Creo que son los chinos quienes dicen que los tiempos de grandes crisis son tiempos de grandes oportunidades. Puede que me equivoque y no sean los chinos, al menos no todos ellos, pero habiendo tantos seguro que alguno tiene que haberlo dicho en algún momento.
Es caso es que ahora, cuando la Economía colapsa y el Sistema Financiero quiebra y la Inseguridad se difunde y el Pánico cunde y la Incertidumbre domina, es precisamente ahora cuando un hombre o una mujer valiente, audaz y lleno/a de entusiasmo puede hacerse de oro.
Y no, no me estoy refiriendo al viejo truco de aprovechar la situación de la Bolsa para comprar títulos baratos, esperar a que suban y forrarse. Eso está muy visto, está totalmente demodé y además es de mal gusto.
Me estoy refiriendo al camino difícil, pero gratificante, de montar un negocio propio. Puede parecer el peor momento de los posibles, pero estoy convencido de que ahora que nos asomamos a un cambio de paradigma económico se dan las mejores ocasiones para irrumpir con fuerza inusitada en el mercado. Sólo hace falta tener una idea brillante.
A mí ideas brillantes no me faltan. Lo único que me falta es todo lo demás: capital, espíritu de trabajo, tesón, voluntad, inteligencia, tiempo y valor. Así que, como soy de por sí (debería decir más bien "de por mí") generoso y desprendido, comparto mis ideas con el Gran (enorme) Público, por si algún valiente quiere recogerlas y acabar nadando en la abundancia (o, en su defecto, en las aguas Torremolinos).
Y mi primera gran idea es....
Porque, ¿qué es esto de que todas las mermeladas sean de fresa, melocotón, albaricoque o ciruela? Menuda ordinariez y qué cosa más cansina. El mercado está saturado, la gente se aburre. Untar la tostada del desayuno se ha convertido en algo insípido y repetitivo.
Algunos tímidos pasos se han dado en los últimos años. Empezó la cosa con las mermeladas de naranja amarga, y poco a poco en los establecimientos más refinados han ido apareciendo nuevas confecciones: confituras de frutas del bosque, mermeladas de tomate y pimientos, jaleas de vino dulce, etcétera. Esto ofrece una mayor variedad y ha sido grandemente apreciado en el reducido, pero adinerado, mercado de los gourmets.
Pero, sin embargo, si os fijáis en el fondo la cosa no ha cambiado mucho: todo sigue siendo a base de vegetales. Qué falta de imaginación y, sobre todo, qué desconsideración hacia los carnívoros recalcitrantes.
¿Por qué quedarnos ahí? Yo abogo por mermeladas de animales. Imaginad qué placer, pedir el croissant a la plancha de la mañana y untarlo con mantequilla templada y mermelada de cordero asado. Mermeladas de solomillo de ternera, mermeladas de morcilla de Burgos, confituras ibéricas, mermelada de hámster, mermelada de avestruz, gelée du porc, confitura de bacalao a la vizcaína.
Las posibilidades son enormes y abrirían paso a una revolución de la alta cocina.
¡Y lo fácil que sería! Tómese por ejemplo la siguiente receta de mermelada de perro:
INGREDIENTES:
!Y a revolucionar el mercado!
PD. Me informan que ya existe algo parecido a la mermelada de animales: el morteruelo. Pero sigo en mis trece defendiendo la originalidad de mi idea: al fin y al cabo, quién va a comparar el delicado dulzor de mis mermeladas de mofeta con el sabor salado y pastoso de un morteruelo de Cuenca...
PPD. Lo mismo que digo de las mermeladas, se aplica a los yogures: ¿cuándo podré comprarme en el supermercado un Danone con sabor a conejo estofado?
PPPD. Por no hablar de yogures bebibles con bífidus activos con sabor a Jason Statham...
Es caso es que ahora, cuando la Economía colapsa y el Sistema Financiero quiebra y la Inseguridad se difunde y el Pánico cunde y la Incertidumbre domina, es precisamente ahora cuando un hombre o una mujer valiente, audaz y lleno/a de entusiasmo puede hacerse de oro.
Y no, no me estoy refiriendo al viejo truco de aprovechar la situación de la Bolsa para comprar títulos baratos, esperar a que suban y forrarse. Eso está muy visto, está totalmente demodé y además es de mal gusto.
Me estoy refiriendo al camino difícil, pero gratificante, de montar un negocio propio. Puede parecer el peor momento de los posibles, pero estoy convencido de que ahora que nos asomamos a un cambio de paradigma económico se dan las mejores ocasiones para irrumpir con fuerza inusitada en el mercado. Sólo hace falta tener una idea brillante.
A mí ideas brillantes no me faltan. Lo único que me falta es todo lo demás: capital, espíritu de trabajo, tesón, voluntad, inteligencia, tiempo y valor. Así que, como soy de por sí (debería decir más bien "de por mí") generoso y desprendido, comparto mis ideas con el Gran (enorme) Público, por si algún valiente quiere recogerlas y acabar nadando en la abundancia (o, en su defecto, en las aguas Torremolinos).
Y mi primera gran idea es....
LAS MERMELADAS DE ANIMALES
Porque, ¿qué es esto de que todas las mermeladas sean de fresa, melocotón, albaricoque o ciruela? Menuda ordinariez y qué cosa más cansina. El mercado está saturado, la gente se aburre. Untar la tostada del desayuno se ha convertido en algo insípido y repetitivo.
