Desde muy joven vengo padeciendo con cierta regularidad ataques eso que las abuelas llamaban "la reúma" y que ahora se conoce como mialgias no específicas: épocas de dolores más o menos intensos que no tienen causa conocida, que aparecen aleatoriamente en distintas partes del cuerpo, normalmente pecho, abdomen o piernas, que me sobrevienen sobre todo en invierno y que cuando me atacan me vienen a durar un par de semanas. No es nada grave y no afecta demasiado a mi vida cotidiana (salvo que me interrumpen de hacer deporte, uno de los motivos por los que nunca alcanzo una forma física que no sea la de un saco de patatas), pero sí que tiende a dejarme un poco mustio cuando me pasa: el dolor, aunque no esté causado por nada crítico, nunca es agradable (salvo que seas cierto tipo de persona).
Pero todo esto tiene un lado positivo, y es que cuando se me pasa uno de mis ataques siento como si se me hubiera quitado una losa de encima y me pongo la mar de contento y retozón. No hay placer como el de dejar de sentir dolor. Todo se disfruta mucho más. Hasta trabajar apetece. Luego en seguida uno se habitúa y vuelve a estar como siempre, pero durante uno o dos días me siento como si tuviera veinte años. ¡Qué gustazo de todo!
5 comentarios:
Algo así me pasa con la migraña; al día siguiente estoy medio zombi pero cuando se me pasa, que felicidad no tener el dolor. Disfruta de los días buenos ;)
Pobre.
Yo teng muchas tensiones musculares y, a veces, es un espanto cómo tengo a nuca, lo que es muy feo para el canto.
Necesito profe de yoga ya.
No hay nada como recuperar la salud pa que suba la autoestima y las ganas de currar; estuve el finde malísimo y he pillao mi salud con tanta gana que esta semana me he comido el mundo laboral.
O sea, sue estás retozón... ¡a disfrutarlo con salud!
De hecho,es que los hombre en general tenemos fama de ser malísimos enfermos...
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