Esto es algo que resultará totalmente sorprendente y extraño para la mayor parte de la gente, y por lo tanto creo que voy a tener que hacer un esfuerzo extra para hacerme entender.
Se trata de un estado de ánimo que me invade frecuentemente, que hoy me está dominando por completo, y que estoy convencido que nunca jamás ha afectado a nadie más que yo en toda la Historia de la Humanidad.
Veréis: no me apetece nada, pero nada, trabajar esta tarde.
Comprendo que esta revelación pueda haber sido un shock para muchos, porque me consta que nadie, absolutamente nadie, comparte este estado mental, al menos en este país de adictos al trabajo duro y bien hecho en que vivimos. Me ha sido casi imposible encontrar, a lo largo de una búsqueda intensiva entre las fuentes bibliográficas de la investigación psiquiátrica y psicológica, un nombre para mi rara patología. Pero por fin lo he encontrado:
Seguro que el término os resultará totalmente desconocido. Quizás sea más entendible si lo planteo en los términos que suele usar mi Santa Madre en estas circunstancias: ¡qué día más perruno que tengo hoy!
Lo único que me apetece hacer es: nada. Aderezándolo tal vez con una pizca de mirar a las musarañas y otra pizca de rascarme la barriga. Y tal vez acabe haciéndolo, qué porras.
Se trata de un estado de ánimo que me invade frecuentemente, que hoy me está dominando por completo, y que estoy convencido que nunca jamás ha afectado a nadie más que yo en toda la Historia de la Humanidad.
Veréis: no me apetece nada, pero nada, trabajar esta tarde.
Comprendo que esta revelación pueda haber sido un shock para muchos, porque me consta que nadie, absolutamente nadie, comparte este estado mental, al menos en este país de adictos al trabajo duro y bien hecho en que vivimos. Me ha sido casi imposible encontrar, a lo largo de una búsqueda intensiva entre las fuentes bibliográficas de la investigación psiquiátrica y psicológica, un nombre para mi rara patología. Pero por fin lo he encontrado:
VAGANCIA
Seguro que el término os resultará totalmente desconocido. Quizás sea más entendible si lo planteo en los términos que suele usar mi Santa Madre en estas circunstancias: ¡qué día más perruno que tengo hoy!
Lo único que me apetece hacer es: nada. Aderezándolo tal vez con una pizca de mirar a las musarañas y otra pizca de rascarme la barriga. Y tal vez acabe haciéndolo, qué porras.
8 comentarios:
Mirar a las musarañas y rascarse la barriga ya es mucha actividad, no caigas en la tentación!!!
Te iba a decir que en esas circunstancias tocarse los c*j*nes es una buena actividad, pero después de leer a Nyc veo que puede ser demasiada actividad.
Pues yo tuve esa misma sensación esta mañana, espero que no sea una epidemia... con lo bien que va este país.
Pues realmente cari me has dejado perplejo... Y ¿tu sabes si eso que has dado en llamar "vagancia" tb. dignifica al hombre y lleva aparejado un salario? Pq si es así, haz el favor de contagiarme, jajajaa
Bezos
Star como se nota que eres funcionario. :P
En mi oficina lo llamamos "combatir la celulitis". A ver si rascando, a base de erosionar... Probablemente igual de poco efectivo que cualquier otro método para adelgazar, pero al menos con éste es fácil y placentero ser constante.
debe ser algo del aire porque justo hoy en mi redacción no había nadie de nadie con ganas de hacer algo y estábamos medioarrastrados... hasta que me dijeron que tenía dos horas para un texto, pero antes...
Pues yo "sus" juro que pensé que estas cosas sólo me ocurrían a mí... :-)
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