diciembre 02, 2014

Ciber Borde

Las cosas hay que decirlas claras: soy un tipo muy fácil a la hora de llevarme a la cama, pero muy difícil para mantener una conversación a través de internet.

Ocurre por tres motivos. El primero, que soy un desagradable, es algo que no se nota mucho en las conversaciones en directo porque sucede también que soy un blando. Me cuesta trabajo decirle a alguien a la cara que sus ideas me parecen una solemne estupidez. Mi compañero, y sin embargo amigo P., está más evolucionado que yo y no tiene este problema: él es mi faro y guía en el comportamiento social, pero aún me queda mucho que recorrer hasta llegar a ser como él, mi ídolo.

Permítaseme aquí un inciso. No estoy de acuerdo con el "buenrollismo". Considero que las personas son todas igualmente dignas de respeto en cuanto seres humanos que son, pero no creo que todas sus acciones o sus idas sean igualmente respetables. Igual que hay acciones criminales, hay ideas estúpidas que pueden resultar, según cómo afecten al mundo tangible, desde meramente molestas a directamente peligrosas. Y contra las ideas estúpidas hay que luchar, porque si no luchas contra ellas, se propagan y te comen. Ejemplos de ideas estúpidas peligrosas: Dios existe, no hay que vacunar a los niños, el calentamiento global no existe, las mujeres son menos inteligentes que los hombres, los sudacas vienen a quitarnos los trabajos, los Piscis son amables. 

En este punto difiero de la opinión mayoritaria, y que muchos de mis lectores puede que compartan, de que vivir en una sociedad libre equivale a un "vive y deja vivir" que, en la práctica, consiste en dejar correr las cosas y no criticar nada, a cambio de que no te critiquen a ti. Nones. A quienes penséis así, os niego la mayor. Hay muchos tipos de sociedad libre imaginables, y la del completo laissez faire lleva al abandono de la responsabilidad colectiva por parte de cada individuo. Yo abogo por una sociedad libre y crítica al mismo tiempo, en la que nadie (salvo la ley, esta es una cuestión que merece ser discutida en otro momento) tenga poder de coaccionar a nadie, pero en la que haya debate de ideas, y cada individuo pueda proponer sus ideas y rebatir las de los demás utilizando el diálogo y la argumentación. 

Se debe respetar a las personas, pero no automáticamente a las ideas que tienen dichas personas. Ser socialmente responsable implica defender críticamente una serie de principios e ideas, y estar dispuesto a recibir y aceptar las críticas de los demás, estableciéndose un diálogo continuo que no debe escalar en violencia. Y con esto acabo el inciso.

Volvemos a los motivos por los cuales soy un tipo difícil para hablar a través de internet, y es que no soy demasiado educado. Lo que decía antes de respetar a la persona pero no necesariamente sus ideas requiere, si no deseamos acabar dándonos de tortas unos a otros, dos cosas: que el que ataca una idea sea educado en la forma de hacerlo, y que el que recibe la crítica sea lo suficientemente maduro como para no tomarse una crítica a sus ideas como un ataque personal. Admito que a mí me pierden muchas veces las formas, pero al mismo tiempo hago notar que encontrar a una persona que sea capaz de distinguir entre una crítica y un insulto, separando bien la parte emocional de la racional, es algo rarísimo. De hecho, creo que en toda mi vida solo he encontrado dos o tres personas capaces de hacerlo. Mi compañero, y sin embargo amigo, P. es uno de ellos.

Me dan ganas de decir, cuando me meto en una discusión de este tipo, la siguiente frase: "a ver, no te estoy llamando estúpido, sólo te estoy diciendo que tu idea es una solemne estupidez". Pero parece ser que genética o culturalmente no estamos programados para entender esta frase. Salvo honrosas excepciones.

Y llegamos al tercer problema con el que me encuentro, y es que soy de letras.

Oh, sí, tengo un doctorado en astrofísica, y sé distinguir entre cosas que a la mayor parte de la gente lían como pueden ser "dirección" y "sentido", pero en el fondo soy bastante de letras. En el instituto siempre sacaba mis mejores notas en lengua, literatura, historia y filosofía. Leo mucho y se me da muy bien escribir, siempre y cuando no intente ponerme poético. Expreso ideas con claridad y las estructuro bien: por eso soy, contra todo pronóstico, bastante buen profesor.

Y por eso cuando me pongo a discutir de cualquier cosa, sobre todo por escrito, que es cuando tengo tiempo de pensar con detalle lo que quiero decir, y lo hago sobre un tema que tengo ya meditado con anterioridad, tiendo a avasallar. Porque muestro convencimiento, porque tiendo a hablar sólo de aquello sobre lo que sé, y porque se me da rematadamente bien hilar palabras, frases y argumentos.

Mi amigo B. lo llama mi "rodillo cartesiano", aunque a veces se irrita tanto conmigo que lo más que rodillo lo llama "apisonadora".

Juntad mi rodillo cartesiano más mi escasa voluntad de dorar la píldora más la tendencia de la gente a percibir ataques personales donde no los hay, y entenderéis por qué soy tan poco popular en las redes sociales.

7 comentarios:

starfighter dijo...

Lo políticamente correcto ha sido la puntilla. Somos incapaces de decir la cruda verdad por el qué dirán. Reconozco que intento ser diplomático con la gente que no conozco pero si existe un mínimo de confianza hay que decir las cosas, aunque eso moleste al otro. Y si es una memez más aún.

Unknown dijo...

Yo cada vez me corto menos para decir lo que realmente pienso.

Christian Ingebrethsen dijo...

Nunca me he cortado a la hora de decir lo que pienso, es cierto que me gusta saber que piensan los demás de mí pero al final siempre acabo haciendo lo que me da la gana.

Mocho dijo...

Pero a ver, alma de cántaro, ¿qué te ha pasado esta vez?

Yo no puedo decir lo que soy o cómo actúo porque depende del año, mes, semana, día, hora y minuto.

Sólo hay una cosa que me saca de mis casillas. Cuando en una discusión doy una opinión y el contertulio rebate con una pregunta que no tiene nada que ver del tipo "¿me estás diciendo entonces que...?"

En eso me acuerdo siempre de mi segundo marido, que a cada cosa que le discutía me salía con que yo era igual que Hitler. Lo dejé al poco tiempo, es que follaba fatal.

Deric dijo...

Sin leer el resto del post, decirte que soy como tu en lo referente al primer párrafo.
Sigo...

Deric dijo...

Soy de los que tiene fama de decir siempre lo que piensa, y es cierto. Pero la gente no sabe aceptar las críticas sin tomárselo como un ataque personal (yo tampoco), por eso a veces me muerdo la lengua o cuando escribo algo a alguien lo leo y releo 20 veces y al final, sale mi punto de mala leche igual.
Por eso yo tampoco soy popular en las redes sociales...

Mocho dijo...

Me parece muy gracioso que cada vez que hay una entrada de blog así todo el mundo asegura "decir lo que piensa".

Yo no.
Por tanto no os fiéis de mí.

LinkWithin

Blog Widget by LinkWithin

Adoradores