No, a pesar de lo que pudiera parecer por el título, esta entrada no va sobre lujuriosos monaguillos seduciendo a pobres e inocentes obispos.
El osezno se ha cortado el pelo. Se trata de una costumbre suya que se justifica en base al hecho científicamente probado de que él, al contrario que un servidor, lo tiene (el pelo). Más aún, lo tiene en cantidades suficientes como para poder hacer eso que los entendidos llaman "cambiar de look". Los calvos, por el contrario, somos inmutables, prácticamente intemporales: tengo las mismas y lamentables pintas que tenía hace diez años, y con un poco de suerte dentro de otros diez serguiré igual de feo que ahora.
Pero Dior me libre de quitarle protagonismo al osezno hablando de mí. Su nuevo experimento consiste en dejarse el pelo rapado al dos y más corto que la barba, un look francamente osuno que le queda sorprendentemente bien.
Qué burro me pone.
Y mira que se lo dije: ten cuidado, no sabes en dónde te metes... Pues nada, ni caso. Se lo ha hecho y ahora me tiene todo el santo día babeando detrás. ¿Atacar sexualmente al osezno que tienes en tu cama mientras está dormido se considera violación? Porque si es así, me temo que voy a ir directo a la cárcel además de al infierno.
Lo cual me recuerda una frase que soltó mi tía, conocida atea rural, este fin de semana mientras jugaba a las cartas con mi padre:
Sabiduría popular castellana: no tiene precio.
El osezno se ha cortado el pelo. Se trata de una costumbre suya que se justifica en base al hecho científicamente probado de que él, al contrario que un servidor, lo tiene (el pelo). Más aún, lo tiene en cantidades suficientes como para poder hacer eso que los entendidos llaman "cambiar de look". Los calvos, por el contrario, somos inmutables, prácticamente intemporales: tengo las mismas y lamentables pintas que tenía hace diez años, y con un poco de suerte dentro de otros diez serguiré igual de feo que ahora.
Pero Dior me libre de quitarle protagonismo al osezno hablando de mí. Su nuevo experimento consiste en dejarse el pelo rapado al dos y más corto que la barba, un look francamente osuno que le queda sorprendentemente bien.
Qué burro me pone.
Y mira que se lo dije: ten cuidado, no sabes en dónde te metes... Pues nada, ni caso. Se lo ha hecho y ahora me tiene todo el santo día babeando detrás. ¿Atacar sexualmente al osezno que tienes en tu cama mientras está dormido se considera violación? Porque si es así, me temo que voy a ir directo a la cárcel además de al infierno.
Lo cual me recuerda una frase que soltó mi tía, conocida atea rural, este fin de semana mientras jugaba a las cartas con mi padre:
Mira que yo siempre he querido ir al infierno, pero con tal de no coincidir contigo me parece que desde mañana voy a empezar a ir a misa todos los días.
Sabiduría popular castellana: no tiene precio.
6 comentarios:
La frase de tu tía, no tiene precio.
Ni a la cárcel ni al infierno, directamente a la cama o cualquier otro sitio, portal, calle, parque…
Besos a los dos.
Si al infierno vamos a ir de todas maneras, qué más da. ¡Al ataque!
Lo de tu tía sí que es amor fraterno, jejeje.
Pues hala, foto y copular compulsivamente ;)
Ay como es la sabiduría castellana y sus refranes... geniales!
Quiero fotos del osezno... que le demos el visto bueno!... ¿violación?, si además desde hace 15 días es tu santo esposo, seguro que el está encantado...
Disfrutad!. Besos
Pos anda ke no es esa una suerte ni na; ke kien más te provoke sea el ke tiene a su lado. Y como se parezca al de la foto ke ha puesto, mejor ke sake a la calle.
Le acompaño en el sentimiento alopécico completamente; uno se aburre de no poder cambiar de look.
1. ¡La documentación gráfica es indispensable en estos tiempos que corren!
2. ¡¡Pienso plagiar esa frase descaradamente!!
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