diciembre 16, 2012

Nueva guía de anuncios navideños

Ver televisión en esta época del año es una auténtica delicia, especialmente si se trata de Antena 3 o alguno de sus canales subsidiarios: si en una época normal del año las pausas publicitarias dan de sobra para poder hornear un pato asado en la pausa de las diez de la noche, durante el Adviento uno puede aprovechar los anuncios para culturizarse escuchando las óperas de Wagner de un tirón. 

Aparte de esta función cultural y de conciliación familiar, los anuncios tienen varias utilidades secundarias. Tal vez la más famosa es la de provocar en el espectador un deseo irrefrenable de que un meteorito se estrelle contra la sede de la Mutua Madrileña, desintegrándola por completo y causando numerosas bajas. En un tercer plano, está la de ayudar a los indecisos a la hora de elegir un regalo para sus seres queridos, o incluso si me apuran para la parienta. Si usted forma parte de esa selecta mayoría que es incapaz de pensar por sí misma qué regalos podrían gustarle a sus allegados, he aquí una modesta selección de los mejores tipos de anuncios de esta temporada televisiva:

  1. Regalos para niños: este año se llevan regalos pequeños y no demasiado caros, acordes con tiempos de Crisis. Aunque a los pequeñuelos, que no entienden de Macroconomía (exactamente al igual que los miembros de nuestro Gabinete de Ministros), hay que darles explicaciones más sencillas: que el reno Rudolph se ha lesionado esquiando y que no puede cargar con grandes pesos, o que los Reyes Magos este año viajan en Turista. Los juguetes más solicitados este año serán la Barbie Recortitos (con barba a juego), el kit de laca Hanna-Barberá, las hiperviolentas figuritas de acción de Antidisturbio-Man, la nueva versión del Monopoly (en la que la Estación de las Delicias pasa a llamarse Aeropuerto de Castellón y la carta de Vaya a la Cárcel ha sido sustituida por Gane Otra Vez Las Elecciones) y, para los niños más cultos y reflexivos, los únicos libros a los que Wert no ha subido el IVA: el Catecismo y el Nuevo Testamento Ilustrado Con Escenas de Flagelación.

  2. Colonias: los anuncios de colonias son los más difíciles de identificar. Si usted está viendo en la televisión a un erizo montando en motocicleta, los más probable es que se trate de publicidad de un seguro del automóvil. Pero si el mismo erizo aparece tras un fundido en negro, rodeado de bailarinas de ballet esqueléticas y enormes bastones de caramelo cubiertos de algo que puede tratarse de caspa o purpurina, mientras una voz desganada y famélica dice algo en francés o inglés gangoso, entonces se trata de un anuncio de alta perfumería. Recuerde que las buenas esencias vienen en frascos pequeños y por tanto recurra a la garrafa de cinco litros de Varón Dandy de toda la vida.

  3. Seguros médicos: sorprendente y casualmente, sin que tenga nada que ver con la circunstancia en la que nos toca vivir, de repente los anuncios de compañías médicas privadas han empezado a proliferar como setas. Se trata de organizaciones humanitarias que sólo se preocupan de tu bienestar, de tu salud y la de los tuyos, formadas por médicos guapos y siempre sonrientes que te atenderán encantados en unas instalaciones directamente sacadas de los decorados de la última película de Star Trek. Recuérdelo: si quiere hacer feliz a un ser querido, regálele una póliza de Sánitas (NOTA: no disponible para personas con enfermedades crónicas, fumadores, mayores de 45 años, embarazadas, flojuchos, gentes de mal vivir y bajos ingresos o con alguna enfermedad que sea más grave que un resfriado común).

  4. Turrones y peladillas: el truco de estos anuncios es llenarlo todo de una cálida luz dorada que evoque sensaciones hogareñas y nostálgicas, con el único fin de hacer sentirse mal a la gente que pase las fiestas en soledad. Es importante centrarse en aspectos tales como la elaboración artesana y la felicidad. Más importante aún es no traer a colación asuntos tales como la hiperglucemia, las caries, el colesterol o el hecho de que la mayoría de turrones son pastas hediondas e intragables que se quedan pegadas al paladar y te provocan indigestión sólo de pensar en ellas.

