O eso, o un auténtico monstruo de feria. Al menos eso deben pensar los chinos.
El primer día, junto al lago del Palacio de Verano, me di cuenta de que mi organismo se encontraba en plena línea de visión de una cámara fotográfica. Como fotógrafo aficionado que me gustaría ser, soy muy consciente de que la carne humana no es transparente, así que inmediatamente me aparté para dejar que el chinito hiciera su foto de la pagoda de turno. Pero el chinito en cuestión giró su cámara para seguirme y no se quedó tranquilo hasta sacarme una buena toma de cuerpo entero.
Un par de días después, en uno de los primorosos parques semipúblicos de la capital, otro chinito me hizo una serie de placajes que habrían resultado escandalosos hasta en mitad de la sauna Center. El osezno se moría de risa diciéndome "cómo ligas".
En otro momento del viaje descubrí a un grupito de mozas haciéndome fotos de tapadillo con el móvil. Cuando se dieron cuenta de que las había descubierto atravesaron una breve fase de parecer azoradas, pero en seguida recuperaron la presencia de ánimo y se liaron a fotografiarme descaradamente.
Y yo grito al cielo: ¿por qué? Me parece tremendamente injusto que, para una vez que gusto, sea a gente que a mí no me gusta...
Qué mal repartido está el mundo. Y es que no se puede tener este sex appeal animal que me gasto...
El primer día, junto al lago del Palacio de Verano, me di cuenta de que mi organismo se encontraba en plena línea de visión de una cámara fotográfica. Como fotógrafo aficionado que me gustaría ser, soy muy consciente de que la carne humana no es transparente, así que inmediatamente me aparté para dejar que el chinito hiciera su foto de la pagoda de turno. Pero el chinito en cuestión giró su cámara para seguirme y no se quedó tranquilo hasta sacarme una buena toma de cuerpo entero.
Un par de días después, en uno de los primorosos parques semipúblicos de la capital, otro chinito me hizo una serie de placajes que habrían resultado escandalosos hasta en mitad de la sauna Center. El osezno se moría de risa diciéndome "cómo ligas".
En otro momento del viaje descubrí a un grupito de mozas haciéndome fotos de tapadillo con el móvil. Cuando se dieron cuenta de que las había descubierto atravesaron una breve fase de parecer azoradas, pero en seguida recuperaron la presencia de ánimo y se liaron a fotografiarme descaradamente.
Y yo grito al cielo: ¿por qué? Me parece tremendamente injusto que, para una vez que gusto, sea a gente que a mí no me gusta...
Qué mal repartido está el mundo. Y es que no se puede tener este sex appeal animal que me gasto...
7 comentarios:
tío bueno!
Véngase al Planeta y se va a enterar usted de lo ke es la justicia sexual.
Mi amigo la calva dice que es una belleza exótica y que liga mucho en otras latitudes.
jaja no será que los chinos querían hacer contigo sopa de "aleta" de tiburón? jajaj
Bezos, cari.... no sé, pero mira, es una solución para el que esté mal del ego... jaja
Un pelirrojo amigo mío se sentó en una mesa de familia japonesa junto a la madre octogenaria. Esta estaba tan alucinada con los pelos del antebrazo de mi amigo que no dejó de acariciarlo durante toda la cena.
Es el exotismo.
En Alemania los de pelo oscuro, de rasgos mediterráneos, ligan mucho (palabra de honor).
¡Apártate, Velencoso, que llega Sufur!
PD: Palabro de hoy: "solmona". Qué apropiado...
Si ya lo decía yo, que el osezno y tú sois unos ligones.
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