Aniversario con retraso

Tengo una memoria de elefante... disecado. Soy perfectamente capaz de recordar las cosas que me han ocurrido durante los últimos veinte segundos: más allá de ese margen de tiempo, mis recuerdos se vuelven nebulosos y me convierto en una mezcla entre el abuelo Simpson y una licuadora averiada. Soy un desastre para los nombres de la gente, cada vez que me preguntan cuál es mi número de teléfono tengo que consultarlo en la agenda de mi móvil y jamás, jamás recuerdo una fecha de cumpleaños. Por lo menos, nunca a tiempo.

Algo parecido me ha pasado con el aniversario de mi propio blog. Llevaba tiempo queriendo escribir esta entrada, pero entre unas cosas y otras (las unas son los viajes, las otras, el trabajo) no he podido hacerlo hasta ahora... En realidad me di cuenta con una semana de retraso.

Ahí es ná. Un año de blog.

El primer cumpleaños de Here Be Dragons pasó sin pena ni gloria a finales de agosto. A saber dónde andaba yo aquellos días. Empecé este blog al volver de un viaje bastante sonado y ahora me pongo a recapitular justo al término de otro viaje menos interesante, pero igualmente fatigoso. La simetría nunca es algo totalmente casual.

Desde el principio, el blog ha sido un batiburrillo sin un tema definido, una mala práctica según todos los expertos en la materia. Me da igual. En Here Be Dragons he dado rienda suelta a mis neurosis, he reflejado los inevitables malos momentos por los que he pasado, he sacado a relucir mi mala leche, he hecho promoción de mis fotos, he hablado de ciencia, he comentado libros, he mariconeado bastante, he hablado de cosas frikis, incluso he hecho un poco de patria; pero lo que más he hecho ha sido divertirme como un enano. Me gusta escribir, aunque al final siempre acabe plagiando el estilo de mis escritores favoritos, y en cuanto saco un rato disfruto escribiendo cualquier majadería.

Seamos francos: escribir un blog es una de las cosas más parecidas a la autofelación que existen en este mundo. Para escribir cualquier tipo de blog, aunque sea de cocina, hace falta tener una personalidad exhibicionista: mira, mundo, que estupendo soy y qué cosas tan interesantes escribo. O todo lo contrario. Desde mi perspectiva de tímido patológico, el blog puede servir en muchos casos como forma de abrirse al mundo, como catarsis e incluso como ejercicio de autodescubrimiento. Algunos de mis amigos se han sorprendido en ocasiones y me han preguntado cómo puedo airear de esta forma mis intimidades. Tal vez leer alguna de las entradas que he escrito a lo largo del último año pueda haber sorprendido a más de uno, haciéndole descubrir partes de mí que no sospechaban (incluso desagradables). Si es así, estoy de enhorabuena porque el blog está sirviendo para algo más allá de mi propio entretenimiento.

Sin embargo, que esto ocurra no deja de ser fuente inagotable de sorpresa para mí. Al fin y al cabo, no es que esté abriendo de par en par las puertas de mi corazón. Contar cosas tales como que me aburro en alguna reunión, que me masturbo como un chimpancé, que disfruto con la comida abundante o que me gusta el jazz no tiene nada de escandaloso ni de particular, ni tampoco refleja en absoluto cómo soy en profundidad. En ese sentido, la cantidad de autocensura que opera en Here Be Dragons es comparable a la que puedo mostrar en mi vida "real".

Uno de los beneficios inesperados de todo esto ha sido la interacción con la gente. No es que reciba muchas visitas en el día a día, pero son sustanciosas. Las más importantes para mí son las de los amigos de ahora y de siempre, que en parte gracias a este invento están ahora un poco mejor informados acerca de lo que pasa por mi cabeza: señores como el Maestro Yogur, Johny Idea, Shilvadin, Silneica, mis compañeros y sin embargo amigos P., B., y J., y por supuesto el osezno en sus muy esporádicas visitas. Luego están todas las personas con las que he entrado en contacto través de la blogosfera, a las que visito, que me visitan, y con las que en algunos casos ha nacido una amistad: Gaysinley, Nils, Pasaelmocho, Bira, Otto, Starfighter, Nyc, Mm, Ripley, Thiago, Shepperdsen, los Pitonikis, Mr. Burns, Casanova, Bruto, Maggie Wang, Totó, Sero, el Sr. Skyzos y el resto de los chulazos de FLU, Kappy, DosSoles, Aran, Sor Presa... sin orden en particular y esperando no dejarme a nadie en el tintero. Por último, están quienes me visitan sin dejar comentarios. Por ejemplo, me han contado que existe un grupo de científicas de la SISSA que me visitan de cuando en cuando para ver fotos de chulos... ¡la vida es extraña!

Extraña, e interesante. Feliz cupleaños, blog, y que cumplas los que yo quiera más :-)