Qué bonico es el amor... y qué mala es la envidia. Hay que ver hasta qué límites están dispuestos algunos a llegar con tal de quitarnos el protagonismo al osezno y a un servidor. Resulta que acabo de enterarme de que precisamente nuestro fin de semana, el que escogimos mi señor no-marido y yo para celebrar nuestra Unión Civil, lo eligieron también para casarse Damien Crosse y Francesco D'Macho.
Para el la escasa minoría de lectores de este blog que no están al tanto de estas cosas, diré que los mencionados individuos son dos profesionales del mundo del cine, renombrados en el ámbito de los largometrajes educativos para adultos por sus dotes dramáticas y sus ricos registros interpretativos, amén de la esmerada dicción propia de los actores shakespearianos y del método Stanislavski. Aparte de su amor común por la interpretación, a ambos les une una hermosa historia romántica, que ha culminado por un parte en boda y, por otra, en la creación de una productora propia que les permite matar tres pájaros de un tiro: manifestar su amor por el arte, expresar su mutua devoción marital y extraer pingües beneficios de todo ello.
Como pareja, no podrían ser más dispares. Damien es un adorable mecherito, monísimo a la par que morboso, mientras que Francesco es un monstruo horripilante. Esta última declaración mía puede parecer sorprendente porque siempre he admitido sentirme atraído por los tipos "neanderthalensis", pero que que el D'Macho a duras penas sí llega a homínido. Si hasta el nombre artístico (por decir algo) da grima, por Dior...
Pero el amor es ciego, y si no que le pregunten al pobre osezno qué porras hace conmigo. Yo siempre he estado superafavor del amor, así que les doy todas mis bendiciones. Pero que sepáis que me pareció fatal que intentaran desviar la atención de nuestra no-boda con la suya...
Para el la escasa minoría de lectores de este blog que no están al tanto de estas cosas, diré que los mencionados individuos son dos profesionales del mundo del cine, renombrados en el ámbito de los largometrajes educativos para adultos por sus dotes dramáticas y sus ricos registros interpretativos, amén de la esmerada dicción propia de los actores shakespearianos y del método Stanislavski. Aparte de su amor común por la interpretación, a ambos les une una hermosa historia romántica, que ha culminado por un parte en boda y, por otra, en la creación de una productora propia que les permite matar tres pájaros de un tiro: manifestar su amor por el arte, expresar su mutua devoción marital y extraer pingües beneficios de todo ello.
Como pareja, no podrían ser más dispares. Damien es un adorable mecherito, monísimo a la par que morboso, mientras que Francesco es un monstruo horripilante. Esta última declaración mía puede parecer sorprendente porque siempre he admitido sentirme atraído por los tipos "neanderthalensis", pero que que el D'Macho a duras penas sí llega a homínido. Si hasta el nombre artístico (por decir algo) da grima, por Dior...
Pero el amor es ciego, y si no que le pregunten al pobre osezno qué porras hace conmigo. Yo siempre he estado superafavor del amor, así que les doy todas mis bendiciones. Pero que sepáis que me pareció fatal que intentaran desviar la atención de nuestra no-boda con la suya...
6 comentarios:
Pues no sé quiénes son ni me imagino a qué se pueden dedicar, pero me parece fatal que intentaran acaparar atención, digo.
Es que la envidia es muy mala, pero mala a rabiar. Como se suele decir, culo veo...
Qué bichas... qué malas... ¿pero fue con intención? Es que el bissness es el bissness y mira por lo visto casarse ahora es formar una empresa... qué bonito... l'amour... y yo sin novio, se me pasará el arroz... qué digo el arroz... bueno bueno.
Pero que me cuentas!... jo no lo sabía, me quedé en que Damien lo había dejado con su supernovio Angelo... ummm, vaya dos. Habrá ido Banda invitado a la boda?.
Un beso. Alber
Hijo mío, te tienes que hacer respetar.
¿Y compartisteis concejal y flores?
Habría que ver a los invitados...
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