Yo, que desde que el mundo es mundo he sido una persona fiel a mis principios, rígida, intachable, incorruptible, indeformable, incolora, inodora e insípida, estoy viendo tambalearse todos mis valores personales.
Bueno, no todos.
En realidad, solamente uno.
Y tampoco es que sea uno de mis favoritos, vaya.
Honestamente, es una birria de principio. Pero es mío, porras.
El principio en cuestión es el siguiente: ojete con quién aceptas como amigo en el Facebook. Siguiendo esta sencilla Regla de Oro, tengo en mi lista de amistades pendientes de ser aceptadas (y que nunca lo serán) a montones de familiares, ex-compañeros del cole, colegas del trabajo y demás gentes de mal vivir. Acumulando polvo.
De vez en cuando llegan solicitudes aún más extrañas, gente a la que no conoces de nada y con la que ni siquiera tienes "amigos" en común, pero que llegan a ti mediante quién sabe que extraña asociación de pesos en la red neuronal de Facebook; normalmente aparecen por algún tipo de afición común, pero a veces ni eso. Y en ocasiones, por algún motivo que no alcanzo a comprender, te solicitan amistad.
Al cubo de la basura, directamente.
Al menos eso ha sido así hasta ahora. Pero hoy, padre, confieso que siento deseos de caer en la tentación.
Me pide amistad eterna un francés al que solo se puede definir correctamente utilizando una palabra muy concreta: un peazo empotrador como la copa de un pino.
(no, no es este. Pero casi)
Y claro, uno no es de piedra.
Ni tampoco de arsénico.
Encima he visto que el empotrador gabacho juega al Farmville. Ya me estoy imaginando ayudándole con los nabos y recogiendo amorosamente sus huevos (de sus gallinas). Por no hablar de que necesito un vecino más para poder ampliar mi granja...
Ay omá, qué tentaciones más tontas.
Nota: todos los empotradores de esta entrada han sido denhonestamente copiados, sin ningún tipo de permiso, de la página de Facebook "donde esté un empotrador hetero, que se quite todo lo demás", que tan buenos momentos me da.
Bueno, no todos.
En realidad, solamente uno.
Y tampoco es que sea uno de mis favoritos, vaya.
Honestamente, es una birria de principio. Pero es mío, porras.
El principio en cuestión es el siguiente: ojete con quién aceptas como amigo en el Facebook. Siguiendo esta sencilla Regla de Oro, tengo en mi lista de amistades pendientes de ser aceptadas (y que nunca lo serán) a montones de familiares, ex-compañeros del cole, colegas del trabajo y demás gentes de mal vivir. Acumulando polvo.
De vez en cuando llegan solicitudes aún más extrañas, gente a la que no conoces de nada y con la que ni siquiera tienes "amigos" en común, pero que llegan a ti mediante quién sabe que extraña asociación de pesos en la red neuronal de Facebook; normalmente aparecen por algún tipo de afición común, pero a veces ni eso. Y en ocasiones, por algún motivo que no alcanzo a comprender, te solicitan amistad.
Al cubo de la basura, directamente.
Al menos eso ha sido así hasta ahora. Pero hoy, padre, confieso que siento deseos de caer en la tentación.
Me pide amistad eterna un francés al que solo se puede definir correctamente utilizando una palabra muy concreta: un peazo empotrador como la copa de un pino.
(no, no es este. Pero casi)Y claro, uno no es de piedra.
Ni tampoco de arsénico.
Encima he visto que el empotrador gabacho juega al Farmville. Ya me estoy imaginando ayudándole con los nabos y recogiendo amorosamente sus huevos (de sus gallinas). Por no hablar de que necesito un vecino más para poder ampliar mi granja...
Ay omá, qué tentaciones más tontas.
Nota: todos los empotradores de esta entrada han sido denhonestamente copiados, sin ningún tipo de permiso, de la página de Facebook "donde esté un empotrador hetero, que se quite todo lo demás", que tan buenos momentos me da.
16 comentarios:
Hombre, si es por evitar tentaciones y necesitas un vecino en la granja pues búscame que ya te agrego.
Ojalá todas las tentaciones fuesen esas. Mejor nos iría ;)
Yo tengo una carpeta de contactos que se llama directamente "Candidatos a algo y después se borran", que agrego simple y llanamente para poder hacer un buen Hormigas Blancas entre sus fotos.
Agrégelo, dése el gusto y si luego no surge ni un puto comentario (que los hay que te agregan y ni te hablan), lo borra y tan pancho.
Una persona que ni siquiera va a volver a cruzarse usted, para qué calentarse la cabeza... La de arriba, digo.
Evite la tentación ke es usted un hombre casado y páseme el contacto a mí ke ya tengo ganada una buena condena en el infierno.
lo has aceptado, supongo!
Yo, como Skyzos, tengo una carpeta de elementos varios, como este empotrador, con todas las opciones de privatización activadas, o sea, que no pueden ver casi nada de mi perfil.
Por cierto, me tienes en el feis???
Jeje he caido en la tentación. Pero como dice el señor Skyzos, aparte de intercambiarnos regaderas para la granja, no hemos cruzado ni cruzaremos palabra :-P
Deric: no te tengo agregado, pero te tengo localizado a través de nuestro amigo común Shilvadin. ¿Quieres que te solicite amistad eterna? :-)
Starfighter: ¡solicitud enviada! Has sido fácil de localizar. Mi granja lo agradecerá también... :-)
¿Los que somos aspirantes - pero nunca llegaremos a tales cotas - mereceremos un lugar en tu carpeta de "para después"?
Merecéis uno en el de "ya mismo", Eleuterio. ¿Tú también andas por el Caralibro?
¿Lo has aceptado, a ése hombre del partido popular que te mira y te desnuda? No sé si hay en el caralibro una aplicación que ponga a qué distancia está, pero si es un francés, debería hacerte un ídem, pá quitar el frío, en plan amistad y sin compromiso:-)
Besotes
Sí, búscame bajo ese nombre, con el apellido "Amoedo".
solicítame, solicítame, así nos veremos las caras!
jajajajaja
y daremos envidia a Robin
¡Hecho, Deric! :-)
Admirado Sufur, la tentación es enorrrrrrrrrme. Lo mejor sería que el osezno y tú cayéseis en ella juntos. Es la manera de sentirse menos culpable.
Eso sí, nunca creí que alguien como tú, honesto prócer de la ciencia más alta, estuviera entretenido con el Farmville. Inexplicable para mi.
Sé que otros ilustres miembros (como mi querido star) tambien se dedican a cultivar nabos: tampoco lo entiendo, pero ya lo he asumido, pero lo suyo es completamente inexplicable.
En cuanto a los pendientes de aceptación en el caralibro, te sugiero tener un novio un poco celosón, que un día te dice eso de "¿por qué no los borras de una vez?". Y la verdad es que tenía toda la razón.
¡No subestimes el poder de los nabos, Rickisimus! :-)
Músculos, vello, sin camiseta, barbas.... me voy a volver loco!
YO tengo trece en espera eterna...
Pero ninguno es un empotrador como dior manda que si no... no sé qué haría!
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