Un año más, los segovianos más devotos de este politeísmo que llamamos religión católica se han unido para celebrar la fiesta de San Frutos, bendito a la par que pajarero. Por una vez en mucho tiempo ha coincidido que una de mis visitas al terruño cayera en tan señalada fecha. Así que ahí me he plantado, sintiéndome una vez más turista en mi propio pueblo, con mi cámara de fotos y dispuesto a escuchar el tradicional Villancico de San Frutos.
Que quede entre nosotros, pero es la primera vez en mi vida que voy a lo del villancico. La verdad es que me ha sorprendido favorablemente: esperaba una exhibición folclórica a base de pandereta y dulzaina (jamás entenderé que un instrumento tan estridente tenga semejante nombre), pero en vez de ello me he encontrado con violines, coro y un niño cantor entonando una pieza solemne y bella del siglo XIX, retumbando sus acordes por el interior de la catedral de una forma bastante impactante: por un momento casi he pensado que me encontraba en un país protestante y todo.
Pues eso, que mi santo es mejor que el tuyo: más grande, más milagroso y más todo. Para leer las batallitas pseudohistóricas que rodean a la figura del santo, clic aquí.
By the way, Segovia está preciosa en esta época del año (como siempre), pero las visitas a casa de mis padres cada vez me estresan más. Ambos, ellos y yo, nos estamos haciendo demasiado mayores...
9 comentarios:
Y supongo que habrá algunos padres que pongan ese nombre a sus hijos, no? Pobreticos...
PD: las formas de mostrar el amor en familia son uno de los misterios más insondables del universo. Sólo queda aguantar el chaparrón y seguir palante ;)
Pues sí señor, hay bastantes Frutos sueltos por ahí, y más todavía que llevan ese apellido (una amiga mía, novia de un apellidado de Frutos, bromea diciendo que si algún día tienen una hija le pondrán como nombre Magdalena... de Frutos). Pero peor aún son las segovianas que se llaman Fuencisla, en honor a la vigen local :-P
Sí, tengo amigos segivianos que se apellidan "de frutos". Lo curioso sería ponerle como nombre Frutos y que se apellidase "de frutos". Aunque te arriesgas a que sea una eximente en el parricidio.
¡Qué curioso! Cuando he ido a "países bárbaros" me he encontrado con un gran amor por la música y con un buen gusto que me hacía llorar de placer y de envidia. POr eso sorprende cuando en España nos encontramos con ejemplos de cosas bien hechas ¿verdad?
Desconocía esta fiesta, pero parece bonita. Y es todo un detalle que no se maltrate animal alguno.
No creas, Allau... cuando yo era niño (hace ya tantísimo tiempo), existía la costumbre infantil de salir a cazar pájaros en la fiesta de San Frutos. La lógica de la religión es así: como es la fiesta del santo pajarero, vamos a matar pájaros. Creo que ya no se hace, pero en cualquier caso fue una de las primeras cosas que me hicieron desarrollar alergia a las religiones...
Ay, que pena, no me acordé de San Frutos. con lo que me gusta a mi ir a Fuentidueña en estas epocas... Me encanta la ermita de San Frutos en las Hoces del Duratón y el paseo en piragua que ya lo he hecho dos veces...
Es increíble como puieron hacer aquella ermita alli y como llevarían todas las piedras y la historia que cuentan es preciosa...
NO, si la Iglesia tiene lo que tiene, como montador de fiestas y espectáculos es únicac, claro. Pa otra cosa no vale, jajaja
bezos
Octubre es un mes maravilloso pa viajar por el centro penínsular, pena ke nunca tenga días libres. Lo veo a usted al año ke viene yendo con mantilla españiiiola y teja...
Uffff, comparando una solemne celcebración de la Iglesia Católica Apostólica y Romana con esos herejes hijos de Lutero... aaaaahhh... arderá en el infierno, jajajajaja... si esos no tienen ni imágenes gores ni naaaaaa... jajaja
Me encantó la entrada, la leí, pero no me dió tiempo a comentarla. Es nostálgica, un poco melancólica, y luego, me emocionó mucho lo del niño cantando, así en plan profano-calvinista. A mí tampoco me gustan nada estas celebraciones, ni las procesiones, pero me acuerdo de una en Gubbio (Umbría), en la que llevaban a un santo, no había nazarenos, sino que los hombres (y sólo ellos) iban vestidos con estameñas (con la cabeza descubierta, por supuesto), y cantaban en coro una especie de gregoriano polifónico (no sé cómo describirlo), que también parecía como calvinista, en algunos puntos atonal y bellísimo. Me quedé completamente sorprendido...
Besotes.
Publicar un comentario