enero 04, 2012

Cuscús republicano

La noticia de El País comienza así:
"Los caucuses de Iowa han acabado con un virtual empate entre Mitt Romney y Rick Santorum (ambos con un 25% de votos y separados por solo ocho sufragios, con ventaja para Romney) que no aclara gran cosa de cara a la designación del candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos.".
Nada más leer esta noticia, y antes de detenerme un momento a mirar qué rayos es un caucus, una alocada asociación de ideas me ha llevado a imaginarme cómo habrán sido los momentos previos a la celebración del evento:

Des Moines, Iowa, 3 de enero de 2012. Una muchedumbre de periodistas y fotógrafos se agolpa a las puertas del Civic Center, especialmente habilitado para acojer la X edición del tradicional Cuscús Republicano, el evento gastronómico del año. En este día tan especial, las bases del partido se sientan juntas a la mesa para degustar las mejores creaciones de los principales chefs conservadores del país. Todo el hemisferio occidental está pendiente de lo que se deguste hoy en este señalado lugar del corazón de América. Las medidas de seguridad son draconianas: un pequeño ejército de guardias armados hasta los dientes registran a los asistentes, confiscando sandwiches, bolsas de patatas fritas, perritos calientes e incluso alguna pieza de fruta que unos radicales estaban intentando introducir en el recinto.

El chef favorito, según las encuestas, es el curtido veterano de los fogones Mitt Romney, con su famosa receta de cuscús de cordero, a la que él aporta un toque de originalidad sustituyendo las uvas pasas por orejones macerados en vino blanco. Esta receta le ha valido una estrella en la guía "R. Reagan" de restaurantes de carretera, pero sin embargo resulta un poco atrevida para los más conservadores dentro del partido republicano, que preferirían una vuelta a los valores tradicionales del plato: sémola, carne y, a lo sumo, un manojo de cebolletas.

Rick Santorum, por su parte, concurre al evento con una receta más acorde al gusto republicano: un cuscús de pollo y almendras, con pimiento verde, calabaza, guisantes y un ligero toque de azafrán, receta típica de su Virginia natal, en la que se plasman de forma magistral los ideales del partido, con el pollo como máxima metáfora de los valores morales y familiares y las almendras como alegoría en contra de los derechos homosexuales.

Otro de los chefs experimentados que concurren al cuscús de hoy es el ex senador Ginrich, famoso por su decidida campaña en favor de incluir las patatas fritas como acompañamiento a ciertos tipos de tajín. Sin embargo, al igual que ocurriera en pasadas ediciones del Cuscús republicano, se espera que Ginrich quede lejos del podio final: sus estofados suelen quedarle demasiado duros, y el electorado no se lo perdona.

Pero las dos revelaciones de esta edición del Cuscús Republicano son los chefs cristianos Rick Perry, tristemente conocido por sus descuidos a la hora de elaborar sus recetas (llegó a echar azúcar en la harissa), y Michele Bachmann, directora de una famosa cadena de restaurantes protestantes en Iowa. Los dos candidatos ultraconservadores han hecho del cuidado extremo de materia prima el sello de su campaña gastronómica. Perry, incialmente por encima en la valoración de los críticos culinarios, despierta sin embargo pocas simpatías entre las bases del partido por su confesa predilección por la moghrabia libanesa ligeramente tostada. Bachmann, para muchos la gran sorpresa, arrasa cada noche en su pequeño bistrot con un sencillísimo cuscús vegetal, en el que cada tomate y calabacín son cuidadosamente cortados a mano, al más puro estilo evangélico, y en el que apenas se permiten condimentos que no sean el comino y la sal: cualquier otra especia, afirma la chef, resulta antinatural y contraria a la Ley Divina.

El resultado es incierto y cualquiera de los contendientes puede alzarse con la codiciada Estrella Michelín de la Convención Republicana, lo que a su vez le catapultaría directo a la carrera por el título de Mejor Cocinero de EEUU. Los aficionados a la gastronomía de todo el mundo están pendientes de lo que pueda suceder hoy aquí en Iowa. Seguiremos informando puntualmente de cualquier novedad.


5 comentarios:

Blackmount dijo...

oye, pero este Grinch no era el que se robó la navidad de los quienes? yo pense que era ficticio. o sea que es real y se dedica a la política? y Esto del santorum yo pensaba que era la substancia viscosa compuesta de lubricante y cosillas desagradables que aparece de cuando en vez al hacer el sepso.

rem dijo...

La duda que a mi más me preocupa es si a los comensales se les indigestará o no...

Moriarty dijo...

Mmm... la foto final no es de chulazos, como en el post anterior, pero sigue tratándose de algo comestible y sabroso!

Saludos.

Robin Shilvadin dijo...

Ciertamente, cada vez menos chulazos! SUFUR DIMISIÓN!

hm dijo...

Es de las mejores descripciones que he leído de cómo son los candidatos republicanos... genial.

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