junio 27, 2009

14610 días

El 28 de junio de 2009 se cumplen 14610 días desde el inicio de las revueltas de Stonewall: 40 años. Ahí es nada.

Durante los años 50 y 60 del siglo pasado la represión contra los homosexuales de ambos sexos era incluso más dura en Estados Unidos que tras el Telón de Acero. Las redadas en los bares semiclandestinos donde se reunían los homosexuales eran frecuentes y violentas; la policía actuaba sin miramientos y las palizas eran el pan nuestro de cada día. Los detenidos eran tratados como delincuentes y como enfermos mentales. No existía un movimiento gay organizado, y los pocos defensores públicos de los derechos de las personas homosexuales estaban dispersos y divididos. Tras una redada, seguida de su detención y paliza correspondientes, la única opción era lamerse las heridas y recomponerse el orgullo y la dignidad de puertas para adentro, dolorosamente.

La fachada del Stonewall Inn, en 1999.
Sigo aprovechando cualquier excusa para
sacar a relucir
mis viejas fotos recién rescatadas del olvido
...

Pero la situación estaba cambiando; los éxitos de los movimientos feminista y del movimiento afroamericano por los derechos civiles, unidos a las protestas contra la guerra de Vietnam y el ambiente contracultural de los años 60 fueron armando lentamente las conciencias. La noche del 28 de junio de 1969 la policía entró a la carga en el Stonewall Inn, un bar del Greenwich Village neoyorquino relacionado con los barrios bajos y frecuentado por drag queens, muchachos afeminados, hispanos y negros, trasexuales, chaperos y sus clientes. El ambiente estaba cargado: pocas horas antes acababa de ser enterrada Judy Garland y las emociones estaban a flor de piel.

Y entonces sucedió.

En vez de aceptar tristemente su sino y doblegarse ante las fuerzas del orden, los travestis, los chaperos, las locas y los transexuales se resistieron. Se defendieron con uñas, con tacones y con botellas de cerveza, echaron a la policía de su local, se extendieron por el Village, movilizaron a la gente, organizaron barricadas y protagonizaron una revuelta que duró varios días.

Otra foto vieja: las esculturas conmemorativas
en Christopher Street, Nueva York


Se suele señalar a los disturbios de Stonewall como el comienzo del movimiento gay. Si bien eso no es estrictamente cierto, es verdad que marcaron un punto de inflexión definitivo en la historia de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos y los países occidentales. En menos de seis meses ya se habían formado dos asociaciones gays en Nueva York, un año más tarde se celebraba la primera marcha del Orgullo Gay en Christopher Street, y el resto de historia ya la conocemos.

Lo que han cambiado las cosas en cuarenta años: tenemos internet y teléfonos móviles, en España se vota, hemos secuenciado el genoma humano y los gays podemos ir a tomarnos una cerveza a un bar de ambiente sin que nos rompan la cabeza, siempre y cuando no lo hagamos en alguno de los 80 países que aún penalizan la homosexualidad (algunos de ellos con la muerte) o lo hagamos con discreción en las zonas rurales y en las ciudades más tradicionales. También podemos declarar públicamente nuestra homosexualidad y mantener nuestro trabajo sin problemas, salvo que seamos militares o sacerdotes o futbolistas, por poner tres ejemplos, y tenemos probabilidades sólo algo menores que los heterosexuales de superar la adolescencia sin suicidarnos, y eso en los países más civilizados del mundo. ¿O tal vez las cosas no han cambiado tanto?

Sí, claro que han cambiado, y en buena medida gracias a aquellas drag queens y chaperos y locazas y trans del Stonewall Inn y a sus sucesores. Pero es que sólo ha pasado una generación desde aquello. El que crea que en tan poco tiempo está ya todo conseguido y que ya no queda homofobia, es un perfecto iluso. Y como muestra, dos botones (clic, clic).

Por eso, como han expresado mucho mejor que yo colegas como Gaysinley, el Guerrero Galáctico y Don Otto, entre otros, sigo conmemorando el Día del Orgullo Gay como algo importante. Esta vez no voy a entrar al trapo en el viejo argumento sobre que si manifestación seria, manifestación loca o manifestación haciendo el baile de la oca: lo importante es que la haya. Además, ¿pero es que hay que elegir, pudiéndolo tener todo a la vez?

Yo este año me quedo sin bajar a Madrid para la celebración. A los que sí podáis ir, os acompañaré en el espíritu...


¡Feliz día del Orgullo Gay!




6 comentarios:

Nyc dijo...

A ver si alguno de los que tanto critica la manifestación del Orgullo porque no "nos representa" y da "mala imagen" se lee esta entrada y se entera de qué se celebra en este día y muestran respeto de una vez a todas esas "drag queens y chaperos y locazas y trans del Stonewall Inn"
Y sí, aún queda muchísimo por hacer, aunque nos parezca que hemos llegado al paraíso.
Feliz día orgulloso!

starfighter dijo...

Asi me gusta, orgulloso. Y recordando porqué se celebra este día. Me ha encantado. ¡Feliz orgullo!

hm dijo...

Pero vamos, que aunque no hubiesen sido ellos los que provocaron el punto de inflexión, tendrían el mismo derecho a manifestarse como les parezca... de hecho, lo importante es que se respete a cada uno como es.

Thiago dijo...

Bueno, estoy de acuerdo contigo... Yo he destacado en mi post de hoy otro de tus CLICS: el PP veta en el congreso una declaración contra la Homofobia... por dios.

Y tb. me ha jodido ver que en Barcelona, han desfilado separados los "politicos" de los "juerguistas"...

al final se lo cargan,verás.

bezos

gaysinley dijo...

Excelente post y perdona que te diga, pero creo que lo has explicado mejor que nadie... Estoy totalmente de acuerdo contigo y que cada uno lo celebre como le de la gana, es un día de fiesta que nos apetece pasarlo bien y no olvidar que años atrás no fue fácil...

Genial la referencia a Stonewall, creo que al menos una vez en la vida, es de obligado visionado la peli Stonewall para ilustrarse un poquito... genial las fotos!

Feliz día, be proud!

Besotes

Peritoni dijo...

Nosotros este año nos hemos perdido la de Valencia (de espectadores, no creas), y a Mdrid no podemos ir... pero sí con el corazón!

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