diciembre 12, 2015

Carta a Genoveva

Querida Genoveva,

He tardado más de un año en responderte por el más tonto de los malentendidos. La culpa la tiene, como de costumbre, esa grandísima cretina que es mi querida Adelina. Después de que su masa desviara la órbita de un satélite militar israelí e hiciera que cayera sobre su jardín, la pobre decidió ponerse a dieta, renunciando a su cabrito asado de cada noche. ¡Pasaba tanto hambre! Aunque en público intentaba mantener una fachada de austeridad y sacrificio, pronto adiviné que a escondidas se pegaba atracones sin control. Fue en uno de ellos que se comió al señor Spowax, el cartero del pueblo, que en paz descanse. Ya sabes cómo funciona la administración pública en estos tiempos: la oficina central de correos ha tardado diecisiete meses en mandarnos un sustituto, y en todo este tiempo hemos estado sin recibir una sola carta. Qué felicidad tan grande.

Lo malo de todo esto es que he pasado todo este tiempo sin tener noticias tuyas y de tu disfuncional familia. Yo ya pensaba que o bien te habías entregado por completo a tus actividades de beneficencia, dando de comer a los hambrientos y de beber a los sedientos, o bien que te habías muerto de una vez. En previsión y venganza del primer caso, he estado clavando agujas en una muñeca de vudú con tu efigie. A propósito de eso, tal vez hayas notado dolores en las articulaciones e incontinencia urinaria últimamente; si es así, descuida, no es por el vudú: es que eres una vieja. Descuida, resuelto este malentendido quitaré las agujas de la muñeca y las guardaré para futuros cabreos.




Por otro lado, lo bueno de todo este gracioso episodio del cartero es que hemos vivido meses de una paz inusitada: sin publicidad en el buzón, sin facturas, sin citaciones judiciales. El pueblo ha gozado de una prosperidad sin precedentes, el número de homicidios ha bajado una barbaridad y hasta la marihuana del jardín de Adelina crecía más alta y hermosa. A todo esto, tengo el placer de comunicarte que a nuestra amiga la dieta le duró pocas semanas y ya se puede volver a andar por las calles de noche sin miedo a ser devorado de forma desaprensiva.

Toda esta paz se acabó con la llegada de nuestro nuevo cartero, un tal mr. Pottersmith. De repente se nos acumularon las cartas en los buzones y, entre otras cosas, nos dimos cuenta por la cantidad de papeletas, programas y panfletos que estamos en mitad de otra campaña electoral.

Ya conoces mi opinión acerca de la democracia: me parece un invento lamentable y una tremenda falta de educación. Yo siempre he sido partidaria el viejo y noble sistema feudal, con sus diezmos y su derecho de pernada. Con el feudalismo una siempre sabía a qué atenerse. No como ahora, que hay cien candidatos a quien votar y ninguno sabe siquiera manejar el mandoble como Dios manda.

Estoy hecha un pequeño lío. ¿A quién debería votar este año? Ninguno de los partidos me convence demasiado. Todos los políticos son unos corruptos y no tengo la suerte de ser cuñada de ninguno de ellos. He pensado que tal vez tú puedas ayudarme: con tu historial de elegir parejas lamentables y desastrosas, seguro que puedes recomendarme algún candidato. Yo luego lo único que tendré que hacer será votar al contrario que tú me sugieras. Así no me puedo equivocar.

Se presenta por supuesto de nuevo el partido actualmente en el gobierno, el PPT (Partido Proletario Terraniente). Tanto el presidente, don Melanio Sacaperras, como todo su equipo de gobierno representan a una clase desfavorecida: los millonarios que sufren porque no son billonarios. Su programa consiste en continuar desmantelándolo todo y en vender a todos los niños del país a las mafias internacionales de tráfico de órganos. Es un partido muy querido por la población y sobre todo por los sectores de los jubilados, parados de larga duración y retrasados mentales, pero a mi don Sacaperras no me convence como candidato porque no sabe bailar el foxtrot. 

El principal partido de la oposición es el PEP, Partido Exterminador del Pueblo. Su programa propone llegar a la cota de cero desempleados mediante el sacrificio de todos los parados a Sauron, Señor Oscuro de Mordor. Este partido ha remontado mucho en las encuestas porque al candidato presidencial se le vio muy buena gente en el programa de Bertín Osborne.

Luego está el Partido Animalista, grupo ecologista que propone legalizar el matrimonio entre humanos y mofetas. Es una propuesta que me parece muy necesaria, porque es necesario dar un reconocimiento legal a una realidad que ya está muy extendida en la sociedad, al menos en mi pueblo. Y el candidato tiene cualidades que me atraen. El problema es que si salen adelante con su propuesta, me obligarían a casarme con mi mofeta, y sería un incordio porque ronca mucho.

Los partidos emergentes no me terminan de convencer tampoco, empezando por "Fraternos", el Partido del Odio: no me termina de cuadrar su propuesta de repartir machetes en las guarderías. El Partido de Lotería Centrista-Leninista propone abolir primero la propiedad privada, luego sortear las propiedades previamente abolidas y luego volver a instituirla con lo que le toque a cada uno. El Partido ultranacionalista Mi Pequeño Pony me gusta, pero votarle sería ir en contra del Voto Útil, y lo mismo me pasa con el resto de candidaturas.

¿Tú qué harías, vieja bruja?

Tuya, afectísima,

Margaret



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