noviembre 13, 2008

Heroínas de ficción que me gustaría ser

Emma Frost. La infame ex-Reina Blanca del Hellfire Club, ex-directora de la Academia de Massachusetts, ex-villana, ex-subdirectora de la Escuela de Xavier para Jóvenes Talentos. Millonaria, inteligente, cáustica, mordaz, dominatrix glacial, zorrona. Una mujer a la que no le duelen prendas en anunciar que tiene "el mejor cuerpo que la cirugía puede comprar" ni en enseñarlo escuetamente realzado con uniformes de lencería que parecen recien sacados del catálogo de Victoria's Secret. Y con el poder mutante más molón posible: lee mentes. Enfrentada en más de una ocasión a la jodida Fénix, es siempre vapuleada, pero al final acaba robándole al marido -otra cuestión, que prefiero dejar al margen por el momento, es qué porras le puede ver una mujer como ella en un tipo tan soso como Cíclope- y quedándose con la Escuela, la Patrulla y las mejores frases de la colección.



Éponine Thénardier, de Les Misérables: la antiheroína trágica de novela decimonónica por excelencia. De niña maltrata a su hermanastra Cosette y el destino la castiga durante el resto de su breve, triste y miserable vida. En el segundo acto la vemos convertida en una mujer de la calle, que pide limosna y comete pequeños robos, pero que alberga en su corazón un sentimiento puro y redentor: su amor por Marius. Pero es un amor imposible, ya que Marius sólo tiene ojos para Cosette. Éponine se traga sus lágrimas y accede a hacer de mensajera de los enamorados, porque quiere estar cerca de Marius a cualquier precio. Al final, ella sacrifica su vida por él, recibiendo un balazo en la barricada. Después de haberme visto el musical -tres veces-, me leí todo el ladrillo de novela de Víctor Hugo sólo por Éponine. Durante esos terribles años postadolescentes en los que viví mi primer y gran amor no correspondido, me identificaba tanto con Éponine que era incapaz de escuchar esta canción sin echarme a llorar:





Lynette, la mujer desesperada menos chalada de todas. También muchos podrían decir que la más aburrida, pero no estoy de acuerdo en absoluto. Me encanta su fuerza, su ironía y sobre todo su manera de enfrentarse a todo -un marido infantil, unos niños delincuentes juveniles, un vecindario delirante, una jefa celosa de su eficacia, incluso un cáncer- y siempre, siempre acabar saliendo victoriosa. En el momento que aparece en la pantalla su gesto de mirar fijamente y entrecerrando los ojos sabemos que el oponente que tiene delante tiene los capítulos contados. Pero es al mismo tiempo una mujer sensible y vulnerable. Cuánto de este genial personaje se debe a los guionistas de la serie y cuánto al buen hacer de la actriz Felicity Huffman, es algo que desconozco.

Buffy la Cazavampiros. Mi única concesión al género de acción en la televisión y en el cine, Jungla de Cristal aparte, es el subgénero que yo llamo de "chavalas hostiadoras". Es algo que tengo que hacerme mirar por el psiquiatra: como gay, me "ponen" las chicas que son capaces de romperte la crisma con una patada voladora. Buffy era una serie malísima, pero me divertía como un loco viendo las ridículas aventuras de esa niña pija reconvertida en super guerrera sobrenatural adolescente. Y además se cepillaba a David Boreanaz. Otras chavalas hostiadoras que tienen un huequecito en mi altar de heroínas ficticias son la gloriosa Beatrix de Kill Bill, los ángeles de Charlie, Psylocke de los X-Men, Catwoman y Seven of Nine.

Rose Nyland. Lo admito: la tonta de "las Chicas de Oro" es para mí una heroína como la copa de un pino. Ella solita levantaba la serie con sus batallitas sobre St. Olaf, su aplastante expresión de perpetua inocencia y la sempiterna cheesecake. Algún día, me gustaría ser una jubilada feliz como ella.



Angela Channing. Por los pelos, pero pertenezco a la generación que se crió con Falcon Crest en horario de sobremesa. Para mí el arquetipo de la mala, malísima, remala solo puede tener un nombre: Angela Channing. Imbatible villana y complotadora soberbia, no tenía el glamour ni el gay-appeal de Joan Collins intepretando a a Alexis Carrington en Dinastía, pero tenía un criado chino llamado Chao-Li (Chu Lín para los amigos). Algo es algo. Estoy convencido de que en su finca se hacía un vino espantoso, pero que era capaz de venderlo a precio de oro en los mejores restaurantes de California. Zorra.

