abril 14, 2009

Del blancoazul al gris

Para mi primer y penúltimo día de vacaciones de Semana Santa (el fin de semana no cuenta), el pronóstico del tiempo anunciaba oscuras nubes y lluvias. Supe entonces que me convenía limpiarle el objetivo a mi Canon, porque el día se levantaría invariablemente azul y luminoso. Naturalmente, acerté.


Empleé la mañana en bañar mis retinas en fotones, sabiendo que iba a durar poco. Me di un paseo con mi Madre, intentando -sin éxito- convencerla para comprarse un móvil nuevo. Nos encontramos con mi tía Antonia y mi prima Raquel, que habían venido desde el pueblo a la megalópolis segoviana a comprar muebles. Pude así conocer por fin al niño de mi prima -monísimo-, a quien si me descuido un poco más no habría visto en persona hasta el día de su jura de bandera. Ah, que esas cosas ya no se llevan...

Por la tarde quedé con S. Me dijo: "bájate la cámara de fotos, que se me ha ocurrido una idea". La idea consistía en subir al puerto de Navacerrada, en vez de por la carretera usual por una que se desvía antes de llegar a la Granja y que atraviesa Valsaín antes de unirse a la carretera principal con sus famosas y mareantes Siete Revueltas. Valsaín es un pueblo curioso: sus habitantes, famosos en toda la provincia por su fama de brutotes, se sienten tremendamente orgullosos de sus raíces vascas, pero son los primeros en echarse a la calle vestidos de faralaes para celebrar todos los años la Feria de Abril.

Subiendo a partir de Valsaín se atraviesa el espectacular bosque de pinos que cubre las laderas del monte hasta casi los dos mil metros. Los pinos crecen altos y rectos, con su corteza descamándose en tonalidades rojas, y andar entre ellos tiene algo parecido a moverse entre las naves de una catedral gótica.


Y así llegamos a lo alto. Aunque una parte de mí quería hacer lo que hace todo el mundo en cuando ve un poco de nieve -pisotearla, tirar bolas, hacer ángeles en la nieve y muñecos cutres-, afortunadamente predominó la parte que prefiere dejarla intacta, lisa, y todo lo más sacar alguna foto de las diferentes texturas que produce la luz al caer sobre ella.




En el puerto de Navacerrada buscamos una cafetería y nos calentamos el organismo con un chocolate con churros. S. está atravesando una mala racha en el trabajo y eso le produce repetidas crisis de ansiedad, algo con lo que estoy íntimamante familiarizado; el chocolate, como excitante que es, no nos venía demasiado bien a ninguno de los dos, pero se agradecía el calor de la bebida y, sobre todo, la compañía.

Desde allí nos movimos hacia la estación de Cotos, pasando sobre las vías del tren y parando siempre que nos era posible para admirar las vistas.


Se hacía tarde y S. tenía que volver a preparar unos asuntos de trabajo, así que volvimos a Segovia. Pero en vez de ir directos le pedí a S. que tomara la circunvalación para aproximarnos desde Zamarramala y poder así hacer una nueva variante de una de mis tomas favoritas de Segovia:


Como siempre me la despedida de S. fue larga y vacilante. Conociéndonos, pasarán al menos seis meses antes de que nos volvamos a ver, y por eso nos cuesta tanto decirnos adiós.

Y hoy por fin, sabiendo el Universo entero que tengo que volver esta tarde a Santander, el día ha amanecido lluvioso. De vuelta a la Nube. Pero no hay mal que por bien no venga, y aunque este año no he tenido apenas vacaciones y sólo he tenido un día de luz pura, ¡esta noche veré al osezno!


7 comentarios:

Nyc dijo...

Lo que pasa cuando terminas un post así:
¡esta noche veré al osezno!es que todo el resto de lo que has escrito se me olvida.
Que os disfrutéis!

Peritoni dijo...

pero qué repreciosisímo todo!
Y qué bien acurrucarse con-al osezno...

rickisimus2 dijo...

Espero que el osezno no se porte contigo como Paca y Tola con Furaco.

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

Qué bonita entrada. Ay, Valsaín, cuántas excursiones de infancia y familiares, eso son pinares y lo demás tonterías...
Muy bonita la historia con S., ver a tu mami, y me quedo con mi frase favorita de la semana (siempre te encuentro una molona). Esta es: "Empleé la mañana en bañar mis retinas en fotones"...enseguida me ha venido a la mente Proust (qué cursi, es mentira):-), pero mola la frase un huevo.
Ya te iré visitando más, que estoy con la astenia.
Besotes.

Gato dijo...

Molan los paisajes! Al final q tal con el oseno? jeje Lo de como acabó lo mío lo pondré pero lo he dividido en dos partes para no escribir el Quijote xD
Aunq te digo que no fue tan bien como pintaba... xD

Saludos!

gaysinley dijo...

Precioso paseo, como me hubiese gustado acompañaros y deleitar ese chocolate con churros o porras...

Por cierto, en Valsaín, estuve una vez con los alumnos, no recuerdo muy bien, hace años, hay un centro de interpretación o algo así no?

Besotes. Alber

BIRA dijo...

Cada vez que escribes algo sobre tu Madre me entran más ganas de conocerla. Estoy segura de que es una mujer realmente excepcional (por cierto espero que esos problemas de salud de los que hablabas hace un tiempo sean ya agua pasada). Dale un besssísssimo de mi parte.

Por otro lado, amistades como la tuya con S son las que valen la pena. Es cierto que resulta triste verse con tan poca frecuencia, pero una hora con personas así valen más que toda una vida al lado de gentes grises. Si encima os regalasteis semejante "paseo", ya me contarás! Cómo para quejarse.

Las fotos, buenísimas, como siempre. Eres un pedazo de artista!

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