noviembre 09, 2008

En la cama con Ernesto

A mi vuelta del viaje a Bolonia, el osezno me esperaba con una caliente sorpresa. Me conoce desde hace muchos años y sabe perfectamente cuáles son mis gustos, mis vicios y mis necesidades. Está al tanto de la mayor parte de mis parafilias y no necesita más que los más mínimos indicios para saber de qué pie cojeo en cada momento. Y, como es un osezno generoso y prudente al mismo tiempo, procura darme caprichos de vez en cuando sin malcriarme demasiado.

Esta vez llegué a casa para encontrarme con que el osezno había traído a Ernesto a pasar la noche con nosotros.

Estoy hablando de Ernesto con familiaridad, como si fuera un viejo conocido nuestro. Nada más lejos de la realidad: hasta ayer mismo yo ni siquiera sospechaba de la existencia de semejante criatura. Fue el osezno quien se encargó de buscarlo y traerlo a casa, para que yo pudiera gozar de su calor sobre mi piel y dormirme abrazado a su cuerpo radiante, rubio, perfumado.

Me encantó. Sé que a algunos les podrá parecer escandaloso que una persona de mi edad y posición meta en su cama a Ernestos a los que apenas acaba de conocer, pero qué le voy a hacer: soy así de infantil y caprichoso. Y sé que al osezno, aun siendo mucho más maduro que yo, también le ha encantado la experiencia. Hacedme caso: poned un Ernesto en vuestras vidas.

Lo mejor de Ernesto es que siempre está dispuesto y es muy fácil calentarlo a tope. Apenas son necesarios un par de minutos en el microondas y ya está listo. A gozar. Y es que el osezno me conoce como si me hubiera parido, sabe que en épocas de estrés me suele doler todo el cuerpo y es consciente de que en esos casos no hay nada mejor que un adorable peluche con forma de pato amarillo que se pueda calentar en el microondas y dar un agradable calorcito a los músculos doloridos, con un suave olor a lavanda, y templar la camita en las noches de invierno.

Qué inventos. Qué cosas tiene el osezno.


6 comentarios:

BIRA dijo...

La madre que te parió!!! con todos mis respetos, por supuesto.

Ahí estaba yo emocionada perdida, diciendo joder qué moderno el Osezo y pensando cómo se tomaría el Costillo si yo le sorprendiese con semejante regalo... y resulta que Ernesto es un pato!!

me he muerto de risa y es mi espíritu (muerto de envidia) quien te escribe. si es que hay quien tiene estilo hasta para estas cosas. Otros siguen tirando de la anticuada bolsa de agua...

Un post total!!

gaysinley dijo...

Ohhhh! que tierno!. Creo que en alguna ocasión te lo he dicho, pero me repito, yo de mayor quiero un osezno como el tuyo. Ya no quedan hombres así... ains.

Me he quedao más suave que mimosín después de leerlo, que ternura!

Besines

MM de planetamurciano.tk dijo...

Osea, ke los novios así existen, ke no son un mito. Kieras ke no, eso siempre da esperanzas.

Mocho dijo...

Ten cuidado con Ernesto,
te abrirá la cabeza con un tiesto.

Sufur dijo...

;-)

Anónimo dijo...

Ya puestos, podrías poner el link de la página donde los vendan.
¿Sirve para limpiar el micro?

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