satisfacción cuando estas acostumbrado a la tediosa espera de que un trasto calcule algo y de repente con las nuevas tecnologías hagan, clin (como el timbre del microondas): su respuesta, gracias!
Por cierto, I need you, por lo leido y por lo visto, me he percatado de que tienes la respuesta a mi quebradero de cabeza con el blogroll, a ver si me explicas como pillas el feed para este saltándote la imposición de advertencia-contenido-adultos, please.
Si se te hace muy largo de responder, aunque sea me mandas un mail, porfa.
Gracias por adelantado, que haríamos en la blogesfera sin tu inteligencia!
Buena semana. Un besazo. Alber
Este tipo de cosas son las que hacen que los científicos experimentales odiemos a los teóricos. Por muy bueno que yo sea, por mucho que piense o por muy listo que llegue a ser, mis experimentos de 200 h van a seguir durando eso... 200 h :(. Lo único que puedo hacer es conseguir esclav... digooo becarios que hagan el trabajo chungo.
Por cierto, ¿en tus planes para Dominar el Mundo, no habrás conseguido dominar la voluntad de los editores de journals científicos...? ¡Que tengo un paper submitted que no hay manera de que respondan!
El odio lleva a la ira, y la ira lleva a nosequé otras cosas que a su vez llevan al Reverso Tenebroso, Shepperdsen: no te lo recomiendo. Creo que te pegan más los colores vivos :-)
Respecto a editores y referees, yo lo que hago es lo siguiente: en noches de luna llena, salgo al Bosque Sagrado a recoger muérdago. Con él preparo una pócima que lleva también mandrágora, aceite de ricino, Pantene Pro-V y semen de un pelirrojo -no veas lo que cuesta encontrarlo en las saunas últimamente-. Recito el listín telefónico del revés y me encomiendo a Belcebú, a Barrabás y Yola Berrocal, no necesariamente en este orden. Luego espero de tres a seis meses, y si no me responden cambio de revista. Mano de santo, oye :-P
Bueno, bueno, cari, menos mal que me lo has aclarado: estaba yo preocupado por la varianza del fondo comsmico de mi microondas para la radiación de fondo del nautilus apocado, vamos es que no pensaba en otra cosa.... jaja
Pero están seguros de agregarte a ti, cari? Yo creo que les vas a llenar la supercomputadores de pequeños virus gays en forma de tios en bolas (eso si, bolas polarizadas y esterificadas por endocrimiosis positiva, claro) jajaajaj.
Bezos.
Menos mal que has puesto el Bisonte de las Cuevas, que es lo único que he entendido, porque yo de la covarianza....Vamos que la covarianza no es lo mío, creo que no, no:-).Pero vamos, que si te hace ilusión mandar la covarianza por trozos, y que no te la sirvan en cuarto de quilo...yo encantado:-)
Besotes.
Pues mira, si tú estás feliz, yo también de saberte en ese estado de ánimo. Ahora, también te digo que lo que has puesto aquí a mí me suena a chino mandarín.
Nota aclaratoria.- No tengo ni puta idea acerca del milenario idioma.
Publicar un comentario