diciembre 22, 2015

Recapitulemos

A ver, la historia es más o menos como sigue:

Se celebra que hace unos dos mil años, década arriba década abajo, nació un niño mágico hijo de una paloma y de una mujer que, pese al hecho de llevar tiempo casada con un semita, era virgen. El niño mágico es además su propio padre. El niño viene al mundo de forma pobre y humilde, en un establo rodeado de vacas, asnos y reyes que le ofrecen oro y especias valiosísimas en la época.

El objetivo de todo esto es que el niño pueda crecer y ser torturado y asesinado. De esta forma se perdonarán de forma inmediata, retroactiva y proactiva los pecados de la humanidad. Estos pecados se originan porque una mujer, originada a partir de una costilla, hizo caso de una serpiente que hablaba y se comió una manzana (la mujer, no la serpiente).

La cosa se complica sólo muy ligeramente cuando consideramos lo del perdón de los pecados. El pecado de la manzana es el que se cura gracias al suicidio de Dios, de forma retroactiva, pero este perdón solo es válido si estás bautizado, por lo cual los niños que mueren antes de que un señor con faldas les moje la cabeza mueren en pecado. Estos pecadores no se sabe muy bien dónde van al morirse. Antes había un reino mágico llamado Limbo, como el baile, donde se guardaban las almas de estos pecadores inocentes, pero ahora el reino está recalificado como cielo no urbanizable. En cuanto a los adultos que no ha sido bautizados, después de morir van al infierno, que es un sitio tremendo, a salvedad de los que no se han bautizado por haber vivido en culturas o épocas alejadas de la del cristianismo. El niño mágico que es su propio padre y también un pájaro eligió nacer en Judea en vez de en la mucho más poblada China Imperial, y por algo será. Sus designios son inescrutables. El caso es que esos no bautizados por accidente geográfico también pueden salvarse, sin necesidad de mojarse la cabeza ni arrepentirse, sino simplemente por sus buenas obras y por buscar a un Dios que no saben que existe. Eso es una especie de premio de consolación.

Luego está el resto de los pecados, que no son el de la manzana aunque vienen por culpa de aquel, a pesar de que ya está perdonado. Esos pecados son los que comete uno oponiéndose a los deseos de este niño que es su propio padre y una paloma. Un ejemplo de este tipo de pecados es el de meter la colita en una vagina sin haberse casado con ella. Este tipo de pecados se solucionan con el arrepentimiento siempre y cuando éste se certifique por un señor con faldas.

Estos y otros pecados hacen del mundo un lugar horrible pero afortunadamente existe otro mundo donde todo es happy. Para ir a ese mundo solo hay que cumplir unos pocos requisitos: haberse mojado la cabeza por intervención de un señor con faldas para quitarse el pecado de la manzana, haberse arrepentido de los otros pecados y en presencia de un señor con faldas, y morirse uno. En ocasiones uno se muere sin haberse arrepentido pero también va al cielo porque un señor con faldas le ha extremauncionado a uno a tiempo.

El niño que es su padre y una paloma lo sabe todo y lo puede todo. Aun así, es conveniente hablar con él telepáticamente para decirle que le queremos mucho, no sea que se le olvide. En esos momentos de comunicación telepática también le podemos pedir cosas. En ocasiones se les pueden pedir cosas, también telepáticamente, a unos delegados que tiene y que se llaman santos.

Este mundo, a diferencia del otro que llamamos cielo, es un asco. La gente enferma y muere y a muchos les pasan cosas horribles tales como recibir balazos, ir a conciertos de Pablo Alborán o ser abrasados por un volcán. Estas cosas malas se deben, en el caso de las atrocidades cometidas por el hombre, al libre albedrío: el niño/padre/paloma deja a la gente libertad para hacer lo que quieran, pero si no hacen lo que él dice, ah, entonces sufrimiento o infierno. Lo gracioso es que como el niño/padre/paloma lo sabe todo, ya sabe de antemano si la gente va a usar su libre albedrío para el mal desde antes de que nazcan. Aun así, le gusta ver la película entera. Él ya sabe lo que va a pasar pero tú eres libre. Un libre predestinado. Y si te parece que hay alguna contradicción en la frase anterior, es que no entiendes los designios del Señor. En ese caso, no te preocupes, ignorante, porque así es como deben ser las cosas. 

En el caso de las catástrofes naturales (incluyendo las almorranas) el sufrimiento que causan no es debido al libre albedrío, sino a que a Dios, que podría haber las cosas de otra manera menos incómoda, porque lo puede todo, le ha gustado hacerlo así. Amorosamente, eso sí. Un poco de agonía es buena para forjar el carácter. Cada vez que un huracán arrasa tu hogar y mata a toda tu familia, es porque Dios te ama. Él sabe lo que te conviene.

Sabemos todas estas cosas porque vienen en un libro. El libro, como todas las buenas trilogías, tiene precuelas, secuelas, apéndices y anotaciones. Hasta hay versiones en el cine. Hay muchos efectos especiales: el Sol deteniéndose en el cielo, agua convertida en vino, columnas de fuego y humo y dragones gigantes que arrancan las estrellas del cielo para arrojarlas sobre la tierra. Un verdadero best seller. El libro contiene la palabra de Dios inspirada telepáticamente a los hombres, y eso es así porque lo dice el libro, y lo que dice el libro es verdad porque lo dice el libro y todo lo que dice el libro es verdad.

Es verdad, pero metafórica. Hay que saber interpretarla bien. Para saber interpretarla bien te tiene que ayudar Dios. Telepáticamente. Lo dice el libro.

Si te piensas que tú puedes interpretar las metáforas del libro, es que eres un protestante. Los cristianos de verdad, es decir, los católicos, no pueden interpretar correctamente el libro. Se lo tienen que interpretar unos señores con falda. Esos sí que pueden hacerlo. Lo dice el libro, o al menos eso es lo que dicen los señores con falda. Y a ellos se lo ha dicho Dios (telepáticamente y/o a través del libro).

Visto así, la verdad es que todo queda bastante claro, ¿no?









4 comentarios:

Alex dijo...

Cualquiera de tus cuestionamientos es respondido con "es inescrutable", "son los misterios", "el Señor se mueve de formas misteriosas", etc.

Christian Ingebrethsen dijo...

Vamos, como jugar al rol pero a gran escala. ¿Dónde se echa la instancia para poder jugar a ser Dios?

Sufur dijo...

;-)

Anónimo dijo...

Ahora haz la misma gracieta con otra religión si tienes cojones... Jejeje

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