Billie Holiday. De acuerdo, podría decirse que no debería estar en esta lista porque existió realmente y por lo tanto no tiene sitio en un elenco de heroínas de ficción. Pero su vida está tan rodeada de misterio, su biografía tiene tantos puntos oscuros y su historia mezcla elementos reales con inventados de tal manera que hasta cierto punto se puede decir que Lady Day fue una ficción. Ella misma se encargó de embellecer -o todo lo contrario- su autobiografía con tantas historias inventadas que resulta casi imposible distinguir la realidad de la fantasía en su vida. Creó una imagen de sí misma como personaje trágico y legendario tan magnética que, unida a la intensidad y el desgarro de sus interpretaciones, hoy su nombre sugiere de forma automática un corazón en carne viva, roto en mil pedazos y una vida en perpetua espiral descendente. Gloriosa y triste.








9 comentarios:

BIRA dijo...

Qué texto! Bravísimo. Lo cierto es que todos hemos querido ser otros en algún momento, o tal vez sólo seguir siendo nosotros mismos pero con los "poderes" de otros. Has hecho una buena selección, aunque las que yo conozco empezaron a partir de la tercera...

Buen finde!

Thiago dijo...

Cari, muy diver tu post, aunque algunas de estas divas me quedan mas lejanas que Madonna, vamos. Y yo creo que has tenido suerte de ser tu y no ser la Chanin esa que ademas se parece a la mujer de Reagan, no es por nada... Casi mejor me gustabas mas como Belen Estaban, hablando de heroas, jajaja

Bezos

MM de planetamurciano.tk dijo...

Lynette también es mi favorita, y tengo claro ke si el personaje mola es por Felicity, ke viéndola en TransAmerica aluciné.
Gran post, por cierto.

Robin Shilvadin dijo...

Para la Chanin estoy muy joven, que yo lo pillé de refilón.

Lynette no tiene nada de mala. Es madre, es una luchadora y tiene más cojones que el caballo del Espartero. Eso sí, yo me acostaría con su marido sin pensármelo dos veces.

Rose era la más de lo más. Sin lugar a dudas un pilar básico en aquella casa de locas. Donde hubiera una historia de su agradable pueblo, había una moraleja o dos... O tres...

Enma... Ah, me has tocado el punto friki-débil. La Reina Negra también tenía su punto, pero Ms. Frost la superaba con creces. Me encanta la frase:
- Cíclope: "Emma… sabía que no nos darías la espalda."
- Emma: "No volví por vosotros, vine por mi bolso, tenéis suerte de que sea un Louis Vuitton."
(Nuevos X-Men #116)

Soberbia.

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

¡Bueno, qué nivel de divas bivalvas!:-) Lynette es total, y la Felicity en "Transamerica" es verdad que está que se sale y lo borda...un trans masculino, interpretado por una actriz, que descubre que tiene un hijo chapero, de una vida anterior!!:-)
Rose es un encanto, me gusta más Rose que Blanche (la que más la abuela, claro), y en cuanto a la Channing, es más delicado querer ser ella, porque es un poquito anticrist@, la verdad, aunque se quitaba de encima tó lo molesto con una facilidad de mala-mala de acostarse, tremenda, ejejj.
Besotes.

hm dijo...

Hola, he llegado aquí desde el blog de Mm, me he hecho gracia lo de Eponine, porque a mi me pasó algo parecido también cuando descubrí el musical (joe, ya tiene que hacer por lo menos siete años...) y también me leí el libro.

De las demás me quedo con la Channing... y de las chicas de oro... siempre quise ser Sofía.

Mocho dijo...

No sé si te das cuenta, pero todo ese texto suena MUY MUY MUY MARICA.

Sufur dijo...

¡Oh cielos! ¿Tendréis razón y seré marica? Toda la vida esforzándome por ser una macha total y fíjate cómo he acabado? :-))))

hm dijo...

Eso se soluciona con un tratamiento en un centro de la cienciología, jajajajajaja

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