Aquí estoy, sufriendo el clásico síndrome del domingo por la noche, salvo que es miércoles. Ya son ganas de jorobarme los biorritmos. No puede ser sano.
A mí, la angustia se me pone en el estómago. A la mayor parte de la gente los nervios les cortan el apetito; a mí me lo multiplican por cinco. Es algo que me viene de familia, y que explica por qué mi padre pesa cien kilos (y eso que es el delgado entre sus hermanos). Todos los domingos por la noche -y también hoy- se repite la misma escena, con apenas ligeras variaciones:
- Ceno fuerte con el osezno, haciendo hincapié en la modalidad culinaria "fritanga" en la vana esperanza de que el aceite chorreante sacie mi apetito.
- Me tomo un postre rico en chocolate, azúcar y colesterol del malo.
- Pienso que ya basta.
- Me siento a ver la tele con el osezno. Me apetece algo salado. Me levanto.
- Voy a la alacena. Ataco el chorizo. Con pan.
- Me siento a ver la tele con el osezno. Me apetece algo dulce. Me levanto.
- Voy a la nevera. Me como un yogur.
- Me siento a ver la tele con el osezno. Me apetece algo salado. Me levanto.
- Voy a la alacena. Saqueo la bolsa de Ruffles.
- Ahora sí, ya estoy saciado.
- Me siento a ver la tele con el osezno. Me apetece algo dulce. Me levanto.
- Gominolas.
- Me siento a ver la tele con el osezno. Me apetece algo salado. Me levanto.
- Me preparo unos huevos fritos con salchichas.
- El osezno me pregunta si estoy tonto o si voy a dar en ello.
- Abro el bote de leche condensada y me lo como a cucharadas. Entero.
- Ya sí, ésta es la definitiva.
- Me siento a ver la tele con el osezno. Me apetece algo salado. Me levanto.
- Lata de atún, con tomate picado y aceite de oliva como para engrasar un tanque del ejército ruso.
- Me siento a ver la tele con el osezno. Me apetece algo dulce. Me levanto.
- El osezno mira hacia el techo, preguntándose por qué a él, Señor, por qué a él.
- Registro la cocina. No queda nada comestible.
- Me siento a ver la tele con el osezno. Me apetece algo salado. Me levanto.
- Vuelvo a registrar la cocina, con la esperanza de que haya aparecido algún tipo de alimento por generación espontánea. No es el caso.
- Me siento a ver la tele con el osezno. Me apetece algo dulce. Me levanto.
- Me siento a ver la tele con el osezno. Me apetece algo salado. Me levanto.
- Me siento a ver la tele con el osezno. Me apetece algo dulce. Me levanto.
- Me como las uñas.
- Me siento a ver la tele con el osezno. Me apetece algo salado. Me levanto.
- El osezno me trae las valerianas. Me tomo doce.
- Intento comerme las uñas de los dedos de los pies.
- Intento comerme las uñas de los dedos de los pies del osezno.
- El osezno se va a la cama.
- Deambulo por la casa, buscando comida.
- Las valerianas comienzan a hacer efecto.
- Me lavo los dientes. Me como parte del Colgate.
- Me voy a la cama.
- Me duermo.
- Sueño con comida.
Qué se le va a hacer. Nadie le dijo nunca al osezno que convivir con un neurótico fuera a ser fácil. Esperando que se pase el síndrome del domingo miércoles por la noche, me gustaría dejar aquí alguna foto bonita para alegrar la vista, pero blogspot anda tonto esta noche y no me deja subir nada. Lo subsanaré en cuanto me dejen. Que sea leve...
Update: 8:30 de la mañana del jueves. Levantarme a las siete de la mañana, salir al frío exterior, helarme los huevos mientras espero al autobús, pegarme con una horda de viajeros que intentan aplastarme mientras entran en el vehículo, llegar al trabajo antes que nadie y saber que hoy tengo que impartir cuatro horas de clase de un curso de doctorado de un tema que no es el mío es la clase de situación que me haría el hombre más feliz de la Tierra, si yo fuera estúpido. Al menos blogspot ha resucitado y me deja meter las fotos que quería poner ayer. Algo es algo, y yo me voy a por un café.
