Llevo unos cuantos posts sacando a relucir mi irasosiá (término acuñado por nuestro intelectual vigoréxico favorito, don Otto Mas) y, si bien aún me queda mala uva para repartir durante semanas, hoy me voy a dar un respiro comentando mi última lobá (otro término que no se si pertenece al mencionado Otto o al futuro vigoréxico Mocho). Se trata de ese tipo de prendas que parecen maravillosas en la página web que las vende, pero que luego te las pones, te miras al espejo y dices: ¡ejem!... Probando una vez más que, si el modelo está lo suficientemente bueno, me pueden vender lo que quieran:
7 comentarios:
Eres un quejica. Si nos pones alguna foto juzgaremos si los resultados son buenos. ;-)
Precisamente el otro día me compré unos amarillos, más monosssss. Y lo de lobá viene de mi madre.
Si es que a veces no tenemos ninguna fuerza de voluntad anteee... anteee... pues eso, que la carne es débil ;p
A mí me convencen de comprar móvil nuevo una señorita venida del Este y media hora de mi tiempo. Imagínate lo que no hará una mala bestia como la de la foto...
Don Sufur de ilusion tambien se vive, quien no se ha comprado ropa interior de cualquier tipo porque al maromo que sale en la caja le sienta como si hubiese nacido con ella puesta, ademas con semejantes toracos yo compro hasta compresas con alas tacto seda
Un besuco.
Agustín.
Bueno, si los compra es que le queda una mínima esperanza consigo mismo...Yo ya me doy por perdido y vamos, ni lo intento...
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