  5. Compañías telefónicas: nos recuerdan que en estas fechas tan entrañables lo importante es estar cerca de nuestros seres queridos, y que la mejor forma de estar cerca de nuestros seres queridos es estar a diez mil kilómetros y mandarles un mensaje por WhatsApp. Lo importante es contratar una tarifa de datos ventajosísima que invariablemente te dejará tirado en Nochevieja por saturación de la red.

  6. El Mensaje de Navidad del Rey: aunque no lo parezca, se trata de otro anuncio más. La publicidad es un mundo de fantasía e ilusión y en esta ocasión lo que nos venden es que un señor que vive en un palacio está preocupado por la pobreza de los españoles. Este año va a ser más divertido que nunca, toda España va a estar pendiente de las palabras "elefante" y "fulana".

  7. El anuncio de Freixenet: otro clásico. Todo es dorado y espumoso, como en las mejores fantasías de lluvia dorada, con el atractivo adicional de combinar lujo de cartón piedra, sexismo y lentejuelas, exactamente igual que en un espectáculo de Norma Duval.

  8. El anuncio de la Lotería: tampoco puede faltar. Antiguamente lo protagonizaba un calvo que a mí se me antojaba bastante follable. En esta ocasión el publicista se ha esmerado construyendo una elaborada y acertadísima alegoría de la España de principios de siglo XXI: los ciudadanos tienen sueños e ilusiones, pero un grupo de cabrones invisibles de dedican a ir robando uno a uno todos esos sueños, para acabar dándoselo todo a uno o dos afortunados, mientras el resto se quedan hechos una puta mierda.

  9. El último anuncio del año: famosísima franja publicitaria por la cual se pelean las más prestigiosas compañías, pensando que toda España está delante de la tele en esos momentos. Lo que no tienen en cuenta es que efectivamente todo el mundo está delante de la tele, pero nadie está mirándola: la pobre y abnegada madre está correteando entre el salón y la cocina cargando platos, la abuela está dormida, el padre está discutiendo con sus cuñados, la cuñada está fisgando la casa y los jóvenes están enganchados al WhatsApp. En resumen: una pérdida de tiempo y recursos, exactamente como las sesiones del Senado.

  10. La Gala de Nochevieja: no es exactamente un anuncio, pero como si lo fuera. Al fin y al cabo, se trata de intentar relanzar las mustias carreras de estrellas caducas como Arévalo y sus chistes de gangosos, Marta Sánchez y sus supuestamente eróticos bailarines, Camilo Sesto o los artistas anteriormente conocidos como el Consorcio, es decir: los artistas anteriormente conocidos como los artistas anteriormente conocidos como Mocedades. Ojalá que este año la presenten Juan y Medio y Juncal Rivero, sería lo más. 





3 comentarios:

DiegoC dijo...

Sufur,te voy a explicar lo de los anuncios de seguros médicos (aparte de las razones que tú apuntas): estos seguros,salvo en su caso el primer año,que puede ser fraccionario,se contratan por años NATURALES.Y dado que la ley del seguro obliga a avisar a la compañía actual con al menos dos meses de antelación para poderse dar de baja,resulta que octubre,noviembre y diciembre son los meses idóneos para captar clientes de la competencia.
Por cierto,me tranquiliza saber que no soy el único que encontraba ciertamente follable al calvo de la lotería.....

Miquel Àngel dijo...

Estoy contigo en que si la gente tiene que ver por televisión aquello que tiene que regalar a su pareja, familia, etc..... mal vamos.
Que falta de decisión !!!!
Estos anuncios es lo mismo que los spots de propaganda electoral, que no sirven para nada.
Viva el consumismo !!!

Anónimo dijo...

redder_2007@hotmail.com

Querido amigo, estoy contigo, sobre todo cuando ninguno de esos anuncios sirve para nada de nada, porque yo pedí una vez una guitarra y al final ni Crisis ni santa Rita, aquello no llegó. Conclusión: Sirven de compañía, como relleno del murmullo familiar.
Feliz Navidad!!!!

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