Ya es oficial: desde ayer por la mañana estoy empadronado en Santander, y tras sólo dos horas de agónica e ineficiente burocracia.
Me he resistido todo lo que he podido. Tras doce años de vinculación laboral y/o sexual-sentimental a esta santa (católica, apostólica y romana) ciudad, al final -y por causas estrictamente ajenas a mi voluntad- he tenido que capitular y modificar los datos del censo. Ayer Segovia perdió un ciudadano de pro y Santander ganó un indeseable raquero.
Es curioso: después de media vida luchando y afanándome, formándome a mí mismo, explorando todas las facetas del saber, recorriendo los templos del cuerpo y de la mente tanto de la antigüedad como de la modernidad, enfrentándome a las cimas y los abismos de la naturaleza humana, aplicándome la máxima délfica, "conócete a tí mismo"; buscando, en definitiva, mi identidad, resulta que voy y descubro que dicha identidad es la de un cantabrón.
Peor aún, ¡un santanderino! Si Juan Bravo levantara la cabeza...
En fin, no somos nadie. Si no puedes con el enemigo, únete a él: me voy con viento fresco a practicar el genuino acento de Puertochico, óyeess.
Me he resistido todo lo que he podido. Tras doce años de vinculación laboral y/o sexual-sentimental a esta santa (católica, apostólica y romana) ciudad, al final -y por causas estrictamente ajenas a mi voluntad- he tenido que capitular y modificar los datos del censo. Ayer Segovia perdió un ciudadano de pro y Santander ganó un indeseable raquero.
Es curioso: después de media vida luchando y afanándome, formándome a mí mismo, explorando todas las facetas del saber, recorriendo los templos del cuerpo y de la mente tanto de la antigüedad como de la modernidad, enfrentándome a las cimas y los abismos de la naturaleza humana, aplicándome la máxima délfica, "conócete a tí mismo"; buscando, en definitiva, mi identidad, resulta que voy y descubro que dicha identidad es la de un cantabrón.
Peor aún, ¡un santanderino! Si Juan Bravo levantara la cabeza...
En fin, no somos nadie. Si no puedes con el enemigo, únete a él: me voy con viento fresco a practicar el genuino acento de Puertochico, óyeess.
11 comentarios:
¡¡¡ Ya sólo te falta el colgante de Tous y los pendientes de perla !!!
cONGRATS
Vaya, ahora sólo me queda el Sr. S como amigo segoviano, aunque él es de los alrededores. Al menos ahora ya podré dejar de especificar eso del amigo segoviano que trabaja/vive en Santander. Ahora diré el amigo santanderino o cantabrón. De todas formas y en lo que a mí respecta, sigues siendo castellano de pura cepa (mal que les pese a los cántabros) y norteño, pues tanto Segovia como Santander son de la ribera norte del Tajo.
Dios te pille confesao... que imprime carácter el ser de allí...
Oye, y en esto del empadronamiento no hay lo de la doble nacionalidad? Que un habitante menos en Segovia se tiene que notar :-P
Estoy asimilando aún las referencias que ha puesto que ha tenido en su vida... no, mejor lo intento más tarde, mejor.
Esperamos ahora recibir por Navidad ( toooodos los años)los pasiegos, un bote de cocido montañes, una lata de anchoas y algún keso ke otro.
Ay, cómo hacéis leña del árbol caído...
Que no, que yo le he puesto siete velas a la Fuencisla, estoy bebiendo DYC y me estoy poniendo el cd de LA DEL SOTO DEL PARRAL constantemente para que vuelvas a la tierra.
NAVALMANZANO RULEZ!
Jajaja... bueno al final ante todo hay que ser práctico, que pa eso ya Segovia la llevas en el corazón...
Por cierto, genial Escher, me apasiona...
Un besazo
Pero lo has conseguido por la vía chechual o matrimonial? Eres santanderino consorte o por el padrón? Pero mira lo bueno es que uno no cambia por esas cosas: Antes eras segoviano, que tenías fino el ano, y ahora eres santanderino que tienes el mismo culo fino, jajajaja
bezos.
Ya era hora de tener un santaderino tan segoviano jeje. un besuco cantabruco. Silneica
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