Update: 8:30 de la mañana del jueves. Levantarme a las siete de la mañana, salir al frío exterior, helarme los huevos mientras espero al autobús, pegarme con una horda de viajeros que intentan aplastarme mientras entran en el vehículo, llegar al trabajo antes que nadie y saber que hoy tengo que impartir cuatro horas de clase de un curso de doctorado de un tema que no es el mío es la clase de situación que me haría el hombre más feliz de la Tierra, si yo fuera estúpido. Al menos blogspot ha resucitado y me deja meter las fotos que quería poner ayer. Algo es algo, y yo me voy a por un café.
17 comentarios:
A la mayor parte de la gente los nervios les cortan el apetito ERROR, la mayoría tiende a atracarse hasta morir, como haces/mos tú.
De todos modos, la culpa es de la tele, si no te sentaras a verla y te dedicaras a otras cosas, no comerías cosas que engordan.
Yo empecé con los nervios estomacales hace casi 15 kilos, cuando se veía el final de la tesis y tenía que ponerme a escribir. Vino la búsqueda de becas post-docs. Luego con la defensa. Luego el post-doc: una ciudad nueva, en la que no conoces a nadie, la soledad, el restaurante barato de la esquina, el McDonalds de Belém, los pasteis de Belém, la falta de sexo, la depresión post-visitas del churri, los estreses en el trabajo, las pizzas como solución rápida a la cena... Yo hasta ahora no he vaciado el frigorífico, otro gallo me cantaría.
Y así hasta hoy. ¡Ah! y durante los primeros 12 kilos no tenía tele, así que la teoría de Nils no es aplicable.
Pues yo soy de los de estómago cerrado y estas navidades con el estres habré perdido 2 o 3 kilos
Bueno, seguro que se te ocurren métodos estupendos para bajar el peso... :)
Y eso que usted tiene con quien perderlos! En tres meses que llevo soltero habré engordado unos diez quilos. Y cuanto menos follo que más hambre me da...
Jajajaja... que genial!
A mi me pasa como dice Nils, se me cierra el estómago en banda (me estoy acordando de Víctor, no se porqué) y no hay manera. Tampoco me da por comerme las uñas, así que lo que suele ocurrir ante ninguna escapatoria es hiperventilarme (como la yerbas de Aquí no hay quien viva) y ya está!
Acabo de llegar y mientras me lavo los dientes echo una ojeada al blog, yo hoy tenía este síndrome, máxime cuando han pasado casi 3 semanas de vacaciones, pero se me ha pasado porque he estado al teatro a ver el musical Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet, jo ha durado 3 h y media, pero me ha encantado, venía hasta cantado con mi amigo Philippe en el metro...
Que estaba pensando yo, que en vez de atacar a la nevera, a ver que te comes, cómete al osezno (tu ya me entiendes) que lo tienes al lado, no?
Ánimo y al toro mañana, que son pocos y cobardes... jajaja! Además es jueves y pasado ya san viernes!!!
Un besuco corazón!
yo creia que hoy era sabado hasta que me dijo mi chco que era miercoles
he perdido el norte
Nils: qué cruz tenemos. Menos mal que se comenta que el café adelgaza ;-)
Shepperdsen: estás narrando mi vida, con la única diferencia que donde yo me fui de postdoc no había pasteis de Belém (pero sí pizza, helados y tiramisú por toneladas métricas). Cómo te comprendo.
Algo se me ocurre, Nyc... ¿conoces algún voluntario? Jejejeje... por cierto, que sepas que personas como tú echan al traste el trabajo de montones de estadísticos que dicen que en Navidad la gente engorda un promedio de dos a tres kilos.
