junio 23, 2010

Il bel siciliano

Siempre que vengo a Pisa procuro escaparme un ratito para poder pasar unos momentos a solas con mi siciliano favorito.


Salgo pronto del trabajo para poder acercarme a ese sitio de la via Garibaldi donde sé que encontraré a mi siciliano. Cuando lo tengo ante mí no puedo evitar admirar cada uno de los detalles que se ofrecen a mis sentidos: su magnífico aspecto, su dureza externa que contrasta con su interior suave y dulce, su olor inconfundible, su tacto que presagia placeres sin límite.


Y al poco tiempo estoy disfrutándolo, todo el siciliano para mí. Cuando me llevo ese grueso cilindro a la boca todo mi cuerpo vibra de anticipación. En seguida me dedico exclusivamente al placer que tengo entre mis labios, y no paro hasta que mi boca se inunda de espesa y rica crema blanca.

Qué le voy a hacer... ¡soy un adicto a los cannoli! Y en la pasticceria siciliana de via Garibaldi hacen los mejores a este lado del río Arno...


6 comentarios:

Thiago dijo...

jaj no sé pq, tal vez pq es un recurso que yo uso mucho, esperaba una sorpresa así al final, cari, jaaja ¿el cilindro? eh? jajaj Y cuál era la fórmula par hallar el volumen del cilindro, cari? jajaja

Bezos.

Sufur dijo...

Semos predecibles, cari... Por cierto, la fórmula es V=πr²h, jejeje :-)

Mocho dijo...

¡¡¡ Ahhhhh, mi reino por un cannolo !!!

starfighter dijo...

A estas horas, y vista la pinta que tiene, por uno de esos MA-TO

Eleuterio dijo...

¡Qué asco, cuánta azúcar! ¡Hubiera preferido una foto porno con sus jugos expuestos!

(No me apedrees, pero no me gustan los dulces.
Ahora si me hablas de una mariscada o una buenna pizza, ya es otra cosa).

Sufur dijo...

Jeje qué me voy a enfadar, Eleuterio... ¡mucho mejor para los que sí nos gusta el dulce! Más azúcar para nosotros :-)

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