Algunos tímidos pasos se han dado en los últimos años. Empezó la cosa con las mermeladas de naranja amarga, y poco a poco en los establecimientos más refinados han ido apareciendo nuevas confecciones: confituras de frutas del bosque, mermeladas de tomate y pimientos, jaleas de vino dulce, etcétera. Esto ofrece una mayor variedad y ha sido grandemente apreciado en el reducido, pero adinerado, mercado de los gourmets.
Pero, sin embargo, si os fijáis en el fondo la cosa no ha cambiado mucho: todo sigue siendo a base de vegetales. Qué falta de imaginación y, sobre todo, qué desconsideración hacia los carnívoros recalcitrantes.
¿Por qué quedarnos ahí? Yo abogo por mermeladas de animales. Imaginad qué placer, pedir el croissant a la plancha de la mañana y untarlo con mantequilla templada y mermelada de cordero asado. Mermeladas de solomillo de ternera, mermeladas de morcilla de Burgos, confituras ibéricas, mermelada de hámster, mermelada de avestruz, gelée du porc, confitura de bacalao a la vizcaína.
Las posibilidades son enormes y abrirían paso a una revolución de la alta cocina.
¡Y lo fácil que sería! Tómese por ejemplo la siguiente receta de mermelada de perro:
INGREDIENTES:
- 1 perro entero
- Azúcar
- Agua
- Ponga a hervir el agua en una olla grande
- Pele el perro y quítele las semillas
- Eche el perro al agua hirviendo
- Añada azúcar al gusto
- Deje cocer durante noventa horas, removiendo constantemente, hasta que se forme una pasta homogénea
- Deje enfriar y conserve en recipientes herméticos
!Y a revolucionar el mercado!
PD. Me informan que ya existe algo parecido a la mermelada de animales: el morteruelo. Pero sigo en mis trece defendiendo la originalidad de mi idea: al fin y al cabo, quién va a comparar el delicado dulzor de mis mermeladas de mofeta con el sabor salado y pastoso de un morteruelo de Cuenca...
PPD. Lo mismo que digo de las mermeladas, se aplica a los yogures: ¿cuándo podré comprarme en el supermercado un Danone con sabor a conejo estofado?
PPPD. Por no hablar de yogures bebibles con bífidus activos con sabor a Jason Statham...
10 comentarios:
Apresúrate a patentarlo que seguro que luego llega el listo de Ferra Adria y te levanta la receta!!!!
Como pase alguno de Grin-Pis por aquí, se te va a caer el pelo!!
La mermelada de animales ya existe en Andalucía. Se llama zurrapa y la hay de todos los animales de granja comunmente comestibles.
¿Yogur con sabor a conejo estofado? Argggg. Si sabe al Jason hago cola, esosí.
Jajaja... me meo, es usted genial!.
Pues tiempo al tiempo, mira lo que pasó con los turrones que si de Crema Catalana, que si de Tocino de Cielo, ....
Un besote. Alber
Pues si usas un enano de metro veinte pintado de azul como cocinero, un enanano de dos metros diez pintado de amarillo como pinche, ambos con atuendos llenos de bombillas (de bajo consumo)y en una sala llena de neones de colores, y si además pones una cocina ultramoderna del más limpio acero inoxidable con remaches de titanio al cromovanadio y, si rematas todo con un buen fuego encima de la más moderna vitrocerámica alimentando un gran perolo renegrido donde se prepare la receta que has propuesto, seguro que en ARCO te haces famoso. Eso sí, al perro lo tendrás que llevar muerto y ya "pelado" porque, por muy conceptual que sea el arte en ARCO, seguro que eso de ponerse a despellejar al perro se considera demasiado trasgresor.
Ay Sufur que a ti la crisis te ha afectado al cerebro!! Por dios y la virgen santa, mermelada de perro???? Cuando llegué a esa parte del texto casi vomito, guarrindongo. Menos mal que no has puesto de gato, porque la tenemos! Sí, y tus lindos mininos me apoyarían.
Ains, yo esperando una idea genial (que no tengo ninguna) y pensando dónde iba a encontrar todos los demás ingredientes (tesón, voluntad, etc) para hacerme de oro... si es que así no se puede :P
aunque si han hecho helados de sabores tan imposibles como el cabrales o la fabada... vete tú a saber lo que terminaremos comiendo!
bicos
porfavor!!!!
Hace no mucho, en un capítulo de los Simpsons, Lisa recordaba que los chinos usan la misma palabra para designar crisis y oportunidad. Buscando esta palabra he llegado a este artículo: http://www.entremaqueros.net/bitacoras/silta/?p=63 que no por breve es menos interesante, ya que nos proporciona claves esenciales para interpreta lo que estoy diciendo.
危机 (Crisis)
机会 (Oportunidad)
Tradicional:
危機 (Crisis)
機會 (Oportunidad)
Si se fijan, el último ideograma de “crisis” es el primero para “oportunidad”. En cada crisis hay una oportunidad.
No tengo ni idea de lo que es el morteruelo, pero aún así basta con ir a algún restaurante chino que yo me sé y pedir cerdo agridulce para comprobar que la idea no es tan original después de todo...
Eso por no hablar de lo... "atrayente" que pueda resultar la idea de una tostada bien chorreante de cerdo agridulce...
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