noviembre 03, 2010

Cosas veredes, amigo Sancho...

A mi avanzada edad, creía haberlo visto todo. Pero no: aún quedan sorprendentes revelaciones, misteriosos enigmas, fascinantes novedades y pasmosos sobresaltos por descubrir.

Como el del otro día en el gimnasio.

Es bien conocida mi opinión de que las partes más interesantes del gimnasio son la piscina y los vestuarios; de alguna manera, uno nunca se cansa del panorama. Para decribir lo que vi el otro día me voy a servir de una imagen, que vale más que mil palabras:


Y diréis: pues vaya cosa. La clásica línea de bronceado, más vista que el tebeo. La marca del bañador tiene fervientes defensores y acérrimos detractores: muchos piensan que es algo de horteras y de antiguos que no se atreven a ir a playas nudistas. Yo soy más bien de los primeros: me gustan esos culetes blancos contrastando contra una piel bronceada. Es como estar vestido y desnudo a la vez, un adorno corporal más (bastante más fácil de quitar y poner que un tatuaje) y una forma de remarcar unas nalgas besables o incluso merendables.

Sin embargo lo que vi yo el otro día en el vestuario iba algo más allá de la mera tan line y daba un paso más en esa espiral en descanso que conduce al colapso de nuestra civilización. Para explicarlo, volveré a servirme de un gráfico que he preparado para esta ocasión:


Mediante una frontera de nitidez espeluznante, el culo blanco y peludo daba paso a una piel morena y tersa como la de una rana. Estupefacto me quedé. ¡Ya no saben qué inventar!

PD. Sí, el culo al menos era resultón. Si no fuera por eso, se me habrían quitado las ganas de hacer deporte durante una temporada...


10 comentarios:

starfighter dijo...

Eso se llama vagancia, que por un poco más te podrías rasurar las nalgas sin tener que llegar al extremo depilatorio. Claro que lo contrario (todo peludo y el culo depilado) podría ser escalofriante.

Sr_Skyzos dijo...

Pues a mí me pasó una vez justo lo contrario: en la piscina me encontré con un tio más que apetecible... Hasta que se quitó el bañador. Patorras peludas y paquete y culo depiladísimo. Y no, no es que fuera natural: es que iba afeitado.

Mocho dijo...

A ver si es que llevaba un bañador de felpa o ramuské y como vas cegato no te diste cuenta.

Sufur dijo...

Que no, que no, que me puse lentillas precisamente para no perderme una en los vestuarios y demás sitios de mal vivir...

MM de planetamurciano dijo...

Pos menudo horror! Yo me he tirado todo el verano viendo a gente ke solo se depilado la parte ke se ve abajo de las bermudas, ke ya es el remate de la dentera.

Justo dijo...

¡Pero bueno! Que me han dao ganas de apuntarme a un gimnasio, yo que jamás he ido.. me da mucho morbo esa variante.. y me encanta que se note la marca del bañador..

hm dijo...

Y encima el tío pensará que va to bonico...

Eleuterio dijo...

Menos mal que no se le dió por la asimetría: una nalga sí y otra no, porque si ves algo así te tienen que medicar.


Y peor son los que se depilan excesivamente las cejas, heteros y homos. Un espanto a cuatro manos.

Otto Más dijo...

Yo ententaba leerte, pero solo veía el culo xD

Otto Más dijo...

(me gustan los culos pelados y rasos, que son mas comestibles)

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