Folle usted más, don Gárgamel, viene bien no solo para la línea sino también para muchas otras cosas salutíferas :-)
Me temo, GSL, que si yo atacara al osezno con la misma intensidad que ataco la nevera, en dos o tres meses lo tendría todo erosionado, desgastado y totalmente de los nervios. Pobrecito. Por cierto: ¿o sea que la explicación de tu alta merendabilidad es el estrés? Mira, por fin un efecto positivo...
Henmex: dí que sí, para qué vivir esclavos del calendario :-)
No me queda más remedio que ampliar mi comentario también y decirte que cómo mejora la entrada con las imágenes que faltaban ayer, hasta a mi me han abierto el apetito!!!!
Con respecto a las estadísticas es que yo soy mucho de desviación típica ;)
Y digo yo...Teniendo a un osezno al lao...¿ Por ké no se come otras cosas ke encima no engordan?
¡Coño, cari, para quieto de una puta vez! (si yo fuera tu osezno, cosa asaz dificil, pues no tengo tantos pelos jaaj).
Pero en tu casa cuando se folla? Yo creo que si te dejaras de tanto dulce o salao y te comieras mas al osezno todo iría mejor. De todas maneras, cari, yo me lo haría mirar, suena a bulimia que te cagaas, salvo que no vomitas. Eso si, decirte que el domingo deberías cenar un yogur para hacer rapido la digestion y dormir bien para levantarte el lunes ya suena como a médico, no?
Bueno, chico, eres una ruina, yo soy el osezno y en vez del disco duro de regalo le pongo un candado a la despensa, jaja
Es que anoche no ponían nada decente en la tele, estoy contigo, aunque tu actitud es má spropia de mi tx, porque cuando yo me acerco a la cocina mi frase es:"Pero bueno, ¿no quedaba aquí media barra de chope?"
Mi amor: Hay unas pastillas llamadas "ansiolíticos" que tienen el mismo efecto que toda la comida que engulles, pero no provocan el correspondiente incontrolable aumento de peso. Te lo digo porque vas a acabar necesitando una faja de titanio.
Bexxxos.
Roberto
Sufur, querido, no seremos hermanos tú y yo? Ay la panzada de reír que me he pegado con tu me siento y me levanto. Pobre osezo. Qué comprensivo! El Costillo estaría ya diciendo: "Querida, después dices que quieres adelgazar!".
A mí me pasa como a ti, como me ponga nerviosa por algo (y suelo estarlo las 24 horas del día, los 365 días del año) me da por comer, pero por comer así como tú, de forma compulsiva, como si fuera un saco sin fondo.
Ayer era imposible subir fotos. A mí también me pasó. Hasta reinicié el ordenata y todo pensando que el problema era de aquí. Al final mereció la pena la espera: esos son cuerpos y no el de la guardia civil!!
Ah, y a todo esto, FELIZ AñO!!! Espero que se cumplan gran parte de tus sueños. Los otros los dejamos para años venideros, que tanta felicidad de golpe puede darte un subidón de azúcar!
Ñam ñam ñam ñam... me ha entrado un apetito voraz con las fotos que decoran este post mi querido amigo... jejeje!
Me ha hecho gracia lo de mi merendabilidad... jajaja... pues no se, yo creo que también influye la genética (paterna) y que me mato haciendo deporte (sobre todo esta parte), eso sí, que curioso: en 30 años de natación, he conseguido que si mucha pierna, que si mucho hombro... pero de repente con el yoga he conseguido lo que jamás me imaginaba que se me noten los oblicuos... mire usted por donde! (jajajaja)
Bueno, seguro que el día de hoy no ha sido para tanto... mañana ya es san Viernes!!!
Un besuco mi niño!
Joder, después de leer el post, me ha dado dolor de estómago... creo que iré a comer algo, a ver si se me pasa...
Primero hablas de comida y despues muestras los postres.... buena capacidad la que tienes...
espero regresar.´
saludos
Mientras no te de por comerte al osezno.
Publicar un comentario